Por: ANDRÉS PRECIADO (@andrespreciado3)
¿Está indeciso con su voto? A muchos les pasa igual. Es más, es la sensación más evidente de cara a las próximas presidenciales, en donde el candidato ganador es el ausente, no refiriéndose a aquel que posando de ocupado abofetea el debate público y decide no discutir sus sapientes propuestas con los demás candidatos en foros abiertos, sino ese que logró seducir una masa enorme de potenciales votantes que a 8 días de la elección tienen claras dos cosas: que no van a ir a votar o que no les gusta ningún candidato, lo demás son dudas.
El primer ejercicio, casi automático, que las personas hacen al tratar de definir su voto es seleccionar a aquel que realmente les atrae, es decir que además de robarse su simpatía, logró establecer con él una cercanía por alguna propuesta o comentario que el candidato emitió.
En Colombia para estas elecciones ese filtro no ha funcionado de la mejor manera, por eso el viraje de las campañas hacia otras formas reprochables de conseguir adeptos. Y es que cuando se parte de la incapacidad de una campaña para convencer con propuestas y discursos, para que ese político pueda llegar a un cargo tiene que optar, ya no por hacerse ver como el mejor candidato, sino por conseguir que sus contrincantes terminen viéndose peores candidatos que él.
Las dos semanas que llevamos y una más que falta de propaganda política negra son eso, campañas que en negativo buscan que su candidato gane haciendo ver al otro más malo que él, o peor preparado o más corrupto, pero que no parte de una posición moral y de probidad en positivo que haga pensar que ese candidato tiene los méritos para ocupar el cargo al que aspira, simplemente porque sería basar una campaña en una mentira que es difícil de sostener por mucho tiempo.
Por eso compañero indeciso del voto ya que no será capaz de encontrar un vínculo serio con un candidato por sus propuestas o posiciones, es muy probable que su voto se termine decidiendo por argumentos negativos. Ahí lo más seguro es que finalice sufragando con criterios como “nunca votaría por el otro”, “es el menos malo”, “los demás tienen muchas dudas sobre sí”.
Acusaciones han ido y venido, la propaganda negra con delitos informáticos de por medio está más que comprobada, al igual que los contubernios y negocios politiqueros con el presupuesto que eventualmente llegarían a manejar. Solo una cosa debe tener clara antes de marcar la papeleta: un político que hace campaña negra para llegar al poder, llega al poder a ejecutar en el margen oscuro del gobierno para evitar que queden al descubierto sus negocios y alianzas turbias, no hay una posibilidad de pasar a la luz.
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