Por: Sara Arango Franco (@sarangof)
El Foro Mundial de la Bicicleta nació en Brasil en 2011 como una respuesta propositiva a un atropellamiento masivo contra docenas de ciclistas en Porto Alegre. Este año se celebra por primera vez fuera de Brasil, en nuestra Medellín.
Aunque el distintivo del FMB4 es su carácter ciudadano, libre e independiente, creo que es una buena continuación al sí muy institucionalizado y académico Foro Urbano Mundial, esta vez desde el “bottom-up” y no desde el “top-down”, al presentarse como otra oportunidad para continuar la discusión sobre el buen urbanismo y la justicia social aplicadas a las ciudades, especialmente cuando se trata de las ciudades mal llamadas “del sur”.
¿Por qué comparar el Foro Mundial de la Bicicleta con el Foro Urbano Mundial? ¿Por qué comparar un sólo medio de transporte con un análisis riguroso sobre el urbanismo desde la gestión administrativa, lo económico, lo arquitectónico, lo social, entre otros? Precisamente porque la discusión en torno a la bicicleta implica la discusión sobre un urbanismo equilibrado, sobre ciudades compactas, accesibles y a escala humana. Porque, no nos olvidemos, la bicicleta es, junto con la caminata, la forma de transporte más democrática.
Si bien la ciudad con más carros por persona en Colombia es precisamente la que recibirá el foro, es una oportunidad para recordar que ese 15% de viajes que se hacen en carro en Medellín ocupan el 80% de las vías, y que inclusive con los impuestos que pagan, dejan en déficit económico a la ciudad (por sus costos en infraestructura y sus externalidades negativas en salud y productividad). Quienes realizan el otro 85% de los viajes están limitados al 20% del espacio en las vías, y a las mayores demoras y faltas de accesibilidad. Como en el Foro Urbano Mundial, recordaremos que justicia social es que todos tengamos derecho a la ciudad en las justas proporciones y no dependiendo de si tenemos recursos para comprar un vehículo motorizado o no.
En el Foro Urbano Mundial nos dimos cuenta de tantísimos componentes que abarcan la sostenibilidad y la equidad en las ciudades, y los estudiamos a fondo. En el Foro Mundial de la Bicicleta pondremos (¡y se ha puesto desde el año pasado!) en práctica parte de lo allí aprendido. Entre esas cosas, que la ciudadanía es importante y no se puede quedar sentada esperando milagros.
¡Están pasando cosas!
En palabras de muchos, seremos unos cuantos -alrededor de 6.000- “resentidos” (aquí una lista de algunos de ellos) de Medellín y de todas partes del mundo en el Foro Mundial de la Bicicleta. Estaremos discutiendo, proponiendo y tomando acción para seguir caminando hacia un sueño cada vez más tangible: ciudades vivibles, que vuelvan a ser para la gente.
Muchos ciudadanos no gustan de estos eventos por muy variadas y justificadas razones. Si bien las entiendo y en muchas ocasiones las comparto, estoy feliz de que estos temas fundamentales para los retos urbanos que desde ya nos reciben, al menos tengan tanta resonancia para hacer que por lo menos a una persona más se le quede iniciada la reflexión en la cabeza sobre la sostenibilidad urbana y/o sobre el poder de, en este caso, la bicicleta.
En el mejor de los casos, hasta nos devolverán el derecho a transitar por la calle Palacé.
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