300 GOTAS

Publicado el Bastián Baena

Para los hijos sin mundo: Comunicado de una mujer del año 2.045

A mis 45 años luzco como una anciana. Padezco enfermedades renales, intestinales y laceraciones múltiples en la piel, a causa del poco consumo de agua. Atrás quedaron las largas cabelleras; hoy todas las mujeres llevan sus cabezas afeitadas como una medida de limpieza, y para asear nuestra piel usamos retazos de trapos empapados en aceite mineral.

Treinta años atrás aún había ríos y bosques. Por ese entonces ya andábamos prevenidos de que el agua podría llegar a agotarse, pero no lo creímos con suficiente convicción y hoy los mares, lagunas y acuíferos están definitivamente extintos.

Hasta ahora ha resultado imposible fabricar agua. Las plantas desalinizadoras se convirtieron en la única fuente de empleo, y quienes trabajan allí reciben como pago su dotación personal de agua. Los contados territorios verdes son custodiados por ejércitos; las milicias improvisadas se apoderaron de los aljibes que todavía contienen agua.

El gobierno recién promulgó una ley que obliga a pagar por el aire que respiramos. La falta de árboles degradó el oxigeno y ahuyentó las precipitaciones; las lluvias son un evento extraordinario y por lo general se trata de lluvias ácidas.

Los carros-cisternas que proveían agua a un precio cada vez mayor, dejaron de abastecer a las regiones más apartadas. Con el tiempo nos acostumbramos a beber agua contaminada.

La mortandad se acrecentó y hoy el promedio de vida no alcanza los 40 años. Los embarazos son poco frecuentes y asimismo los abortos son cada vez más cotidianos. Los nuevos hijos de este mundo nacen con insuficiencias de todo tipo y una notable disminución del nivel intelectual, aparte de las ya comunes mutaciones y malformaciones.

Quisiera devolver el tiempo. Hubiera querido alertar a todos con anticipación y sobreponerme desde niña a un destino inaceptable para los hijos que nunca tendré, para los hijos sin mundo.

For children without a world: Communication of a woman of the year 2045

At the age of 45 I look like an old woman. I suffer from intestinal and kidney diseases and have multiple lacerations on my skin, because of prolonged low water consumption. Used to have long hair; nowadays, all women shave their heads to keep them clean. For cleaning our skin we use bits of rags soaked in mineral oil.

Thirty years ago there were still rivers and forests. By that time we were forewarned that water could run out, but we did not believe it with enough conviction and today seas, lakes and aquifers are definitely extinct.

It has been impossible to manufacture water until now. Desalination plants became the only source of employment, and the people who work there receive their personal water supply as payment. The few green areas that are still left are guarded by armies; urban militias seize the wells that still contain water.

The government recently enacted a law that taxes the air we breathe. The lack of trees has degraded the level of oxygen; rainfall is an extraordinary event, and when it happens it is usually acid rain.

The cisterns that used to supply water stopped coming to the most remote regions. Within time we got used to drinking contaminated water.

Mortality rates have increased and today the average life expectancy does not reach 40 years old. Pregnancies are rare and abortions are increasing everyday. The new children of this world are born with all kinds of impairments and a significant decrease in their intellectual level, besides the already common mutations and malformations.

I would like to turn back time. I would have wanted to alert everyone and overcome the unacceptable destiny for the children I’ll never have, for the children without a world.

Fuente: nuevotiempo.org / vanguardia.com

 

Ilustración: ison21.es

Aporta información para 300 palabras más a través de nuestra página en Facebook

Curiosidades, datos y estadísticas a través de Twitter: @300gotas

Haznos llegar tus comentarios a nuestro correo [email protected]

Comentarios