En un intento por frenar el deshielo, las montañas alpinas se ven año tras año cubiertas por gigantescos retazos de lona. Hace diez años los suizos se alertaron de que sus picos y cerros habían sido considerados como “puntos calientes”, es decir, zonas en las que la temperatura aumenta dos veces más rápido que la medida global.
Esto lo venían percibiendo desde antes, ya que en un día el glaciar del Ródano retrocede 10 centímetros de espesor, y en la última década lo han visto retirarse más de 50 metros, por lo que se calcula que a finales de esta década las enormes masas de hielo podrían quedar reducidas a la mitad.
Viendo amenazada la industria turística, los suizos idearon la no tan descabellada propuesta de cubrir con mantas las nieves glaciares. Desplegados sobre la nieve, cientos de colchas recubren las cimas más empinadas de los Alpes europeos, pretendiendo con esta fórmula cobijar y resguardar los hielos que aseguran la temporada invernal.
Las mantas consiguen reducir hasta un 70% el derretimiento, por lo que se justifica la inversión de llevar la cubierta a las demás colinas, ya que en los últimos 150 años desaparecieron las dos terceras partes de los hielos.
La función de estas aguas congeladas es la de guardarse durante el invierno para luego ser desatadas en el verano y alimentar las riveras. Su desaparición aumentaría el nivel de los ríos generando inundaciones, y con el tiempo los caudales irían reduciéndose hasta agotarse, y sin encontrar de dónde volver a nutrirse.
Hay menos hielo en las alturas mientras que abajo el derretimiento se acelera. La medida parece precaria, y se advierte que será cuestión de unos pocos años para que las mantas ya no sean necesarias, por estar cubriendo las arenas de un territorio pedregoso y sin hielo.
Fuente: noticias.lainformacion.com / desnivel.com
Aporta información para 300 palabras más a través de nuestra página en Facebook
Curiosidades, datos y estadísticas a través de Twitter: @300gotas
Haznos llegar tus comentarios a nuestro correo [email protected]