Periodistas de mochila

Publicado el

Casados sin casa

Después de varios años en Londres y tres registros que nos certifican como un matrimonio en el Reino Unido, España y Colombia, hoy pasamos a engrosar las filas de “los que dejan todo por irse a recorrer el mundo”. Pero, contrario a lo que pueda pensarse, no dejamos atrás una vida de lujo, sueldazos, carro y casa: como a la mayoría de periodistas millenial (por más másteres e idiomas que tenga) para poder vivir “cómodamente” en Londres tuvimos que compartir casa la mayor parte del tiempo con un par de freaks, caminar mucho para no exceder el abono de transporte para zonas 1 y 2 (Uber estaba reservado para casos extremos), freelancear, desempeñar oficios varios (sobre todo Manu que era autónoma) y aprovechar los museos gratuitos, parques y -cómo no decirlo- las espectaculares calles y puentes de la ciudad.

Tampoco decidimos “cambiar de rumbo en un momento de locura”: viajar siempre ha estado en nuestros planes, y, desde antes de conocernos, ya cada uno llevaba sus buenos kilómetros de mochila. Finalmente, la idea de comprar casa, carro, salacomedor y alcoba no nos emociona tanto como la de irnos a recorrer caminos, pueblos, ciudades, montañas y playas.

Así pues, antes de poner nuestros ahorritos en el mercado inmobiliario y meternos en una hipoteca a 20 años (o más), nos los vamos a mecatear en pasajes, hostales y cuanto puesto de comida nos encontremos en las calle. Aquí no vamos de lujos, spa 5 estrellas, ni restaurantes con estrellas Michelín (¡al menos no por ahora! Pero nos dejamos invitar). El plan es viajar de forma auténtica y estirando la platica. Lo que comúnmente se llama mochilear, como dice Manu, o macutear, como diría Jorge.

Prometemos hablar de lo bueno, lo malo y lo feo de este paseo. Aquí les vamos a echar cuentos mezclados con algún consejo, precio y dato curioso. Siéntanse también con el derecho a preguntar y sugerir, que nosotros haremos nuestro mejor esfuerzo por responderles, incluso si hay que desempolvar esos diplomas de periodismo. En esta aventura nos acompañarán el honorable Capitán Haddock y sus amigos belgas. El tipo tiene cuenta de Instagram propia por si quieren ver dónde han estado (guiño, guiño).

La primera parada será el Camino de Santiago, un recorrido de casi 800 kilómetros que nos vamos a hacer a pie. Sí, ¡a pie!, algo así como irse andando de Bogotá a Panamá en

línea recta, una idea no tan descabellada si se tiene en cuenta que en el 2017 este recorrido lo hicieron 33.177 personas según la Oficina de Acogida al Peregrino, es decir un 11,02% del total de viajeros que decidieron hacer el Camino desde otros puntos. En la próxima entrada les contaremos cómo fue la preparación… O si nos arrepentimos

Comentarios