El relato de cuatro jóvenes que, a pesar de sus incansables esfuerzos, no le hicieron daño a la poesía.
Entre los años 2001 y 2002, hubo en Cabal un grupo de cuatro jóvenes que deliraban por la poesía. Todas las tardes, después de salir del colegio, se reunían en el parque Los Fundadores... Ver post completo.
Etiqueta: Risaralda
Desembocaduras
Una reflexión sobre erotismo y los ríos que somos. Publicada originalmente en la octava edición de la Revista Voices.
Estoy vacío de ideas a propósito del erotismo, y grávido como todos los seres humanos, creo, de experiencias en la sombra, a contraluz, en la extrema y encandilante luminosidad,... Ver post completo.
Punto de encuentro
El poeta Orlando Sierra fue asesinado hace 16 años por la politiquería de Caldas. Nuestro país sigue siendo tan violento como entonces...
El 30 de enero de 2002, a la 1:49 de la tarde, un sicario contratado por políticos de Caldas le disparó a Orlando Sierra Hernández en dos oportunidades.... Ver post completo.
Orlando Sierra, el amansador de palabras
Una semblanza del poeta y periodista colombiano, recordado por sus ácidas columnas y por ser asesinado a manos de la politiquería de Caldas.
En la década de los 60, cuando en Europa y Norteamérica los jóvenes hacían de las cuatro estaciones una sola primavera; cuando Jean Paul Sartre y Simone... Ver post completo.
Un suicida muerto de viejo
Un viejo melindroso de ochenta y siete años con ganas de ser guerrillero.
He encontrado en el oficio de narrar la vida de los escritores más anodinos una suerte de poética. Y en el de narrar sus muertes vergonzosas un pasatiempo inútil digno tal vez de un taxidermista. Sé que me fascina... Ver post completo.
Empujar un muerto
Los desaparecidos son muertos que hay que empujar
Hace ya diecinueve años desde la mañana en que Carlos Enrique Guiral partió hacia el sur del país para no regresar. Un tiempo en que uno se ha enseñado a esperarlo día tras día, como si presintiera su regreso con los golpes fortuitos en... Ver post completo.
Monólogo del condenado
Una ficción poética. La extensión de la soledad.
Los niños venían a mí y la gente los dejaba acariciar con sus mejillas suaves mi rostro espinoso como un rosal a punto de marchitarse. Les mostraba el cielo y les decía que allí serían todos bienvenidos por su limpieza. ¿Ahora quién... Ver post completo.
Regalo del río
Arturo Ríos no sabía hacer nada más en la vida que caminar.
A mis hermanos
Arturo Ríos no sabía hacer nada más en la vida que caminar. La primera vez que lo vimos nos pareció un niño como nosotros, pero un niño grande con sombrero raído y machete colgado al cinto. Nos trajo, en aquella... Ver post completo.
La lluvia nos trae a los muertos
Hay un hombre a quien amo. Lo estoy recordando, ahora, a cuatrocientos kilómetros de donde, seguro, debe estar dormido. A cuatrocientos kilómetros de casa y a una fracción de eternidad de la niñez. Una tarde sepia en que recolectábamos café, la lluvia cayó de súbito entristeciendo a los perros... Ver post completo.
Mujer a través de la mañana
Ahí está la profesora. Las malas lenguas decían que su costumbre de llevar una pequeña flor de cañagria en el cabello era algo subversivo; sin importarnos lo que esto pueda inspirar quisimos que también la llevara en su velorio, para recordarla contenta, tal como aparecía sonriendo todas las... Ver post completo.