Publicado el Albeiro Guiral

Monólogo del condenado

hierve-el-agua-oaxaca-saragapiUna ficción poética. La extensión de la soledad. Los niños venían a mí y la gente los dejaba acariciar con sus mejillas suaves mi rostro espinoso como un rosal a punto de marchitarse. Les mostraba el cielo y les decía que allí serían todos bienvenidos por su limpieza. ¿Ahora quién... Ver post completo.

Publicado el

¿Qué es el movimiento Hospice?

cicely-saunders-movimiento-hospice-andrea-villate-periodistaMe he referido en varias oportunidades en mis columnas acerca de los cuidados paliativos y he mencionado el Hospice como una alternativa para los pacientes que sufren enfermedades que conocemos como terminales. Hace unos días recibí un mail de un lector de mi blog contándome una situación... Ver post completo.

Publicado el Tathiana Sánchez Nieto

Qué hacer (o mejor no hacer) para que el dolor no duela

@tathysan Apenas todo terminó con Felipe mi reacción fue tratar de no pensar. Me dije muchas veces que era una bobada, que el mundo no se iba a acabar. Me recordé también desde la voz más profunda de mi cerebro que yo aún era muy niña... que éramos muy niños él y yo para haber tenido... Ver post completo.

Publicado el fgonzalezse

Epifanía: la vida quiebra las formas

Epifanía comienza de noche. Una madre ha muerto, una hija, en su duelo, sueña con su regreso. La película concluye con otra mujer dando a luz. Un ciclo termina y otro empieza. Y Epifanía nos invita a vivir en un paréntesis en que las experiencias del duelo y el nacimiento, aun cuando ocurran... Ver post completo.

Publicado el Tathiana Sánchez Nieto

La historia de mi viaje

@tathysan Pensé reactivar este espacio hablando de esas cosas que me hicieron periodista. La cultura y las artes, que me conmueven, que me llevan a ver la belleza en el mundo, que me llenan el alma y me hacen sentir las más profundas emociones. Hoy agradezco que nuevamente puedo sentir maravillas... Ver post completo.

Publicado el Albeiro Guiral

La lluvia nos trae a los muertos

Hay un hombre a quien amo. Lo estoy recordando, ahora, a cuatrocientos kilómetros de donde, seguro, debe estar dormido. A cuatrocientos kilómetros de casa y a una fracción de eternidad de la niñez. Una tarde sepia en que recolectábamos café, la lluvia cayó de súbito entristeciendo a los perros... Ver post completo.