Fernando Araújo Vélez y Alejandro Araújo Larrahondo
Pero el amor, esa palabra, como escribía Cortázar. Una palabra, una mezcla de cientos de sensaciones, una idea explotada, un objetivo impuesto, una marca, una mentira también, un desahogo, momentos de felicidad,...
Etiqueta: El Caminante
El hijo del capitán
Fernando Araújo Vélez (*)
Dos años estuvo en Bogotá, o eso fue lo que dijeron aquellos pocos que lograron hablar con él más de tres frases. Fueron dos años de pánico, de paranoia y misterio. Luego se sabría que también fueron tiempos de intrigas y de aprendizajes por debajo de la mesa... Ver post completo.
Un libro, un cuchillo
Fernando Araújo Vélez (*)
La primera vez que oyó su nombre, Nietzsche, fue porque un compañero de estudios de Zipaquirá lo citó en una enrevesada discusión de universidad que tenía que ver con la compasión y las ataduras del amor, pero él no comprendió mayor cosa.
Luego se lo encontró... Ver post completo.
Déjalo que mienta y será poeta
Fernando Araújo Vélez (*)
Lo vi de pronto levantarse de un banco, con sus pies descalzos y una camisa salmón, para liarse en una infinita discusión con un árbol. El tono del conflicto subía por momentos. Raúl Gómez Jattin manoteaba.
A veces cantaba, y cantaba cambiándoles la letra a las... Ver post completo.
Transformado y diluido
Fernando Araújo Vélez (*)
Había que recordarlo en los recreos, jugando a la pelota con su eterno saco de paño azul oscuro, camisa blanca, el pelo perfectamente cortado a la usanza de los viejos actores de Hollywood y los zapatos de cordón brillante.
Había que recordarlo cuando salía de... Ver post completo.
Dudas
Fernando Araújo Vélez (*)
Dejó de contarle a la gente que sus padres lo habían llevado a un concierto de los Beatles cuando tenía cuatro o cinco años porque un día él empezó a dudar de que hubiera sido cierto. Recordaba pedazos de Londres. El Big Ben, claro.
La tienda de carritos de... Ver post completo.
Dos mujeres, un amor
Fernando Araújo Vélez (*)
Eulalia no sabía mayor cosa sobre el amor. A los 15 años, un vecino de barrio en Barranquilla le dijo que estaba enamorado de ella. Quiso tomarla de la mano, pero todo quedó en el intento, pues con dolor, herido de humillación, vio, sintió cómo ella lo soltaba y... Ver post completo.
Mil amores
Fernando Araújo Vélez (*)
La tarde en que fue a conversar con su padre se le refundieron todas las frases. Era un manojo de nervios. Tuvo que ser don José quien diera el primer paso. En un tono medio le dijo que él ya sabía de qué quería hablarle. Le ofreció un whisky. Le contó de su soledad,... Ver post completo.
Muerte y sólo muerte
Fernando Araújo Vélez (*)
Por aquellos tiempos, ella se ufanaba de ser una mujer de antes de la guerra, y lo era. Todos sus gestos, sus movimientos, sus tacones finos y los vestidos de flores diminutas que caían sobre sus pantorrillas, sus palabras y silencios, eran como una extensión de su... Ver post completo.
Peleador
Fernando Araújo Vélez (*)
"Hoy quiero que me atraquen", solía decir don José los viernes sobre las seis de la tarde ante la mirada lánguida de su esposa. Antes de salir de su casa, iba al patio y le daba un par de trompadas a un saco de arena que permanecía colgado allí desde los tiempos en... Ver post completo.