El primer correo llegó el martes 3 de marzo. Era corto: apenas cuatro líneas. Hermoso. Muy hermoso. No te imaginas cuánto. Lo leí muchas veces. Quería saber quién lo había escrito. Pero nada. Venía desde una cuenta de correo equis y firmado por un tal Florentino Ariza. Ya sabes: el protagonista... Ver post completo.
Etiqueta: desamor
Ventarrón
No se trataba de una de aquellas mujeres que vienen con el flujo de las horas ni de las que traen el trabajo o los apretones de buses. Ni siquiera de aquellas mujeres que llegan atraídas por la curiosidad o por el despecho, y a quienes se les habla con el mismo temor con el que se prueba un plato exótico.
No... Ver post completo.
Alejandra
Dedicado a Alejandra Ávila
Si solo te hubieses llamado “la novia de Gonzalo”, sin más adornos, sin más parafernalias, no existiría el riesgo de convocarte y de que no acudieras al hacerlo. Pero una tarde vino él y dijo: «te presento a mi novia»; y te limitaste a decir, toda sonrisa, toda... Ver post completo.
Casa de muñecas
Dedicado a Alexa Carrión, quien me regaló esta historia una tarde de febrero.
La primera sala de la galería parecía el cuarto de una niña. Paredes rosadas, osos de felpa de dos metros de altura y muñecas de tamaño natural que parecían mujeres disfrazadas de princesa, doctoras o ejecutivas encencerradas... Ver post completo.
Para brillar en tus ojos
Dedicado a Adjani León
Los hombres creemos que el matrimonio nos quita todas las posibilidades de tener una vida llena de aventuras. Quizás esa sea la razón por la que invité a cuanta mujer se atravesó en mi vida después de que mi esposa me abandonara. Invité desde exalumnas hasta mujeres que... Ver post completo.
Pamplo
Todos los hombres del conjunto deseaban a Melissa. Y no era para menos: era un mujerón de uno setenta de estatura, piernas de este porte y nalgas generosas.
Todos estaban detrás de ella, pero ninguno se atrevía a cortejarla porque imponía límites a todo el que se le acercaba. También influía... Ver post completo.
Deberías llamarte Esperanza
Dedicado a Astrid Galindo
Cuando iba para la casa me interceptaron dos policías en la puerta del articulado para obligarme a salir. Me requisaron, pidieron mi cédula y me retuvieron veinte minutos a pesar que la señora juraba ante dios que yo no era el individuo que le había sacado la billetera... Ver post completo.
Nota
El tercer disparo rasguñó uno de los sacos de arena que formaba las paredes del alojamiento del capitán Trueno.
Dio una calada al cigarrillo y le dijo al soldado Varón mientras salía humo de su boca:
—Tome el camino que bordea el bosque, entre por la parte alta de la ciudad, baje por el callejón... Ver post completo.
Amanecer
Rogelio está cansado, quiere seguir durmiendo, pero lo espera un cargamento de troncos. Con los ojos cerrados repasa los trabajos que pasaron para tener lista la carga: derribar un centenar de Chibungós, cortarlos y pelarlos para que resbalaran por las laderas de Opogado, arrastrarlos con yuntas de... Ver post completo.
Matrimonio
Todos los ojos apuntaban hacia nosotros. A mi derecha estaba la hermana de Diego y sus papás. A la izquierda estaban sus suegros. Serios, nerviosos porque se acercaba el momento del brindis.
Al fondo, en la última mesa, estaba Hugo, el hermano de Jonny, un amigo del colegio que no pudo asistir a la... Ver post completo.