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Una libertina, y un melancólico

The-Library-Flickr-Quinn-Dombrowski.jpgJuan Villamil (*) Quizá, al igual que el zalamero testamento que una vez se le adjudicó a García Márquez (¿lo recuerda? Iniciaba así: “Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida...”), la presunta frase de Cortázar es en realidad... Ver post completo.