En días pasados un padre de familia del colegio de mi hija, deportista frecuente y menor de 50, falleció de un infarto fulminante, después de luchar varios días en una unidad de cuidado intensivo por un colapso cardiovascular. Increíblemente había participado en la media maratón de Bogotá y había culminado sin contratiempos
Con alguna frecuencia escuchamos tristes historias como esta. Gente joven que entrena, hace deporte y de manera sorpresiva muere sin explicaciones o aparentes antecedentes de enfermedad. Todos tienen como denominador común que son deportistas frecuentes, disciplinados y con marcas personales de varios años de evolución.
¿Pero qué es lo que está sucediendo? ¿Cuáles son las enfermedades que los están comprometiendo? ¿Porque en personas jóvenes? ¿Qué debemos hacer?
Esto en medicina es llamado “muerte súbita” y es la aparición repentina de una parada cardiaca en una persona que aparentemente se encuentra sana y en buen estado. Si no recibe atención inmediata, la consecuencia es el fallecimiento al cabo de unos minutos.
La prevalencia en algunas series se describe entre 1-2 por 100.000 deportistas. Es una cifra baja, pero si calculamos el número de personas que todos los días quieren practicar deporte, el número es mayor y el drama social es considerable, sobre todo en aquellas personas que buscan salud en la práctica deportiva cotidiana.
Algunos estudios han mostrado que las causas principales de esta muerte son las siguientes:
- Miocardiopatía hipertrófica
- Anomalías coronarias
- Hipertrofia ventricular izquierda
- Displasia arritmogénica ventricular derecha
- Miocarditis
- Anomalías de la aorta
- Enfermedad coronaria precoz
Parece que estos casos se asocian más a los llamados deportes acíclicos; es decir, aquellos que de manera repentina suben la frecuencia cardiaca, como el fútbol y el baloncesto.
¿Pero qué hacer entonces para estar tranquilos cuando se toma la decisión de realizar de manera frecuente y controlada deporte?
En el 2005 la Sociedad Europea de Cardiología publicó un protocolo de tamizaje, que contempla un examen físico, un electrocardiograma y la elaboración de la historia clínica personal y familiar de quienes pretenden iniciar la práctica deportiva. El objetivo es detectar factores de riesgo.
Si se detectan sospechas en esta primera fase se pueden solicitar otros estudios como ecocardiograma, prueba de esfuerzo, holter de 24 hrs y estudio electrofisiológico, entre otros. No se puede subvalorar el aporte del electrocardiograma, pues tiene un 95% de sensibilidad para miocardiopatía hipertrófica, superior al 50% de displasia arritmogénica y superior en el síndrome de Brugada o el llamado QT largo
En jóvenes, el ecocardiograma ayuda a detectar alteraciones coronarias, hipertrofia ventricular y enfermedades de la aorta.
Otros estudios han tratado de encontrar razones desencadenantes de la parada cardíaca y, por ejemplo, en la práctica de la maratón (carreras de larga distancia) se puede asociar la caída importante del sodio durante la práctica del evento llamada hiponatremia severa por debajo de 120 mEq. Esa caída del sodio genera arritmias cardíacas que producen el evento descrito.
El llamado golpe de calor, también, ha sido materia de estudio en algunos deportistas y, en ocasiones, puede estar por encima de la patología cardíaca y se presenta al finalizar de carreras prolongadas en condiciones difíciles de temperatura.
Una vez detectada alguna alteración es el cardiólogo quien, de la mano con rehabilitación cardíaca, debe evaluar el tipo de paciente y cuál debe ser el protocolo de práctica deportiva, acorde consu condición clínica.
Definitivamente estas muertes súbitas impactan al producirse generalmente en momentos de alta productividad y aporte a la familiar.
De manera que la prevención, la practica prudente y progresiva en condiciones controladas es la mejor manera de evitar estos desenlaces inesperados.
Alrededor de estas carreras deportivas y en todos los escenarios deportivos debe haber personal de salud certificado en reanimación cerebro cardiopulmonar, que atienda una parada cardiaca y evite complicaciones.
En muchos países es un imperativoel uso del llamado desfibrilador externo automático para reducir los riesgos de muerte súbita en escenarios deportivos.
En el 2014 el Instituto de Evaluación Tecnológica en Salud (IETS), de Colombia, realizo un estudio para evaluar la costo-efectividad de estos dispositivos, cada vez más utilizados y difundidos en otros países.
Sus conclusiones muestran que definitivamente el desfribilador es efectivo; sin embargo, se requiere la presencia de la llamada cadena de supervivencia que incluye personal paramédico en los escenarios deportivos y una infraestructura de transporte adecuada. Además, se sugiere que estos campos deportivos estén cerca de centros de emergencia, en donde puedan atender eficazmente a los pacientes.
El deporte es importante en la salud; pero su práctica debe estar supervisada de manera responsable y con enfoque preventivo, para que, de verdad, sea un aporte a la salud y no la génesis de complicaciones musculoesqueléticas, lesiones deportivas discapacitantes o causa de muerte súbita.