Más allá de la medicina

Publicado el jgorthos

MUCHOS ESGUINCES EN MUCHOS TOBILLOS

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Con frecuencia escuchamos la frase: “Me tronché el tobillo”. Este es el famoso esguince de tobillo, frecuente entre quienes practican deporte y entre quienes no lo hacen mucho. Aunque, en apariencia, se trata de una lesión leve, vale la pena entender bien cuál es su dimensión y qué implicaciones tiene en la vida diaria.

Dependiendo del tipo de esguince de tobillo, entre el 3 y el 5% de estas lesiones son atendidas en los servicios de urgencias. Por ejemplo, en el Reino Unido se estima que al día se presentan 5600 esguinces, mientras que en Estados Unidos la incidencia es de 2.15 por cada mil personas. En Colombia no disponemos de un estudio epidemiológico significativo ni reciente; pero es claro que en nuestros servicios de urgencias la realidad es contundente.

Para entender mejor esta lesión vamos a hablar brevemente de la anatomía, quizás esto nos ayude a comprender el porqué de los esguinces.

El tobillo es una articulación especializada en aportar rangos de movimiento y tiene una serie de estructuras ligamentarias desarrolladas para lograr movilidad, elasticidad, controlar las cargas y aportar estabilidad al ciclo de la marcha.

Por la disposición anatómica de los huesos, en el tobillo es mayor el movimiento de inversión  que el de eversión, razón por la cual la mayoría de esguinces se presenten en la parte externa del tobillo. El aspecto interno del tobillo tiene una movilidad más restringida, por un ligamento más fuerte, denominado el ligamento deltoideo.

Cuando sufrimos un esguince, lo que sucede es que se produce una inversión súbita, con pérdida en el control rotacional y caída asociada de su propia altura

Ese frecuente esguince lateral compromete los ligamentos del tobillo que, dependiendo de la severidad del trauma, se desgarran parcial o totalmente. En este caso se rompen los vasos sanguíneos y se presenta una súbita inflamación del área externa del tobillo con dolor y, desde luego, la marcha se da con cojera, con  incapacidad funcional, asociada a la lesión.

Dependiendo del umbral del dolor de la persona y el porcentaje de lesión asociada, algunos recuperan la marcha más rápido que otros y, a veces, ni siquiera acuden al médico.

Pero, ¿qué es lo que pasa en el tobillo en ese instante? Resulta que los ligamentos no son únicamente estructuras mecánicas, sino que por su trayecto van estructuras neurológicas capaces de llevar la información de cómo debemos apoyar en la marcha, cómo se coordinan los músculos y cómo se realiza una contracción coordinada que nos da la estabilidad en la marcha. Eso es lo que se conoce como propiocepción.

Algunos autores han desarrollado la teoría de las lesiones del largo plazo, o sea aquellas en las que, por un tratamiento inadecuado, persiste la insuficiencia mecánica y funcional con la subsecuente inestabilidad.

Cuando se presenta un esguince de tobillo, mientras la persona asiste al servicio médico, se debe aplicar hielo en la zona de la lesión y, en lo posible, no apoyar le pie. Una vez en el servicio de urgencias la atención médica se centra en descartar fracturas del pie o del tobillo, se inmoviliza la articulación, se maneja la analgesia y, entonces, en este momento empieza el tratamiento.

Dependiendo de la magnitud de la lesión, la inmovilización será de una o varias semanas y se dará inicio a la rehabilitación precoz, con el fin de evitar las secuelas.

¿Qué pasa si esperamos a que se desinflame y pase el dolor sin una atención médica adecuada?

Pues en el corto plazo se puede pasar por alto una fractura asociada y la no rehabilitación adecuada favorecerá la inestabilidad crónica del tobillo y  el problema funcional será permanente.

Otro riesgo son las lesiones del cartílago articular que, de no tratarse oportuna y adecuadamente, a largo plazo pueden evolucionar a una artrosis del tobillo.

En la rehabilitación, inicialmente, se busca manejar el dolor, reducir el edema y, poco a poco, lograr los estiramientos musculares necesarios para recuperar la estabilidad del tobillo y evitar las subsecuentes limitaciones.

Con todo lo anterior, espero que unos y otros tomemos en serio los esguinces de tobillo para que, llegado el caso, podamos orientar a nuestros familiares o amigos. Esta no es una lesión tan trivial como creímos.

Ahora nos queda pendiente la realización de más estudios en nuestro país, con un enfoque integral sobre este tipo de lesiones, con el fin de evitar problemas de salud a largo plazo. Aunque se presenten muchos esguinces en muchos tobillos, no podemos pasar por alto esta lesión.

 

 

 

 

 

 

 

 

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