Más allá de la medicina

Publicado el jgorthos

¿Y AHORA EN DÓNDE Y CÓMO VAN A ENSEÑARLES A LOS MÉDICOS?

 

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Cuando vamos al médico damos por hecho que este profesional es capaz e idóneo en el área de la medicina que estamos consultando como pacientes. Sin embargo, no es usual pensar cómo llegó ese médico a ese consultorio. Además de saber que los médicos “estudian mucho”, poco o nada nos interesa en dónde se formó el galeno que nos atiende ni en qué escenarios aprendió el arte de la medicina.

Hace algunas décadas, en nuestro país ir a un hospital universitario era sinónimo de medicina pública y de hospitales llenos de pacientes, que por sus características permitían estudiantes a su alrededor.

En los países desarrollados el sitio de mayor conocimiento, el hospital más avanzado y de mejor calidad es el “hospital universitario”. Son centros que incentivan la discusión académica, la investigación y los protocolos de atención que disminuyen la variabilidad.

En Colombia solo hasta hace pocos años se empezó a entender que un hospital o una clínica sola en el entorno, sin formación ni investigación no aportaba conocimiento y seguridad de pacientes. Hoy una Institución Prestadora de Salud – IPS-, además de atender pacientes, se dedica a formar personal en salud; lo que implica un mayor cuidado de los procesos, exigentes y estrictos protocolos y por supuesto altos niveles de seguridad de los pacientes.

Hoy la medicina con academia marca una importante diferencia. No es los mismo  asistir a donde un médico que está solo en su consulta, que no tiene vinculación académica ni posibilidades de un escenario universitario y que solo tiene que tomar decisiones frente a un problema especial, que ir a un centro académico, en donde un grupo de profesionales analiza y discute el caso, lo lleva a una revista, se enmarca en guías de manejo establecidos y tiene la necesidad de contrastar su decisión con un entorno critico universitario.

Volviendo al ejemplo norteamericano, es tal el nivel de desarrollo que a través de ranking públicos y clasificaciones que miden los niveles de especialidad, área del conocimiento, premios de investigación y grados de seguridad, el paciente busca la mejor opción frente a una patología en particular.

Los mejores centros hospitalarios son los universitarios, pues allí se focalizan los recursos de investigación, los nuevos desarrollos en tecnología y donde la academia da líneas de tratamiento buscando el mejor desenlace.

Hace unas semanas se publicó un informe titulado “Documento de recomendaciones para la transformación de la educación médica en Colombia”, resultado de una reunión de expertos, solicitado por los ministerios de Salud y Educación, con el fin de establecer lineamientos futuros sobre la educación médica. El documento pone sobre la mesa la discusión sobre cómo enseñarle a los médicos y la mejor manera de hacerlo, de cara a lo que hoy se vive y tenemos en el país.

Algunos colegas sostienen que la crisis de la educación médica la generó la Ley 100, que no contempló el hospital universitario. Difiero de esa opinión, ya que esta ley se ocupó del aseguramiento en salud y no de la educación.

Todo lo contrario, al favorecer el aseguramiento otorgó bases para que los hospitales, de acuerdo con sus condiciones, tomen decisiones frente al tema de ser o no un hospital de enseñanza. Antes solo los hospitales subsidiados, o mal llamados de caridad, eran los universitarios. Hoy cualquiera pude definirse como tal, siempre que cumpla con las condiciones de estructura y acreditación de calidad.

A diferencia de hace treinta años, hoy un hospital universitario tiene mayores exigencias.

Así las cosas, las recomendaciones del citado documento, serán recibidas por el Gobierno Nacional, que mediante leyes o decretos reglamentarios, definirá el futuro de la enseñanza de la medicina en Colombia.

Menciono algunas conclusiones de este documento: en pregrado se deberá cumplir  unos requisitos mínimos para optar por estudiar medicina, las competencias de la carrera basadas en profesionalismo, ciencia, comunicación y civilidad. Será cinco años de carrera, que integrarán ciencias básicas, clínicas, socio-humanísticas, salud pública y sistemas de salud. Al final de ese proceso tendrá lugar una evaluación de conocimientos por parte del Estado. Luego vendrá el año del internado supervisado y después el grado de médico con registro pleno.

En ese momento se podrá optar por un doctorado, por medicina familiar, especializaciones medico quirúrgicas. El servicio social obligatorio se debe cumplir CUANDO?????.

El paso a la especialidad estará también regulado por el Estado que, conociendo las necesidades del recurso humano en salud, creará un observatorio en salud y definirá cuales son las especialidades, qué cantidad y en dónde se necesitan y, así, definir la oferta en formación de las diferentes universidades y hospitales.

Se quiere que el residente pueda rotar por diferentes ámbitos de la atención en salud y no sola la hospitalaria. También busca grados de profundización, favoreciendo los niveles de maestrías; además se contempla el pago a residentes, que hoy no existe.

Otro aspecto que contempla el documento es la evaluación periódica por parte del Estado, con el de asegurar los procesos de formación continua y altos niveles de calidad en la educación especializada.

Como otra gran idea es la conformación de centros académicos de salud, que harán realidad la integración entre los hospitales y las facultades, con el fin alcanzar logrando la formación integral del recurso humano en salud. De esta manera, los hospitales universitarios de antaño, solos y aislados no tendrán futuro en el nuevo modelo.

El documento es extenso juicioso y aporta nuevas líneas que obligará a las universidades a repensar sus currículos, sus estrategias y el futuro de las especialidades.

Sin embargo, el querer prohibir la contraprestación de los convenios en hospitales, donde no hay claridad del modelo universitario y al mismo tiempo lograr pago justo a los residentes amerita un análisis económico más profundo, que favorecerá a las nuevas generaciones de médicos.

Lo único claro es que no sobra ningún esfuerzo por mejorar la educación médica, que entregue al país profesionales con calidad científica y humana, que pueda igualmente aportar a los hospitales en beneficio de los ciudadanos y de la salud de nuestro país.

Esperemos cuáles serán las decisiones del Gobierno y cómo asumirán sus determinaciones las diferentes facultades de medicina

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