Políticamente insurrecto

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La “Experiencia Transcaribe” en Cartagena

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Puesta en marcha, funcionamiento u operación no es lo mismo que el inicio de la fase pedagógica y de socialización de un sistema de transporte masivo que tiene más de 10 años construyéndose con un sobrecosto abismal. No sé si la distorsión de la información yace en la fuente oficial o en el medio de comunicación que la reproduce.

En muchos casos la comunicación pública apela al truco semántico y a la retórica, para escabullirse adrede de la realidad. Sobre todo en gobiernos poco eficaces  y operativos, torpes administrativamente y sin resultados que hacen del deseo, la buena intención, el estudio previo, el diagnóstico y el anuncio vacuo, una buena noticia para dar golpes de opinión. A continuación un ejemplo ficticio: título del boletín oficial “Cartagena tendrá transporte acuático”. Siguiente renglón en el sumario y en letra chica: “Se hicieron los estudios que lo viabilizan”.

El periódico recibe la información y examina cómo le da vuelta –si es que se la da-. Digamos que usa el verbo en modo condicional para no comprometerse: “Cartagena tendría transporte acuático”. El buen editor titularía: “Transporte acuático en Cartagena es viable”.

Es válido que el comunicador oficial (que deja de ser periodista) use la hipérbole como recurso en sus textos  siempre y cuando no mienta. Debe en lo posible ser claro, preciso y conciso para que los medios le copien y hagan eco a la información que emite. Ejercicio constante de credibilidad.

Veo cerca a Transcaribe como nunca antes, pues el Distrito ha hecho la tarea. Nadie dijo que era fácil. Sin embargo hay que ser cuidadosos y precisos con el mensaje para evitar la mala interpretación, confusión, desinformación y no ser blanco del rumor fácil y malintencionado. El tema Transcaribe es altamente sensible por sus nefastos antecedentes y es por ello que hoy más que nunca la ciudadanía espera claridad y mucha pedagogía ya que por obvias razones no hay confianza.

A falta de una estrategia masiva de comunicación sobre el tema, la labor de la prensa es fundamental. Un adecuado tratamiento de la información por la naturaleza del tema merece atención, disposición y responsabilidad. Son los medios, los articuladores entre el gobierno y la ciudadanía. Para eso son las jornadas de socialización.

El 17 de noviembre, fecha que el Distrito estimó para el «inicio de actividades de prueba del Sistema»,  don Pablo se sentirá frustrado porque quería usar su articulado desde la estación de Los Ejecutivos hasta Bocagrande. El vecino, que se enteró de oídas,  no le supo explicar que lo que arranca ese día es la fase pedagógica y que debía inscribirse previamente para participar de las rutas de prueba. Tampoco le dijo que esa etapa es primordial y necesaria para la puesta en marcha del Sistema,  tal como se ha hecho en otros lugares del país como Barranquilla que duró tres meses haciendo pedagogía integral antes de cobrar el primer pasaje. Es decir, a estas alturas, el mensaje no ha llegado con claridad al ciudadano de pie. Grave.

Pero Transcaribe tiene que andar e ir madurando. El modelo operacional está creado y “adaptado” a las necesidades de la ciudad según explica el vocero de una de las empresas operadoras; empero no le atañe solo al Distrito, que tiene una tarea ardua por delante que debe asumir con decisión y madurez; gran parte de la responsabilidad de su funcionamiento recae en nosotros los ciudadanos y por supuesto en todos los actores involucrados como los dueños de buses y busetas, transporte informal, vendedores ambulantes etc. Los actuales candidatos a la alcaldía, por su parte,  fueron etéreos frente al tema, así que urge exigirle al gobierno electo conectarse rápidamente con el proceso.

La invitación, en aras de echar para adelante con la llegada en firme del Sistema es a ser claros y directos con la ciudad sin manipular la información ni supeditar el mensaje a un cálculo político. Que este gobierno lo entregue no debería ser la meta ni la foto del corte de cinta en una estación el objetivo. Ya es una realidad y los cartageneros debemos apropiarnos de su uso y así vivir una verdadera “experiencia Transcaribe”.

ADENDA 1: El Plan integral de movilidad para Cartagena será un aliado para la operación  de Transcaribe. La piratería, el transporte informal de particulares, jeeps, camperos y el mototaxismo son los enemigos del Sistema. El que uno quiera bajarse de la moto o el colectivo particular para subirse a Transcaribe depende de su eficiencia.

ADENDA 2: No es un lío exclusivo de Transcaribe el proceso de chatarrización, siempre es traumático, tarda meses y hasta años después de la puesta en marcha del Sistema sacar de servicio a miles de buses y busetas según la experiencia de otras ciudades. Años para alcanzar el punto de equilibrio financiero y cubrir la demanda del 100% de la ciudad. Sin embargo hay que hacerlo y ojalá pronto. Pero sobre todo informárselo al ciudadano para que esté enterado del los detalles del proceso.

ADENDA 3: Sin vías alternas será inevitable el caos, axioma que el Distrito debería reconocer para ofrecer soluciones de cara a la ciudad. Ojalá el nuevo inquilino de la Aduana esté a la altura de este reto que no es menor.

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