Políticamente insurrecto

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Colombia no decide, recicla: la basura no se VOTA este domingo

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Por: Juan Diego Perdomo Alaba – @Perdomoalaba.

En Colombia la Educación, como Chocó, está en la periferia para los gobiernos de turno; no es el centro de la política, vive en un ostracismo permanente. 

Es evidente que esta campaña a la presidencia en 2014,  se ha desarrollado entre insultos y diatribas, dimes y diretes. Guerra sucia en coyuntura de paz –qué ironía-,  con armas letales que todos conocen, pues otrora fueron del mismo bando… o banda, para darle un matiz gángster.

La ambición de poder, enceguece a los actores en contienda, desborda el debate de las ideas y los argumentos a tal punto,  que temas álgidos para el país como las reformas a la justicia, salud y educación, van a la gaveta de los “Por si acaso, por si me preguntan”.

Para el presidente – candidato, la paz, el bien supremo que sea cual fuere el gobierno debe alcanzar por mandato constitucional, es su derrotero electoral, ya que según sólo él la puede lograr; mientras que para la campaña de su mentor y antiguo jefe, hay que acabar con el proceso de paz en La Habana y someter militarmente a las FARC.  Los demás candidatos, quizá por la bulla de aquellos, y la hilaridad que producen, ni suenan ni truenan. Lástima.

Pero dejando atrás  la parodia de las elecciones, es importante, cómo no, desengavetar las propuestas (Salud y educación), porque querámoslo o no, serán las directrices que marcarán la agenda política nacional de aquí a cuatro años.

La salud, un derecho humano de segunda

Es elemental señalar que la salud debe constituirse en un tema de primer orden en la agenda política de cualquier nación. Cabe advertir que no lo es en esta ‘republiqueta’.

Ningún candidato, en esta contienda electoral, tiene un plan de salud pública novedoso e integral.  Las cinco campañas tienen puntos en común en temas como cobertura,  mejoramiento en la prestación de los servicios de salud y vaguedades como la promoción, prevención, y tratamiento adecuado del flujo de recursos del sistema.

Solo la candidata del partido Polo Democrático, Clara López, tiene diferencias con las demás campañas: la salud como derecho fundamental,  la derogación de la Ley 100, el cambio estructural del Sistema General de Seguridad Social en Salud y una trasnochada estatización del Sistema de salud.

No es lo mismo invertir en educación, que invertir en calidad educativa

Hace poco menos de un mes, Juan Manual Santos, presentó su programa sobre la educación en Colombia;  Oscar Iván Zuluaga, a su vez, no dio tregua y el mismo día,  lo acusó de plagio arguyendo que era exactamente igual al suyo. Ambos proponen, lo que muchos académicos en el país sugieren como mecanismo para subsanar las deficiencias en la formación: jornada única (8 a 4 de la tarde), nivelación salarial a los profesores y ampliación de cobertura en instituciones de educación superior. Sin embargo, los dos prohombres, apuntan con especial cariño, a uno de los fortines políticos más rentables del aparato gubernamental criollo: el fortalecimiento del Sena.

Por otro lado, se podría percibir que Enrique Peñalosa, con exviceministra de educación de Uribe a bordo como fórmula vicepresidencial,  haya quedado con el olor a lápices que le dejó la Ola Verde,  pero no. Echa la misma perorata de los de arriba, pero inyectándole más recursos económicos. Válido.  Respecto a la reforma a la Ley 30 de Educación, Isabel Segovia, su coequipera, no se compromete pero explica que toca poner en marcha  un proceso redistributivo de los recursos a las universidades públicas para que los reciban proporcionalmente.  Afirma además, estar de acuerdo con la financiación mixta de la educación superior, punto de inflexión entre gobierno y estudiantes, durante las protestas de 2011.

La candidata del Polo, por su parte, es la única que se compromete con la gratuidad en todas las instituciones públicas y en todos los niveles: preescolar, primaria, bachillerato y universitario.

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Uno supone que en el modelo económico colombiano, la movilidad social a través del esfuerzo individual, se puede dar con mera voluntad, eso que llamamos ganas de echar pa´ lante, porque -dice uno acá-  existe la posibilidad que asiste a los Derechos fundamentales (Educación, salud, y a la vida misma si se quiere); sin embargo,  y parafraseando al candidato Peñalosa,  la politiquería, el clientelismo y la corrupción, son el mayor obstáculo para la construcción de un país de oportunidades reales y más equitativo.

Una nación que no premia méritos basados en el trabajo pero condecora recomendados políticos, es de bellacos. Para reducir la brecha de la desigualdad, que día tras día se zanja en Colombia,  es imperioso eliminar las trampas de la pobreza con EDUCACIÓN y OPORTUNIDADES.

Volviendo a los candidatos y a sus inanes planes de gobierno, con el perdón de los técnicos y tecnólogos del país, las propuestas en el área educativa de aquellos, es decir, la copia de la copia de la copia de lugares comunes que se consiguen hasta en Google,  son letra muerta que de vivir, proponen, a lo sumo, que Colombia continúe graduando a millares que irán al campo laboral a limpiar o reparar computadores, en vez de formar a verdaderos innovadores que los diseñen.

Bien lo dice el periodista argentino Andrés Oppenheimer, en su libro ¡Basta de historias!, donde pone de ejemplo a los países asiáticos quienes han reducido sus brechas de desigualdad gracias a su obsesión por la educación, la ciencia y la tecnología. A la era de la economía del conocimiento, donde el inventor de nuevas tecnologías gana más que quien exporta materias primas, solo es posible llegar con una educación de calidad.

No es lo mismo invertir en educación, que invertir en calidad educativa. En Colombia, cada cuatrienio,  el candidato universal, nos transa con la argucia populista de la cobertura. Cobertura en educación, cobertura en salud. Esta siempre, como va en alza, genera indicadores, cifras alentadoras para el gobierno, que destaca con bombos y platillos cómo cien mil dolores de barriga más al año, son paliados con ibuprofeno, pero sin definir con exactitud, si es por peritonitis, úlcera o algún linfoma.  Cobertura sin calidad, como paz sin justicia social, son un un pajazo mental: demagogia.  Es por eso que este 25 de mayo, Colombia no decide, recicla gobiernos: porque la basura, no se VOTA este domingo.

ADENDA 1: A un contacto en mi celular le leí algo lúcido: “Colombia, país de reacción: ¿Dónde está la prevención?”

ADENDA 2: Infame que por un afán comercial, se esté presionando la presencia de Falcao en el Mundial sin tener las condiciones clínicas ni futbolísticas. Pero él es más grande que eso, y sabrá qué decidir –si es que puede-.

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