Políticamente insurrecto

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ANÁLISIS | El Paro nacional no tiene liderazgos claros en Cartagena ni en Colombia

Por: Juan Diego Perdomo Alaba

En Cartagena:

El alma de la protesta social pacífica han sido los jóvenes. Fogosos, valientes y rebeldes pero jamás violentos. Me genera esperanza y expectativa ver cómo se han apropiado del debate público con criterio y fundamento. Son los grandes electores de la ciudad.

Y es que en Cartagena nos hemos caracterizado históricamente por marchar en paz y con alegría. A los mismos gatos que marchábamos hace 10 años contra la reforma a la ley 30 de Educación, hoy se une una legión de leones y leonas dispuesta a alzar la voz para ser escuchada. Noto a una amplia franja de muchachos sin maña ni filiación partidista, con un discurso potente, crítico y sin fundamentalismos sobre la realidad y los problemas de la ciudad y el país. Centrados en el qué pero conscientes del cómo. Involucrada cada vez más en diferentes ejercicios de participación política. ¡Bien!

Mis reparos a la protesta social en La Heroica durante este Paro Nacional radican principalmente en sus convocantes y su relación con miembros del gabinete Distrital. He participado en varias marchas y confieso haber huido por sentirme en un deja vu perenne. Los mismos de siempre apropiados del micrófono, soltando una y otra vez las mismas arengas trasnochadas, como una grabación sosa sin fin. La CUT, la CGT, el Sudeb y Fecode, organizaciones que, en honor a la verdad, son garantía de un convocante legítimo y válido, solo representan a un sector, pues son organizaciones sindicales afines al secretario de Interior del Distrito, David Múnera. Además es muy probable que a sus voceros, la mayoría de los marchantes, no los conozca.

Ese cuento de llevar acudiente a todas las convocatorias masivas, dizque para que no se salgan de control, ya marea, pues la función del gobierno Distrital es la de garantizar el buen desarrollo de las marchas y la seguridad de los manifestantes más no para tomarse foto en ellas y hacer populismo barato. No le corresponde. Es sólo un facilitador, no parte de. La marcha de Bocagrande, por ejemplo, ¿Hubiera sido posible sin la presencia del alcalde? Por supuesto que no.

El comité del Paro en Cartagena no tiene un liderazgo claro. O por lo menos no lo ejerce. No tiene un vocero o cabeza visible. Los jóvenes en su entusiasmo de coadyuvar a la causa, ya no saben a qué llamado atender, pues pululan las convocatorias desde distintos sectores sin un objetivo definido. Y eso es peligroso, ya que sirve a aquellos interesados en infiltrar la protesta en su afán de escalar la violencia para deslegitimarla. Estos ejercicios de participación política ciudadana también necesitan contenido, pedagogía, contexto. No existen espacios oficiales de discusión y deliberación sobre el desarrollo diario del Paro nacional; la idea, a estas alturas, ya no debería ser marchar porque sí, pues es momento de recoger sentires y estructurar ideas. La premisa en la lucha social siempre debería ser: A cada protesta una propuesta.

A propósito, y ya que el Distrito no lo ha hecho, propongo al Concejo de Cartagena echar mano de la ley 1757 para convocar un Cabildo abierto con participación de los jóvenes y la ciudadanía en general, para discutir la conformación de un pliego de peticiones con propuestas muy concreto que sea divulgado y enviado al Gobierno, como aporte de Cartagena a esta causa nacional.

En Colombia.

Problema 1: En definitiva, no hay unidad en los objetivos comunes, y muchos ya se cuestionan quién le otorgó al Comité del Paro semejante poder de representatividad. Los indígenas, por ejemplo, no se sienten representados en dicho Comité y prefieren negociar aparte. Allí comenzamos mal.

2. El Comité pide mucho pero propone poco. Asume como una victoria propia el retiro de la Reforma tributaria, que desde donde se le mire era inoportuna, confiscatoria y regresiva, pero a su vez pide renta básica universal y educación superior pública gratuita y de calidad, dos peticiones necesarias y realizables. Pero nunca dice de dónde saldrá la plata para financiar ambas políticas.

3. La comunicación entre el Comité del Paro y la ciudadanía es nula, no hay canales de interacción ni una plataforma concreta.  ¿Dónde transmitieron la reunión de este lunes entre el Comité y el Presidente? Colombia necesita saber de qué se habla puertas adentro en dichos «Diálogos», pues es un tema de interés nacional. El país, además, no conoce a sus voceros.

Sobre las peticiones.

Renta básica.

El Comité plantea la universalidad de esta política. Y así como la pintan sale carísima. No somos un país nórdico, tenemos unas limitaciones fiscales naturales. A futuro, puede funcionar. Pero por ahora urge implementarla máximo a un año para estimular la demanda y enfrentar la pandemia. Claro, solo para estratos 1, 2 y 3.

Educación

Se propone matrícula cero en las instituciones de educación superior pública y subsidios para la continuidad de los estudios en las instituciones de educación superior privada.

El problema estructural de la Educación en Colombia es la ley 30. Urge reformarla. No es con soluciones de coyuntura que se corrigen sus fallas. Igual con el sistema de Salud.

Otras peticiones como el retiro del proyecto de reforma a la salud y la no aspersión con glifosato, son pertinentes pero requieren de consensos y voluntad política por parte de este gobierno débil que responde a las órdenes, que más bien caprichos dictatoriales, de un caudillo anacrónico e incendiario nostálgico de las peores tiranías. Es él quien no nos deja avanzar como país. ¡Suéltanos, Álvaro!

¿De dónde sacar la plata para financiar este paquete social de emergencia? Para recaudarla es necesaria una reforma tributaria integral y verdaderamente progresiva.

  • Baldíos improductivos.
  • Bebidas azucaradas.
  • Reducción de gastos del Estado.
  • Corrupción.
  • Perseguir la evasión.
  • Regalos tributarios: Nada más en tres regalos tributarios (reducción de tarifa de impuesto de renta, descuentos de IVA, ICA y GMF) que Iván Duque le dio a las empresas en la tributaria pasada suman beneficios por $11.5 billones.
  • Renta a los más ricos.
  • Sector financiero.
  • Iglesias.

¿Propuesta mamerta? No. Realidades en contexto.

La verdadera revolución está en las urnas y falta un año. No obstante, el Paro Nacional ha contribuido a reforzar el anhelo nacional de que un nuevo contrato social es necesario. Además, las transformaciones sociales profundas que le urgen al país están en los Acuerdos de paz. Ahí está la clave. Nadie que los desconozca debería ser votado, ¡NADIE!  Una amplia agenda social de reformas es posible sobre la base del diálogo y el consenso político generoso. ¡Ah! Y para eso no hace falta convocar una constituyente.

Ojalá se dé. Lástima, no será por ahora ni en este gobierno.

ADENDA: El Gobierno Nacional debería saber distinguir y reconocer claramente entre la protesta social pacífica, el vandalismo de oportunidad y la fuerza pública infiltrada. Simplificar el fenómeno estigmatizándolo en una sola categoría como ‘terrorismo vandálico’, es provocar una guerra civil inane.

Hasta que eso no suceda y el gobierno proteja y garantice por mandato constitucional a la primera e intervenga con fuerza de autoridad al resto, la espiral de violencia no cesará.

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