Semejanzas políticas entre Estados Unidos y Colombia – Segunda versión

El primer artículo fue escrito y publicado el 14 de julio del 2015 y fue leída por más de seis mil personas – esa cantidad es la que se muestra exteriormente; pero la información interna dice que fueron casi cien mil lectores.

En ese tiempo Barack Obama estaba en la presidencia de Estados Unidos en su segundo término, y en Colombia, Juan Manuel Santos también en su segundo período presidencial. Ambos de tendencia democrática, Obama restableciendo relaciones diplomáticas con Cuba, y Colombia en las negociaciones de paz con las FARC.

Ocho años después, Estados Unidos continúa siendo gobernado por el partido demócrata, y Colombia por un ex guerrillero sin formación política. Pero ambos corruptos, con la gran diferencia de que en Estados Unidos los demócratas mantienen pautas generacionales de décadas de robar, pero no todo y en la oscuridad producida por esas mismas conspiraciones, y en Colombia solo fue un cambio de ladrones; por generaciones unas cuantas familias, y ahora Petro, dando la oportunidad de robar a nuevos personajes abiertamente sin importar consecuencias.

Cuando Petro fue elegido recuerdo dos instancias compartidas con Facebook; una, vaticiné su triunfo y lo corroboré con varios artículos publicados en varios idiomas y en publicaciones reconocidas mundialmente antes de su elección. La otra, cuando leí los comentarios de tristeza publicados por dos parientes comparando la posibilidad de que pasaría lo mismo que en Venezuela; pero les respondí que no se preocuparan porque Colombia necesitaba ese cambio por numerosas razones (probablemente explique en otro artículo mis cogniciones), pero la principal para este escrito, que nada cambiaría. La corrupción continuaría de la misma forma o peor, como lo estamos viendo ahora.

Sin embargo, el gobierno de Biden ha demostrado una altura correspondiente a la beneficencia de la gente común con la misma teoría del robo, pero no todo y demostrando que se puede compartir sin importar la orientación política.

Petro, tiene la llave abierta con el despilfarro que hasta su propio hijo cayó y está siendo investigado por enriquecimiento ilícito. Hunter Biden, hijo del presidente estadounidense tiene sus problemas legales también. Ninguno irá preso, y los sistemas judiciales de ambos países en conspiración con abogados y fiscales, enterrarán sus casos.

A propósito, mencioné que los sistemas civiles y criminales de ambos países es tan corrupto como los desperdicios que evacuamos diariamente de nuestros cuerpos; y a algunos, como a mí, ¿nos hiede peor que la carne putrefacta?

Pregunta curiosa, ¿Qué pasó con los casos del expresidente Uribe, que hasta la misma fiscalía está ayudando para que se desestimen los casos en su contra? Y qué hay del ¿enriquecimiento ilícito de sus dos hijos? ¡Enterrados por ambos, procuraduría y fiscalía!

Biden en Estados Unidos enfrenta elecciones el próximo año – 2024 – sin contendientes hasta hoy que pretendan la nominación como candidato presidencial para esas elecciones, y puedo vaticinar casi infaliblemente que nadie disputará su candidatura dentro del partido demócrata.

Existen preocupaciones de una candidatura independiente que restaría votos en las elecciones, como la de Sander (no lo hará), Manchin – quien es a veces demócrata, otras republicano o independiente. (Aguas tibias como él lo que buscan es simplemente contribuciones económicas que es en millones de dólares), pero sin perspectiva de ganar una elección presidencial; Robert Kennedy Jr., no será elegido ni para sacar la basura.

La otra preocupación es que Biden muera durante ese período presidencial, dejando a Kamala Harris como presidente de Estados Unidos, una mujer, negra y de origen inmigrante proviniendo de India y Jamaica, complicando más la reelección de Biden porque implicaría que, Harris no solamente terminaría ese período, sino que también aumentaría dicha presidencia por otros cuatro años más con una reelección.

Trump sería posiblemente el contrincante, un personaje completamente salido del infierno, pero ¿cuál de tantos? Primero, es un acusado criminal hasta hoy tres veces con la posibilidad de ser acusado por cuarta vez por el estado de Georgia (vea la definición de Black’s Law Dictionary de indictment) por sus actuaciones como presidente. ¿Se imaginan si gana otra vez?

Pero primero tiene que ganar la nominación que según las encuestas (no creo mucho en ellas) es el candidato favorito. Desantis, quien sería alguien con posibilidades, está muy por debajo de cualquier encuesta. (Este indio blanco salido quién sabe de qué hueco del mundo se siente un mesías conservador y salvador del mundo quien quiere regresar la civilización varios siglos). Estoy seguro de que ni él, Pence, Christie, ni ningún otro vencería a Trump.

Me atrevo a vaticinar que Trump ganaría la nominación, pero no la presidencia. Estados Unidos vive una era de especulaciones por el no estar contemplado en la constitución la posibilidad de que un acusado criminalmente pueda lanzarse a elecciones presidenciales, mucho menos de elegir a uno. Mi predicción es que muchos republicanos votarían por Biden; no pueden dejar de votar, porque incrementaría las posibilidades a que Trump ganase la presidencia en el 2024.

Por otro lado, Petro no enfrentaría una elección sino hasta el 2026, si acaso; le veo más probabilidad a Claudia López por ser mujer y lesbiana. Lo que podría enfrentar es un golpe militar, ya que ha habido rumores, y Colombia tiene demasiados locos con delirios presidenciales, aunque lo veo bastante desacertado. Me atrevo asegurar, que no ocurriría.

En esta breve reseña pretendiendo abarcar un mar de conocimiento, me atrevo a compartir esta gota de intuición personal que acostumbro a llamar, mi opinión.