Y la comunidad campesina cristiana de los blancos, eligió a su mesías
Y la comunidad campesina cristiana de los blancos, eligió a su mesías
La sociedad actual se encuentra en una revolución tambaleante en torno a la reivindicación de la existencia de un dios definido en diversos términos, según la religión que se profese, aunque no se tenga ninguna. Cruzar o transferir el desarrollo con los evolucionistas profundiza la confusión en las mentes que no pueden captar un conocimiento profundo de qué verdad es más realista a sus creencias.
El análisis de los acontecimientos actuales, incluidas las guerras que tenemos en todos los continentes que destruyen la civilización y la naturaleza, no puede describir a un dios bueno; debe ser una criatura maléfica producto de una cultura incrédula, creada por un liderazgo montado sobre el pensamiento individual fatídico de supremacía y explotación de los demás. Además, este comportamiento se puede observar también en animales de cualquier especie.
Cuando pensábamos que estábamos en el camino de la evolución mental y de una sociedad de tolerancia en lo que somos como individuos y capaces de pensar de cualquier manera que quisiéramos, el último suceso, la elección de un criminal convicto a la presidencia de los Estados Unidos, transformó toda la percepción de quiénes somos y hacia dónde vamos como sociedad. Ampliando este pensamiento a algunos de los grupos que está eligiendo para servir en su gabinete, el absurdísimo de la conducta criminal entre los elegidos. ¿Es esa una buena definición piadosa? Peor aún, elegidos por personas blancas que se autodenominaron como cristianos siguiendo diferentes filosofías asociadas a la iglesia.
Al examinar algunas estructuras en las que la humanidad establece base de la convivencia, como el sistema judicial, el de aplicación de la ley, el religioso y prácticamente todos o cualquier sistema, se comportan diabólicamente sin prejuicios ni preocupaciones por las consecuencias de dicha conducta.
En un artículo anterior en español centrado en mi opinión sobre la existencia de dios y la definición de religión, concluí que dios existe en cada uno de nosotros, así como la religión. Pero la tendencia de todo ser vivo es actuar bajo la influencia maliciosa creada por un dios viviente interno producido por nuestro proceso de pensamiento, ya sea cualquier animal o ser humano, originado por la duda de no actuar correctamente, que al menos es identificable en los seres humanos, pero en los animales, quién sabe; sin embargo, comparando comportamientos, se pueden predecir similitudes.
Si preferimos creer en un dios bueno con vida en su reinado después de nuestra muerte, no es el que reside tan visiblemente como podemos ver en el mundo. No es un dios bueno, es uno malo, y como mi investigación con la extensión Microsoft Copilot indica diferentes nombres:
“A lo largo de varias religiones y mitologías, Satanás o figuras similares han sido conocidos por diferentes nombres. Estos son algunos de ellos:
• Lucifer: En el cristianismo, Lucifer es a menudo considerado un ángel caído que se rebeló contra dios.
• Belcebú: En la demonología cristiana, Belcebú es otro nombre para Satanás, a menudo asociado con la posesión demoníaca.
• Iblis: En el Islam, Iblis es un genio que se negó a inclinarse ante Adán y fue expulsado del cielo.
• Shaitan: En la tradición islámica, Shaitan es un término utilizado para describir seres malévolos, a menudo equiparados con Satanás.
• Mara: En el budismo, Mara es un demonio que tienta a las personas a alejarse del camino de la iluminación.
• Angra Mainyu (Ahriman): En el zoroastrismo, Angra Mainyu es el espíritu destructivo que se opone a Ahura Mazda, el dios supremo.
• Loki: En la mitología nórdica, Loki es un dios embaucador que causa caos y conflictos, aunque no es directamente equivalente a Satanás.
Estos nombres reflejan las diversas formas en que las culturas y religiones han conceptualizado la idea de una fuerza malévola. Cada una de estas figuras juega un papel único en sus respectivas tradiciones”.
No soy un individuo satánico ni profeso ninguna filosofía conjugada con un sistema de creencias relacionado con un grupo de seguidores; soy un simple observador que transmite esta idea a quienes pueden conceptualizarla abiertamente dejando de lado el miedo a pecar por sus creencias religiosas.
El mundo está en manos de un dios que profesa guerras entre nosotros imponiendo criterios falsos y destruyendo posibilidades de evolución para perpetuar la vida humana en una convivencia abierta a todos los principios de una existencia comunitaria.
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