Mi Opinión

Publicado el Ben Bustillo

La Universidad del Norte, o regaló, o vendió un título de abogado

 

 

Y lo digo porque no entiendo cómo, Fernando Antonio Corcho Bustillo ha podido graduarse en esta entidad de abogado. Lo conozco desde que nació, es un sobrino, y lo tuve trabajando conmigo en Los Ángeles, California hace varios años cuando tuve una publicación que repartía a varios estados en Estados Unidos.

Le permití “escribir” una columna de deportes aunque no fue la razón por la cual le di trabajo en mi oficina. Puse entre comillas escribir, porque no tenía ni la menor de lo que estaba haciendo. Todos sus artículos se los edité para que tuvieran sentido, a pesar de que deportes sé lo que sé de chino: nada.

Fernando tiene problemas mentales de nacimiento, aunque es inteligente y se medio comporte en cualquier núcleo social. El diagnóstico médico, su madre Rosa, mi hermana de padre y madre, nunca lo quiso divulgar, pero era visible desde su niñez tanto física, como mentalmente. Era ese tipo de secreto público, algo típico colombiano. En todas partes se trataba preferencialmente, pero mucho – y diría que exagerado –  en la familia de parte del padre.

Y no solo trabajó como empleado en mi oficina como adulto, sino que también como adolescente vivió conmigo en Los Ángeles unos cuantos meses cuando yo estaba casado. Es más, él fue quien le dijo a mi ex que le había sido infiel con “la pocha” en Barranquilla. Por poco tiempo lo culpé. Pero no, el haberle dicho a  mi ex fue el causante del divorcio, pero no la causa. La culpa fue mía por haber sido infiel.

Uno de los efectos que noté cuando vivió en mi casa fueron las despertadas gritando con pesadillas; aunque pensé que era porque estaba separado de su núcleo familiar, paternal y maternal independiente de cada uno, porque sus padres ya estaban divorciados, eran vestigios de su condición.

Son varias las razones por lo cual dudo que él, bajo sus propios méritos, haya escrito cualquier tipo de ensayos que una educación universitaria requiera. Primero, estudió junto a su hermana (la hija de Roberto Carbó) la misma carrera durante el mismo tiempo y se graduaron juntos; segundo, tengo entendido que la tía Matzary Corcho, tiene o tuvo cierto tipo de vínculo con la Universidad; tercero, su mamá, Rosa mi hermana, para poder trabajar para la DIAN tuvo que demostrar que tenía título profesional, algo que hizo al presentar un título de “abogado” referenciado en un cartón (diploma) de la Universidad Libre que había comprado por la calle, y por último, cuando eran los dos hermanos estudiantes, en uno de mis viajes a Barranquilla, vi como la hermana le escribía algunos de los ensayos, una muchacha guajira (no puedo recordar su nombre ahora mismo) también, y un tipo escribiendo otro de los trabajos que tenía que presentar al profesor de cierta clase.

Y ahora, y que es abogado litigante. Yo diría que estafador es lo que es, y por eso es por lo que la denuncia ante los propios canales gubernamentales como el Ministerio de Educación, Fiscalía y Procuraduría, las he presentado.

Dicen que la familia es un regalo de dios. Pero en mi caso, ¿cuál dios? No creo en misticismo ni mucho menos en la ignorancia de representar o atribuir lo inexplicable a un ser que solo existe en la imaginación de cada quien.

A mí, me tocó la escoria como familia, desde los padres hasta los hermanos. Y no es que sea un santo, porque tengo esqueletos que uno de estos días saco al aire; pero sé distinguir la disfunción que existe entre la fantasía con la realidad.

En mi mente no cabe dudas de ninguna especie: La Universidad del Norte o le regaló (algo que dudo conociendo las artimañas de ciertas instituciones de este tipo,) o le vendió el título de abogado a Fernando (que es lo más seguro.) Y si se lo vendió a una minúscula criatura dentro del espectro “sangre azul” de la costa atlántica, estoy seguro de que en una buena auditoría, saldría un buen número de “ventas de diplomas.”

@realtor1986

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