En el siglo 18, La Bastilla, antigua fortaleza de la monarquía francesa de la época, representaba la más clara manifestación de la arbitrarieridad del «Rey».En ella, eran detenidos los prisioneros que en su mayoría eran considerados como “políticos”, dada su condición de librepensadores, y especialmente por la amenaza que representaban para el sistema dominante, una especie híbrida entre la monarquía y el clero.
La sociedad parisina de entonces, se enteraba con frecuencia de las arbitrariedades cometidas por su rey contra los prisioneros detenidos, muchos de ellos sin derecho a juicio o defensa jurídica de ninguna naturaleza, considerados como amenaza al emitirse lo que se denominaba una orden sellada del rey. Reiteradamente, tanto la monarquía como el clero, gravaban al pueblo con impuestos, que este con su trabajo y ante una injusta condición de subordinación a los poderes de la época, pagaba esforzadamente, manteniendo con ellos excesos y demandas de sus gobernantes.
El día 14 de julio del año de 1789, la población parisina, ante diversas circunstancias históricas, pero principalmente a partir de la crisis financiera de la época, exacerbada hasta el cansancio por las demandas de su gobierno, por la concentración del poder de este, por sus arbitrariedades y sus impuestos, entusiasmada por alcanzar su libertad sin hacer concesiones de ningún tipo, se insurrecta en armas contra la monarquía, y penetra la fortaleza de Bastilla, liberando a los presos de la época en un acto heroico y simbólico que pasó a la historia como el inicio de la revolución francesa, y con él, la difusión en el mundo de las ideas de “libertad, paz y fraternidad”. Grito de batalla de liberales y republicanos a lo largo de la revolución, y lema histórico y nacional de Francia a favor de la democracia y contra la tiranía.
El día 8 de julio del presente año, y como una manifestación más de las actividades y denuncias sistemáticas de distintas organizaciones de derechos humanos alrededor del mundo, Amnistía Internacional llamó una vez más a que se «proceda inmediatamente a la liberación sin concesiones de todos los presos de conciencia retenidos en Cuba» en dramáticas condiciones de aislamiento y violación de mínimas garantía de derechos humanos. Adicionalmente, llamó a cesar el “hostigamiento e intimidación de los periodistas independientes, activistas de derechos humanos y disidentes políticos” residentes en la isla, que dadas las condiciones de aislamiento de esta, representan probablemente la única oposición a un régimen asentado desde enero 1ro del año de 1959.
Hoy, en el año 2010, la población latinoamericana conoce que cada uno de los gobiernos de turno tiene cuentas pendientes con el pueblo – así como en el caso de la antigua Francia -, no obstante, de todas las injusticias contra la libertad y la democracia cometidas en el continente, la Cubana representa la mas execrable y envejecida manifestación de la opresión, y con ello, la muestra más fehaciente de que en la actualidad, como en la Francia del siglo 19, probablemente con actos distintos a la Bastilla, pero con la misma irrestricta determinación, urge la necesidad de que la libertad y la democracia se fortalezcan y se constituyan en el único camino válido para el nacimiento de una Cuba nueva.
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Renny Rueda Castañeda