Cosmopolita

Publicado el Juan Gabriel Gomez Albarello

Si usted tiene acciones en Ecopetrol, véndalas

Moralmente, es lo que debe hacer. Económicamente, es lo que le conviene. Como muchas veces el interés y la utilidad prevalecen sobre las obligaciones y las responsabilidades, comenzaré refiriéndome a lo económico y, sólo después, me referiré brevemente a lo moral.

Desinvierta - Invierta (imagen tomada de wfs.org)
Desinvierta – Invierta (imagen tomada de wfs.org)

Si usted tiene un portafolio que incluye acciones en empresas productoras de carbón, gas y petróleo, y decide dejar de invertir en tales empresas, quizá su primera impresión es que su riesgo va a aumentar. Su razonamiento es lógicamente impecable. El efecto neto de reducir la amplitud de su portafolio es incrementar el riesgo que corre su inversión en el mercado. Sin embargo, según un estudio de Patrick Geddes, el Gerente de Inversión de aperiogroup, ese incremento de su riesgo es estadísticamente insignificante (Do the Investment Math: Building a Carbon-Free Portfolio – Haga los cálculos de inversión: Construya un portafolio libre de inversiones en empresas que emiten dióxido de carbono, p. 3). Dicho de una forma más sencilla, excluir las empresas productoras de energía de origen fósil de su portafolio no va a tener ningún impacto en el riesgo de sus inversiones.

Ahora, considere la forma en la cual el movimiento contra la inversión en esas empresas ha crecido en estos años: como una bola de nieve. Este movimiento comenzó en el año 2011 en media docena de universidades de los Estados Unidos en las cuales los estudiantes le pidieron a las autoridades educativas rechazar los legados de las empresas productoras de carbón y petróleo. El movimiento se extendió a organizaciones de todo tipo: religiosas (por si acaso, le recomiendo la lectura de la Encíclica Laudato Si’, la Carta Rabínica sobre la Crisis Climática o la Declaración Islámica sobre Cambio Climático), filantrópicas, ambientalistas, etc., hasta impactar a varios fondos de inversión, incluidos fondos de pensión y fondos privados.

En la actualidad, 181 instituciones y gobiernos locales, así como 656 personajes de la farándula y de los negocios han sacado su plata del carbón, del gas y del petróleo. En septiembre de 2014, esta gente sacó 50 mil millones de dólares del sector de la energia sucia (estos datos provienen del estudio Measuring the Global Fossil Fuel Divestment Movement – Medición del Movimiento Global de Retiro de la Inversión en los Combustibles Fósiles, realizado por arabella advisors). Algunos nombres para tener en cuenta de aquellos que ya han sacado su plata del sector de la energía sucia son los siguientes: Stanford University, The New School (New York, NY), University of Glasgow, Natalie Portman, Robert Kennedy, Jr., y el Rockefeller Brothers Fund, el fondo de inversión de los descendientes del magnate de la Standard Oil Company. A propósito, considere esta declaración de los hermanos Rockefeller,

“Estamos muy convencidos de que si hoy [John D. Rockefeller] estuviera vivo, como un hombre de negocios astuto pendiente del futuro, se saldría de la energía fósil e invertiría en la energía limpia y renovable.”

Fíjese. En este apartado, no están apelando a ningún principio moral sino a una consideración meramente económica.

Ahora, tome en cuenta los planteamientos del estudio Stranded assets and the fossil fuel divestment campaign: what does divestment mean for the valuation of fossil fuel assets? (Activos abandonados y la campaña para retirar inversiones de los combustibles fósiles: qué significa la desinversión para la valoración de los activos de energía fósil), realizado por la Smith School of Enterprise and Environment, de la Universidad de Oxford. Según este estudio, el impacto directo de las decisiones de no invertir en las empresas productoras de petróleo, gas y carbón no es severo. Lo que sí es severo es el proceso de estigmatización de esas empresas. Esa estigmatización puede llevar a un cambio drástico en las normas del mercado. Lo que comienza como una campaña de alcance limitado se puede transformar en un amplio movimiento que le cerrará los canales de acceso a crédito con los cuales se financian los proyectos de las empresas de energía sucia. Una vez se alcanza el punto de cambio abrupto (tipping point), las acciones de esas empresas empezarán a caer en una espiral hacia abajo.

Las consideraciones morales son indiscutibles y la estrategia usada contra los grandes productores de energía de origen fósil será contundente. En palabras del arzobispo surafricano Desmond Tutu en un artículo publicado en The Guardian,

“Debemos detener el calentamiento global. Y podemos, si usamos contra los peores productores de dióxido de carbono las tácticas que funcionaron en Suráfrica.”

Por si acaso, no le quepa duda de que Ecopetrol está incluida en el índice de empresas productoras de gas y petróleo objeto de la campaña global de boicot contra los productores de energía sucia. En ese índice (haga click en ranking) ocupa el puesto 30.

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