Cosmopolita

Publicado el Juan Gabriel Gomez Albarello

Sex & Drugs & Rock n’ Roll: los intentos de descrédito a Ellsberg y Assange

La orden de Interpol de detener a Julian Assange, con base en una acusación de violación y agresión sexual, es otro de los elementos que lo hace pensar a uno en el paralelo que existe entre esta historia y la de hace 40 años cuando Daniel Ellsberg filtró los “documentos del Pentágono.”

La historia de un intento fallido de desacreditar a Ellsberg merece ser recordada justamente ahora. Con esto no quiero decir que la acusación contra Assange carezca de todo fundamento. Yo soy un científico y soy un abogado. Como tal, yo pido evidencia. Siempre lo haré. Sin embargo, creo firmemente que la carga de la prueba, en el caso de los que acusan, es mayor cuando uno sospecha que la acusación está motivada políticamente.

Yo no puedo poner las manos en el fuego por Julian Assange. No lo conozco. Pero hasta que no haya evidencia en contrario, creo que la acusación contra él es parte de una campaña de descrédito, una maniobra para hacer que la gente se olvide de lo más importante.

Ya ha ocurrido en el pasado. Por eso es que quiero traer a colación la historia de Ellsberg.

Una persona que pasó varios años en prisión por espiar para Nixon, cuando éste era presidente, escribió un libro en el que cuenta muchas de las cosas que hicieron y que querían hacer para desacreditar a los críticos de ese presidente y de sus políticas. Ese libro se titula Will: The Autobiography of G. Gordon Liddy [Voluntad: La autobiografía de G. Gordon Liddy] (New York: St Martin’s Press, 1996, p. 170). Esto es lo que cuenta Liddy con respecto a Ellsberg:

“De acuerdo con Hunt, Daniel Ellsberg estaba programado para dar una charla en una cena para recoger fondos que iba a tener lugar en Washington y [el consejero en jefe de Nixon] Chuck Colson pensó que esa era una oportunidad para desacreditarlo. En la cena estarían personas de los medios influyentes en la opinión pública y el discurso tendría un amplio cubrimiento. ¿Podría [nuestra organización] ODESSA drogar a Ellsberg lo suficiente para aturdirlo y hacerlo ver como si fuera un caso de una persona consumida por la droga?

“Hunt y yo estudiamos el asunto y desarrollamos un plan para infiltrar meseros cubanos en el grupo que atendería el banquete, los suficientes para asegurarnos que uno de los nuestros le serviría a Ellsberg en el estrado. Uno de los primeros platos en el menú era una sopa. Un líquido tibio es ideal para la absorción rápida y la amplia difusión de la droga; además, el sabor encubriría su presencia. Hunt estaba seguro de que él podría proporcionar gente de la comunidad cubana de Miami que había trabajado en hoteles importantes de la Florida; la droga, un psicodélico de acción rápida como el LSD 25, dijo que la podría conseguir de la CIA junto con una recomendación de la dosis necesaria para hacer que Ellsberg estuviera incoherente en el momento en el cual tuviera que hablar.”

El plan no funcionó porque “nuestros superiores esperaron mucho” para aprobarlo y luego no hubo suficiente tiempo para llevarlo a cabo.

Creo que no tengo que añadir nada más.

Pensé en citar la frase esa de Marx que tan bien viene al caso, una ya bastante trillada: “Hegel en alguna parte comenta que todos los hechos y personajes de la historia mundial aparecen, por así decirlo, dos veces. Se le olvidó añadir: la primera vez como tragedia, la segunda vez como farsa.”

Nada. A este paralelo hay que darle otra referencia: ¿Qué tal Sex & Drugs & Rock n’ Roll?

Julian, you rock!!!

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