Cosmopolita

Publicado el Juan Gabriel Gomez Albarello

Los desatinos de Mauricio Rubio

En su columna semanal, la publicada el 7 de agosto de 2014, Mauricio Rubio hace el relato de una vida para ilustrar el hallazgo de una investigación: que en este país, “el mayor nivel educativo antes del reclutamiento incrementa el riesgo de reincidencia de los desmovilizados.” Pocas veces, como ésta, he leído una crónica en la que un autor se solaza en su fisgonería morbosa y en la que, a costa del drama de otros, nos quiere persuadir de lo profunda que puede ser su superficialidad.

Rubio cuenta un montón de detalles de una desmovilizada del M-19. ¿Para qué? Se me ocurren algunas conjeturas: quizá lo hace para conmovernos; o para ilustrar el hecho que el desencanto no es patrimonio de unos pocos; quizá para dar cuenta de su habilidad para extraer de una persona muchas incidencias que ilustren su situación; o para suscitar la ocasión para hablar sobre el tema en un coctél, en una fiesta o en un bar; quizá, por todas las anteriores razones.

La ligereza con la cual escribe Rubio sobre un drama humano subraya su condición de privilegiado. Él no estudió en la Universidad Distrital, no cayó presa del entusiasmo revolucionario, no ha tenido que vender productos dietéticos ni ha sido tan incauto como para que se lo coman a cuentos. Gracias a esa condición de privilegiado puede endosar, sin hacer más preguntas, la conclusión de un estudio sobre las dificultades de inserción en la sociedad de aquellos que hicieron parte de organizaciones guerrilleras. En ningún momento en la narración de Rubio se percibe nada distinto a la tesis, “así es esta sociedad”.

Así es esta sociedad, señor Rubio, porque así la hemos hecho. Usted, con su prosa, contribuye a que sea más cínica, chata, opaca y vulgar.

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