Cosmopolita

Publicado el Juan Gabriel Gomez Albarello

¿La palabra más hermosa del espagnol? ¡República!

El populismo tiene varias manifestaciones, pero su forma es siempre la misma: interpela al pueblo para convencerlo de que encarna lo popular, que lo suyo es del pueblo y para el pueblo.


Populismo paradigmático el de Perón y populismo también el del Instituto Cervantes que le pide a quienes estamos en línea que escojamos la palabra más hermosa del espagnol.


La palabra más hermosa… Y esto, ¿qué significa?


Sólo por joder yo les doy la mía: ¡República!


El agno pasado el mismo Instituto Cervantes hizo la misma convocatoria insulsa. El problema es que algunos se la tomaron políticamente en serio. Sobre todo, los del Instituto Cervantes.


Por si acaso, el Instituto Cervantes es algo así como el British Council o el Colombo-Americano: una expresión de lo que los estudiosos de las relaciones internacionales llaman el “poder blando.”


Con esta expresión lo que se quiere significar es que un estado-nación logra sus objetivos no solamente a punta de machucar los dedos (si ésta es la única forma de romper la voluntad del adversario); también lo hace persuadiéndolo de que el modo de vida, de que la cultura de ese estado-nación es algo digno de ser imitado y absorbido; que, en consecuencia, es bueno tener trato con ese estado-nación y con sus súbditos: comerciar con ellos y hacerle venias y reverencias a sus creencias y valores.


Con el Instituto Cervantes viene la Real Academia de la Lengua y todos los gramáticos que insisten en que digamos “el ordenador” en vez de “la computadora” y que pronunciemos vídeo en vez de video. Con ellos vienen las cumbres ibero-americanas, el Banco Santander, el BBVA y Fenosa, la desgraciada empresa de gas que abusa de sus usuarios extrayendo en forma irregular rentas por la vía de una manipulación legal que limita la libertad de mercado (algo sobre lo que me referiré en una futura entrada de este blog).


Hecha esta aclaración, vamos al grano. El agno pasado el Instituto Cervantes hizo pues la misma insulsa convocatoria a escoger la palabra más hermosa del espagnol. La mayoría, no sé si popular o no, había escogido la palabra república.


¡No! Eso no puede ser; no puede ocurrir.”


Espagna, no la que “huele a cagna, tabaco y brea”, sino la otra, la conventual, opusdeísta, camandulera, franquista y monárquica, no le podía caber en la cabeza que la gente votara por la palabra república. No podía ser porque… pues porque ¡Espagna es un reino! Porque república está en contradicción con la idea de que los espagnoles tengan un rey.


De hecho, los únicos que hablan espagnol y que tienen un rey son los espagnoles. No es que todos lo quieran así y la mejor prueba es la votación por la “palabra más hermosa del espagnol” hecha en el agno 2010.


En las elecciones de 1988, cuando el PRD estuvo a punto de ganar las elecciones en México, el computador se calló. No solamente se cayó. Se calló porque lo callaron. Como en las elecciones presidenciales de 1970 aquí en Colombia, en México mandaron a todo el mundo a dormir mientras descallaban el computador.


El mismo procedimiento utilizó el Instituto Cervantes el agno pasado. Calló el computador. Cuando la palabra república iba a ser escogida como la más hermosa, el Instituto Cervantes tuvo que intervenir en el proceso. Extragnamente la participación en línea quedó suspendida y … no necesito mencionar el resto. Como en cualquier república bananera.


Hay muchos espagnoles que aman a su rey. El tipo se ganó un puesto en la historia de la democracia espagnola cuando paró el golpe contra el incipiente gobierno representativo nacido de la Constitución de 1978. Si el rey no hubiese tenido la entereza de frenar a los golpistas como lo hizo, la Espagna de los golpistas le habría dado el Premio Príncipe de Asturias a George W. Bush y a Álvaro Uribe.


Hay que ser agradecido, pero no arrodillado. Creo que así piensan los republicanos espagnoles. El rey merece que le den las gracias, no que le hagan venia a su realeza. ¿Tiene la polla más grande, el cerebro más rápido, la moral más firme? No, simplemente se apellida Borbón. Si tuviera dignidad, ya se habría unido a los Indignados.


Por eso, así sea sólo de cogna, yo digo que la palabra más hermosa de la lengua espagnola es república.


Habréis notado que vuestra lectura la he sazonado con una egne distinta de la letra idiosincrática peninsular y chapetona que no está disponible en la mayoría de los teclados del mundo. Lo hago por cogna y también por republicano.


¡Vive l’Espagne!

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