Cosmopolita

Publicado el Juan Gabriel Gomez Albarello

Galán: una etiqueta que da pa’ todo

Ha pasado casi inadvertida la explicación que dio el senador Juan Manuel Galán acerca de su voto favorable a la reelección del Procurador Alejandro Ordoñez. Si no la ha leído, le recuerdo que el mencionado senador dijo, palabras más, palabras menos, que el Procurador era un hombre comprometido con las víctimas de las violaciones a los derechos humanos y que, prueba de su compromiso, era haber contribuido a que el asesinato de su padre, el líder político Luis Carlos Galán, fuese declarado crimen de lesa humanidad.

Declaratorias como ésta a la que alude el senador eran rutina en la Fiscalía, tanto que el actual Fiscal General diseñó un procedimiento para determinar su procedencia. A estas alturas, no me cabe duda que su despacho ya calificó de tal modo el asesinato del fundador del Nuevo Liberalismo.

Pero, vale la pena preguntar, incluso si la Fiscalía no hubiese hecho esa declaración, la acción del Procurador que tanto celebra el senador, ¿es la mejor manifestación de su compromiso con las víctimas? Y, si lo fuera, ¿es suficiente para hacer caso omiso de su política clientelista, como en su momento lo demostró La Silla Vacía, o de su actitud sinuosa respecto del cumplimiento de las decisiones de la Corte Constitucional, como lo denunciaron varios columnistas?

Yo creo que no. Creo, simplemente, que el nombre de su padre le sirvió al senador Galán para lavarse las manos.

En un escrito poco conocido, Keynes deploró el principio de la herencia y sus efectos en la economía capitalista. Según Keynes, la herencia distorsiona todo lo que la competencia en el mercado le permitiría lograr a los individuos si lo hicieran en una igualdad relativa de condiciones. Algo similar sucede en la política, ¿no lo cree?

Vea usted: la política colombiana, que bien mal está, está ahora peor con tanto delfín que chapotea como morsa. Porque es de lo más morsa, con perdón de la morsa, que el senador Galán diga que votó por la reelección de Ordóñez a cuento de lo que ha hecho en relación con el crimen que le quitó la vida a su padre. Si así son las cosas, entonces la etiqueta Galán da pa’ todo. Porque, con todo respeto, eso de que el Procurador es un paladín de las demás víctimas sólo lo creerá el senador Galán y su círculo familiar, si así lo creen.

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