Cosmopolita

Publicado el Juan Gabriel Gomez Albarello

De las chuzadas a la censura del escándalo de las chuzadas

Esta semana la noticia de chuzadas a las comunicaciones de varios miembros del gobierno ocupó los titulares de los medios colombianos. Lo que estos medios no han registrado todavía es la forma en la cual los medios estadounidenses, hasta hace poco tenidos como heraldos de la libertad de prensa y modelos a seguir del periodismo profesional, se han convertido en cómplices de la censura a las filtraciones de Edward Snowden.

No creo que el silencio de los medios colombianos sea un asunto de complicidad. Sería un poco traído de los cabellos pensar que los medios colombianos tuviesen incentivos muy fuertes para alinearse con corporaciones de la información y el entretenimiento como Fox News, CNN o ABC. Más increíble sería postular que tuviesen incentivos para servir a la siniestra Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés).

Podría estar equivocado. No todos lo medios tienen la misma factura. Una cosa era la revista Cambio y otra es el diario El Tiempo. La primera, todos lo sabemos, la cerraron por independiente en el último año de mandato de Álvaro Uribe; el segundo se precia de seguir siendo el medio con mayor circulación impresa, a pesar de tener la reputación de reportar de forma sesgada a favor del gobierno de turno y de los propietarios de turno.

Pero no nos sigamos alejando más del tema principal. Creo que el silencio en Colombia acerca de la censura a Snowden tiene que ver más con nuestro propio escándalo local, sobre todo después de la patraseada del Presidente Santos quien de destituir generales ha pasado a defender las chuzadas con el argumento de que estaban siendo realizadas legalmente.

Bueno es romper este silencio acerca de la censura a Snowden sobre todo porque el escándalo local tiene mucho que ver con el escándalo mundial. Los gobiernos del mundo quieren hacernos creer que la única forma de estar seguros es permitiéndoles que nos espíen permanentemente. En lo que corresponde al gobierno colombiano sí creo que hay incentivos muy fuertes para mantener esta situación e inhibir toda clase de cuestionamiento.

La semana pasada el canal alemán ARD entrevistó a Edward Snowden (la transcripción, en inglés, de esa entrevista está disponible en esta página). Una de las revelaciones más importantes de esa entrevista fue la epifanía de Snowden acerca del proceder de su gobierno en lo que se refiere la vigilancia masiva de las comunicaciones de todo el mundo (la expresión todo el mundo debe entenderse en su sentido literal).

Snowden le contó a su entrevistador que se unió a la CIA porque creía que esa era la mejor manera de servir a su país. Había crecido como un joven interesado en la tecnología de las comunicaciones y creía que podía poner su conocimiento al servicio de una buena causa. Impaciente quizá por hacer mucho más que trabajar en una oficina en frente de un computador, solicitó ser incluido en misiones especiales y recibió entrenamiento para tal fin, con la mala fortuna, en realidad uno diría buena, de que se rompió las piernas luego de un salto en paracaídas.

No importa cuán convencido esté de la justificación de lo que hace su gobierno, un individuo siempre puede aprender de lo que ocurre y revisar su visión al respecto. Este es el convencimiento más básico de Snoweden. Cuando vio al General en retiro James Clapper mentir al Congreso acerca de la existencia de un programa de vigilancia masiva, Snowden se dio cuenta de que las cosas habían alcanzado el punto de no retorno.

Bajo juramento en una audiencia de control político el 12 de marzo de 2012 en la Comisión de Inteligencia del Senado, Clapper le respondió al Senador Weyden que la NSA no recogía ninguna clase de datos de los millones y millones de ciudadanos estadounidenses. El Senador Weyden reiteró su pregunta y el General Clapper reiteró su respuesta: «No con conocimiento de causa. Hay casos en los cuales podría haberlo hecho de una forma inadvertida, pero no con conocimiento de causa.»

Este es el video en el que puede verse a James Clapper mentir descaradamente. http://www.youtube.com/watch?v=4v7YtTnon90

Aunque haberle mentido al Congreso de esta forma constituye perjurio y de que éste es un crimen federal, Clapper no ha sido investigado ni mucho menos juzgado. Toda la atención del gobierno de los Estados Unidos se ha concentrado en perseguir a Snowden.

Hoy, en Rusia, Snowden dice que cuando vio a Clapper mentir de forma tan descarada comprendio que era absolutamente necesario que el público supiera de la existencia de los programas de vigilancia masiva de la NSA. Aunque saber de tales programas es un derecho del público, Snowden se dio cuenta que a los ciudadanos no se les permitía hablar acerca de ellos.

«Incluso el amplio cuerpo de nuestros representantes electos se les tenía prohibido saber y discutir acerca de estos programas, y esto es una cosa peligrosa (…) Cuando usted está dentro [de esta organización], dice Snowden, cuando se mete en el trabajo diariamente, cuando entra y se sienta en su escritorio, entiende el poder que tiene. Puede espiar al Presidente de los Estados Unidos. Puede espiar a un juez federal. Y si lo hace cuidadosamente, nadie sabrá nunca porque la única manera en la cual la NSA descubre abusos es mediante reportes que ella misma hace.»

En esa misma entrevista Snowden explicó la forma como opera la NSA. Una vez que una persona se convierte en blanco de la vigilancia de esta entidad, no hay manera de que uno se libre de su seguimiento. La NSA elabora una huella digital de la persona vigilada y la sigue donde quiera que vaya para lo cual se sirve de cualquier medio de comunicación que esa persona use: teléfono celular, correo, mensajes en redes sociales, todo.

Este seguimiento, sin orden judicial, no está concentrado en aquellos de quienes se sospecha ser enemigos de la libertad y de la democracia. Esto de por sí ya es cuestionable. El tema es que las redes de la NSA están hechas para agarrar incluso a aquellos que realizan una actividad comercial legítima y que, en el curso de su trabajo, generen conocimiento que pueda ser de utilidad al Gobierno de los Estados Unidos o a las empresas de los Estados Unidos.

Así las cosas, no se extrañe de que no pueda encontrar el video de la entrevista de Snowden en youtube. Como lo reporta Ben Swann, cada vez que alguien sube ese video, hay alguien más que lo retira. Requerimos un/a voluntario/a que le ponga el pecho al asunto y encare a Google, ahora propietario de youtube, acerca del ejercicio de esta ominosa forma de censura. Y no sólo a Google; también a todos los grandes medios estadounidenses que se limitaron a mencionar la entrevista pero que han soslayado completamente la gravedad de su contenido.

Más voluntarios necesita la causa del control democrático de la actividad de las agencias de inteligencia. Vivir vigilados constantemente no es un destino. Es una realidad que podemos cambiar, pero sólo si nos ponemos la camiseta de la libertad individual y de la democracia.

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