En una entrevista publicada el sábado 4 de mayo, el diario The Washington Post reporta que Juan Guaidó dijo que estaba abierto a una intervención militar para sacar del poder a Nicolás Maduro. Muchos medios han referido las mencionadas declaraciones. Aquí va la traducción del pasaje en cuestión.
“Al ser preguntado que haría si el asesor de Seguridad Nacional John Bolton lo llamara y le hiciera la oferta de una intervención de los Estados Unidos, Guaidó dijo que respondería así, ‘Querido amigo, embajador John Bolton, gracias por toda la ayuda que nos ha dado a la justa causa aquí. Gracias por la opción, la evaluaremos y probablemente la consideraremos en el parlamento para resolver la crisis. Si es necesaria, talvez la aprobemos.”
Esta declaración del líder Juan Guaidó puede sorprender a algunos. Sin embargo, bastaría tomar nota de lo que ha dicho desde el inicio de su asunción como Presidente de Venezuela. En una entrevista que le hizo Moisés Naím en febrero de este año, con ocasión del plan de irrumpir en la frontera venezolana con ayuda humanitaria, Guaidó se pronunció a favor de una intervención militar, si ésta estuviera disponible (Naím le hizo la pregunta en el segmento 13:40 de la entrevista).
Como lo reporté en este blog, Ricardo Hausman, el embajador de Guaidó ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se ha expresado también a favor de una intervención militar. Hausman, con el patrocinio de Luis Alberto Moreno, Presidente del BID, prepara una gran feria neoliberal para Venezuela, como también lo reporté en la misma entrada de este blog. Bastaría leer el reporte de Rafael Moro Martins y Ryan Grim, periodistas de The Intercept, acerca del borrador de un documento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) titulado “Venezuela: Challenges and Opportunities” (Venezuela: Desafíos y Oportunidades).
Yo me pregunto qué tiene en la cabeza el señor Guaidó. Desde que a finales de enero John Bolton dio a entender que Estados Unidos consideraba desplegar 5000 militares para derrocar a Maduro, el efecto de esa amenaza ha sido unificar al chavismo en contra de una percibida agresión imperialista. Sin desconocer el grado de desarticulación y desconfianza interna que parece existir hoy en las Fuerzas Armadas de Venezuela, según lo señala Sebastiana Barráez en una entrevista para El Espectador, Guaidó parece ignorar el profundo grado de ideologización y penetración en esas mismas Fuerzas Armadas, un fenómeno que destaca el historiador venezolano Elías Pino Uturrieta en una entrevista para El País. Subestima Guaidó también la tenacidad con la cual se movilizarían las milicias bolivarianas en caso de una intervención militar. Esta receta para resolver la crisis sólo la agravaría. Comenzaría un conflicto armado cuyo desenlace es bastante incierto y que terminaría por arrastrar a Colombia. Otra tiene que ser la estrategia para remover a Maduro del poder.
Sin embargo, la paciencia y sabiduría de Juan Guaidó por ahora no da para tanto. Por eso, creo que podríamos empezar a llamarlo Daenerys Guaidó. Juan Guaidó se parece hoy a Daenerys Targaryen, la Reina del Trono de Hierro, en Juego de Tronos. En el capítulo de ayer domingo 5 de mayo, Daenerys se inclina a favor de usar el dragón que le queda y todas su fuerzas para tomarse el castillo de Cersei Lanister. Ésta, previendo el ataque, está dispuesta a usar a la población como escudo, incluso a dejar las puertas abiertas del castillo para que las tropas de Daenerys sean acusadas de cometer una masacre. La voluntad de Daenerys por acabar con Cersei, cueste lo que cueste, le causa, sin embargo, que uno de sus consejeros, Varys, deserte su campo y decida apoyar a Jon Snow para que se convierta él en el rey Targaryen que unifique a los Siete Reinos.
Me disculpan, por favor, si esta referencia les parece demasiado frívola. No quisiera parecerme a ciertos líderes políticos que sólo saben de los clásicos por las series de la BBC y ahora matan su tiempo en Netflix, sin tener una hora para enterarse de la movilización estudiantil y los argumentos contra el programa ‘Ser Pilo Paga’. El tema es que el capítulo de ayer de Juego de Tronos me pareció particularmente apropiado para describir la profunda estupidez de un líder como Guaidó. Guaidó ha mostrado con sus declaraciones que quiere sacar a Maduro cueste lo que cueste, incluso si eso significa una conflagración militar de resultados inciertos. Al parecer, Guaidó y quienes le acompañan en esta idea de aceptar una intervención militar, no han aprendido nada de las consecuencias de la Guerra en Afganistán y de la Guerra en Irak. Afortunadamente, los militares estadounidenses sí han aprendido. Ellos han sido los primeros en frenar los delirantes planes de Bolton y su asesor Claver-Carone (un personaje que aparece en la lista de invitados de la Concordia Summit, un evento que tendrá lugar la próxima semana en el Grand Hyatt de Bogotá).
¿Es ‘malo’ un hombre como Guaidó, dispuesto a sacar a Maduro a como dé lugar, incluso si eso conlleva un gran derramamiento de sangre? Yo no lo juzgaría así. El 20 de julio de 1999, el día en que celebrabamos nuestra independencia nacional, el diario El Tiempo publicó los resultados de una encuesta en la que dos terceras partes de los colombianos estaban a favor de una intervención militar de los Estados Unidos. El propósito de esa intervención era claro: poner a las Farc en su sitio y obligarla a negociar – algunos, quizá, soñaban con que esa intervención las exterminara. Esas dos terceras partes de los encuestados eran personas desesperadas, como hoy luce Guaidó. La diferencia es que esas personas no se presentaban ante la audiencia mundial como líderes de una causa. Esto es lo que hace reprobable a Guaidó.
En Juego de Tronos, Tyrion trata de persuadir a Sansa de que reconozca a Daenerys Targaryen como su reina. Sansa declina y le replica, ‘¿Qué tal que haya otro? Alguien mejor.’ Por ahora, tal parece que no ese no es el caso en Venezuela. Resta confiar en el juicio de los militares estadounidenses que han frenado a Pompeo, a Bolton y a Claver-Carone, y también en que a Daenerys Guaidó se le aclare la cabeza.