Por: Karen Alejandra Muñoz
Hace poco se conoció un estudio realizado por la revista británica de ciencias naturales Scientific Reports donde se estimó que en 20 años la deforestación en la Amazonía colombiana convertirá 4.3 millones de hectáreas en un desierto del tamaño de los departamentos de Atlántico, Bolívar y Córdoba unidos. Por este motivo, es importante determinar cuáles son los factores que más contribuyen a la deforestación del pulmón del mundo, y cuáles son las consecuencias reales de este despojo. Por lo pronto, puedo decir que la deforestación se come asada o sudada, con papa salada y con juguito de consecuencias ambientales muy graves, ya veremos por qué.
La deforestación puede entenderse como el “despojo de plantas forestales” que se hace para cambiar la actividad económica del suelo. Lleva a dañar los ecosistemas, a disminuir la biodiversidad y causa la aridez en el terreno. Como consecuencia, las regiones deforestadas tienden a erosionar el suelo y, finalmente, se convierten en tierras no productivas.
Todo lo anterior ha tenido un avance acelerado en Colombia, según el IDEAM (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales), durante 2020 se tumbaron 171.685 hectáreas de bosque en todo el país, lo que representa un aumento del 8% en comparación con 2019. La deforestación tiene graves consecuencias para el medio ambiente y la biodiversidad ya que destruye el hábitat de muchas especies y contribuye al cambio climático al liberar grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera, pues la vegetación es la que fija y reduce el CO2.
Pero nuestro país no es el único que enfrenta esta crisis, Brasil goza de una impresionante selva amazónica, tan impresionante como el nivel de deforestación que alcanzó en el 2020, pues incrementó un 54% en solo 10 meses. Para la National Geographic, estos niveles fueron alcanzados a causa del consumo de carne, es decir que el aumento en la explotación de los bosques ha sido ocasionado por la ganadería extensiva. “Los últimos cincuenta años han supuesto un coste de deforestación nunca antes visto en la historia de la humanidad, arrasando un 15% de la superficie mundial de vegetación equivalente al territorio de España, Portugal y Francia.” La ganadería extensiva produce deforestación al requerir grandes extensiones de tierra para el pastoreo del ganado. Para obtener estas extensiones de tierra, los bosques son talados y quemados para luego dar lugar a pastizales; además de erosionar el suelo y tender a la contaminación de importantes fuentes hídricas de consumo humano.
A partir de la relación entre deforestación y ganadería extensiva en Brasil, es interesante saber cómo se da en el territorio colombiano. Sabemos que Colombia también tiene una fuerte industria del ganado, tanto que el presidente ejecutivo de FEDEGAN (Federación Colombiana de Ganaderos) es José Felix Lafaurie, ex viceministro de agricultura y esposo de la senadora e ideóloga conservadora María Fernanda Cabal, una industria con influencia política.
En la Amazonía colombiana, el incremento del ganado censado ha aumentado en los últimos años, de la misma forma como ha aumentado la quema de bosques para que dos reses dispongan de una hectárea para pastorear, aproximadamente. Así lo confirma la investigación del Centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para América Latina y el Caribe (CODS) de la Red de Soluciones Sostenible de las Naciones Unidas (SDSN), en alianza con la Universidad de los Andes.
Este estudio no sólo concluye que los incendios en la Amazonía son principalmente producidos para la explotación ganadera, sino que también analiza cuánto ganan en realidad los campesinos en las regiones de mayor producción. Resulta que el campesino que dispone su terreno para criar, levantar, engordar y vender las reses que le da a cuidar el dueño del ganado, sólo gana por res alrededor de 500.000 pesos en un periodo de dos años. Por ese motivo, el sustento de los campesinos depende un 30% de la venta de ganado y un 70% de la venta de leche. Debido al bajo pago al campesino por cuidar el ganado para la venta, el ganadero lo obliga a recibir más reses, de modo que para la actividad económica de la ganadería extensiva, se requiere cada vez más bosque quemado, un motivo más para concluir que la ganadería extensiva es uno de los motores de la deforestación acelerada.
Así lo considera Natalia Escobar, investigadora de Dejusticia, quien aseguró a finales del 2021 que “se está presentando un fenómeno del acaparamiento de tierras, que consiste en deforestar 1.000 o 2.000 hectáreas en pocos días, en zonas como el Nudo del Paramillo, la región Pacífica, el Catatumbo, y la zona más afectada por este fenómeno es la zona selvática del Amazonas, donde ya se observa el arco de deforestación”.
La solución no parece estar en manos de un sólo gobierno, ni de si entra o sale uno que otro ministro, pues el acaparamiento de tierras y la ganadería extensiva es permanente porque tiene que ver con los poderes económicos y la destinación que le están dando a las áreas boscosas. Sin embargo, con las investigaciones recientes, ya es más difícil comerse el cuento de que la deforestación es sólo a causa de los cultivos ilícitos, pues como se ha sustentado anteriormente, y como lo reitera el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), el área deforestada por la ganadería extensiva es 60 veces mayor a la deforestada por el cultivo de hoja de coca. No se trata aquí de negar una realidad, sino de reflexionar sobre lo que comemos, y de una crisis ambiental generada en mayor medida por los grandes empresarios y políticos dedicados a sus “sagradas vacas”.
Observatorio de Tierras
El Observatorio de Tierras es una iniciativa académica financiada por Minciencias (anteriormente Colciencias) y que reúne grupos de investigación de la Universidad Nacional de Colombia (IEPRI), el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario (Facultad de Jurisprudencia), y la Pontificia Universidad Javeriana sede Cali (investigador asociado Carlos Duarte) y sede Bogotá (facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales )