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¿Colombia sostenible?: El caso del fracking

Barrancabermeja fue el municipio elegido para realizar por primeros pilotos de investigación del ‘fracking’ en Colombia por Ecopetrol. Foto: Miguel Martínez

El 18 de septiembre el Consejo de Estado dio la aprobación para los pilotos de investigación del fracking, después de que 10 días antes hubiera anulado la propuesta de utilizar esta técnica libremente en el país. Hoy, 26 de septiembre, Ecopetrol confirmó que a inicios de 2020 se iniciaran estos pilotos[1]. Cien Días entrevistó a Juan Pablo Ruiz Soto, economista que hizo parte de la comisión de expertos para el estudio del fracking, para ampliar su artículo Comisión, ¿fracking sí o fracking no? y el posible papel de este em una Colombia sostenible.

Cien Días: El fracking o fracturación hidráulica se define como una técnica por la cual se posibilita o aumenta la extracción de gas o petróleo mediante la inyección de grandes cantidades de fluidos a presión para generar fracturas en las rocas y lograr que los fluidos lleguen a la superficie[2]. La aplicación de esta técnica ha generado un gran debate por las implicaciones ambientales que se pudieran causar, sin embargo, ¿cómo apoya esta técnica la economía de un país?

 Juan Pablo Ruiz Soto: El fracking es una opción para que se genere un pacto social por la sostenibilidad y apoyar la transformación de la matriz energética en Colombia. Eso qué quiere decir: que los recursos que se podrían obtener pueden sopesar esto, pero eso también va a depender mucho de cuál es el resultado de los proyectos pilotos de investigación que se realicen.

 CD: ¿Sí o no al fracking? ¿Por qué?

 JR: Nosotros realmente en el documento no le estamos diciendo ni sí, ni no al fracking, lo que le estamos diciendo al país es: primero, no hay condiciones internas para poder avanzar con un proyecto piloto, que nos permita realmente conocer y confirmar cuáles son realmente las implicaciones en el medio tropical de esta actividad –es necesario que se cumplan esas condiciones, las que nombramos en el documento–; segundo, es necesario que se realicen los proyectos pilotos de investigación y, tercero, que se evalúe la relación costo-beneficio de la actividad.

Esta evaluación integral de la relación costo-beneficio de la actividad puede resultar diciendo que esta no es un negocio para el país, a pesar que como actividad lo sea, es decir, que las utilidades se las lleva la empresa operadora. Es muy distinto un fracking que se hace en un país donde las empresas operadoras son casas matrices allí establecidas, como Estados Unidos, que un lugar como el nuestro que nuestra casa matriz esta fuera de Colombia.

También va depender de la forma en la que se establezcan los contratos con las entidades operadoras. En principio, cuando el fracking era una actividad de alto costo hubo unas condiciones previas que eran muy favorables para los operadores, pero hoy día se ha modificado y los costos ha cambiado. Luego, la forma de los contratos debe cambiar y eso es algo que obviamente se podrá definir, una vez se pueda evaluar cuáles son los costos de hacer esa actividad, las medidas de mitigación y los niveles de riesgo manejables o que el país considere que son satisfactorios.

CD: En diferentes noticias al respecto se hablan de los riesgos ambientales que posee aplicar esta técnica como la contaminación del agua, las fugas de metano o los posibles terremotos. ¿Cuáles serías las afectaciones ambientales para el país?

JR: Es distinto en el país ¿En qué sentido? En el sentido que hay una composición distinta de los acuíferos, terreno rocoso que posee agua, tanto de los superficiales como de los subterráneos. De pronto exista en una relación diferente con el medio natural como la comunicación entre ambos acuíferos. Son relaciones muy distintas que hay que evaluar y de las cuales no tenemos información porque, efectivamente, hasta ahora, el fracking se ha adelantado en lugares con características muy distintas a las tropicales. Entonces hay que mirar acá qué pasa, porque seguramente van a resultar muy diferentes a las actividades en el hemisferio norte o en el hemisferio sur, como el caso de Argentina.

CD: El reciente reporte del Ministerio de Minas y Energías indicó que las reservas de petróleo subieron a un 9.9% que equivalen a 6.2 años de consumo[3]. ¿Cómo afectaría esto la aplicación del fracking?

JR: Hay toda una discusión sobre si yacimientos o no de los no convencionales significan que no tengamos que importar petróleo o que no tengamos que importar gas, ¿por qué? porque las reservas probadas también de petróleo y gas son dinámicas, depende de los hallazgos. Si uno revisa la tendencia de los últimos años respecto a la disponibilidad de la reserva probada de petróleo encontramos que normalmente en los últimos ocho o diez años, hemos estado a seis a nueve años de autosuficiencia; sin embargo, estos años no se han recordado por cada años que pasa ¿Por qué? Porque hay nuevos hallazgos, entonces eso puede ampliarse.

Efectivamente, Colombia utiliza el 30% del petróleo que extrae, entonces tendríamos autosuficiencia para cinco o seis años si exportamos el 70% de lo que sacamos, pero podríamos tener autosuficiencia para 20 años si no exportamos sino utilizamos solo para nosotros y solo extraemos lo que usamos. Bueno eso tiene otras implicaciones, como en la balanza cambiaria y en la disponibilidad de recursos para el Estado, porque del petróleo, mucho más que del carbón, hay recursos para el Presupuesto General de la Nación.

CD: Hemos hablado de las consecuencias ambientales del uso de esta técnica y los beneficios en cuenta a las reservas del país; sin embargo ¿en qué sentido el fracking puede contribuir a la sociedad?

JR: En que efectivamente signifique un mejoramiento en la capacidad institucional de la gestión ambiental. Porque una de las cosas que nosotros señalamos es que efectivamente hay deficiencias institucionales que están asociadas por ejemplo al hecho de que el 85% de los funcionarios de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) son contratistas y no son empleados, pero que ese 15% que son empleados tienen salarios muy distintos a los que tienen en la Agencia Nacional de Hidrocarburos o muy distintos a los que tienen colegas de ellos en empresas petroleras.

En el caso del fracking la ANLA y el Instituto Geológico Colombiano con el IDEAM son las entidades que le tiene que hacer seguimiento y control al tema, pero, efectivamente, la capacidad institucional es menor frente a quienes tienen que hacer el seguimiento, porque hay un desequilibro en opciones y en sentidos de conservación muy grandes. Entonces al final, en la ANLA dicen “vamos a capacitar a la gente para que sepa hacer seguimiento al fracking” y los pueden mandar a hacer sus estudios a California o a Pensilvania, donde sea. Sin embargo, la persona viene cubre el costo que le correspondía para la compensación de la educación que tuvo y se va. ¿Por qué? Porque obviamente tiene muchísimas mejores condiciones del otro lado de la balanza que a este  lado.

CD: Las comunidades toman un papel principal en la decisión de la aplicación de la técnica del fracking, ¿cuáles deberían ser los beneficios que estas deberían tener?

JR: Las comunidades en las regiones tienen que obtener los beneficios de la actividad, pero no al balance económico que las empresas reporten, tiene que estar asociado con una participación en las ventas brutas asociada. ¿Por qué? Porque obviamente el manejo de una contabilidad para reportar actividades depende de muchos factores y puedes manejarlo de una manera u otra de acuerdo a tu objetivo, digamos, de rendición de cuentas, y eso es lo que hacen las multinacionales. Además, no se le puede pedir a la comunidad que tenga una capacidad de intervención y de auditoría para verificar el estado de cuenta sobre el cual se esta manejando el negocio. Por eso, no puede sobre las utilidades, tienen que ser sobre las ventas brutas; ese tiene que ser el referente para saber cómo va a participar la comunidad de esos beneficios.

En el caso, por ejemplo, de Inglaterra hay unos montos que se establecen en el momento en que se define un proceso de extracción, donde se establece un pozo se hace un proceso de compensación con las comunidades con una suma fija. Luego, sobre lo que se extrae se hace una trasferencia a un fondo, que no se emplea inmediatamente, sino que tiene como propósito apoyar procesos de desarrollo local en actividades que no necesariamente están relacionadas con la actividad petrolera, pueden estar relacionadas con otro tipo de actividades que vayan hacia la sostenibilidad de sus territorios.

Entonces algo similar consideramos nosotros que debe suceder en Colombia, es decir, que efectivamente los excedentes representados en parte de las ventas brutas de la actividad vayan hacia las regiones para apoyar procesos que generan sostenibilidad, entendiendo que obviamente un recurso natural no renovable, por definición en sí mismo no puede soportar una actividad sostenible, ¿por qué no es sostenible? porque el recurso se agota.  Sin embargo, eso no quiere decir que no pueda financiar la sostenibilidad de los territorios que es lo que un poco ha pasado en Noruega, Suecia y Finlandia. Estos son países mineros que hoy tienen los mejores indicadores de sostenibilidad en el mundo ¿Por qué? Porque han invertido los excedentes derivados de esa actividad que no es sostenible en procesos de formación de capital humano, de desarrollo sostenible, que los lleva hoy a tener los mejores indicadores de sostenibilidad en el planeta.

CD: El excedente económico se entiende como el valor generado de la diferencia entre los bienes y servicios que produce una actividad para la comunidad y el costo de sostenibilidad que esta genera. Como se habló anteriormente pueden generar un impacto en las comunidades impulsando su sostenibilidad de acuerdo a cómo se dé una captación. Sin embargo, ¿cuál sería el beneficio ambiental?

JR: Efectivamente, los excedentes de una actividad se dan en la medida que sean manejables los riesgos y los impactos ambientales que se asocien. Estos pueden contribuir a generar sostenibilidad en los procesos económicos-ambientales del país, pero depende de cómo se capturen los excedentes y cómo se inviertan, es decir, si la captura es muy baja pues la posibilidad de inversión es muy baja, pero, si la captura es alta y la inversión es ineficiente pues el impacto es negativo o muy bajo también; lo mismo sucede en cómo se utilicen estos recursos. Por eso la discusión en torno al fracking puede ser el elemento gestor de un pacto social, de un pacto nacional por la sostenibilidad, pero significa cambios de muchas cosas.

Ahora, de todas maneras, que el gobierno haya convocado a esa comisión es un paso adelante, es decir, cuando se hizo la explotación petrolera nunca se convocó a una comisión similar a esta para evaluar si valía la pena hacerla o no y en qué condiciones; o cuando se vendió Carbocol, las reservas de carbón a la Drummond tampoco se hizo nada como eso. Hoy se está haciendo esta convocatoria que ha permitido abrir la discusión a nivel nacional y que obviamente se enfrenta a una sociedad que también tiene unos intereses que han ido cambiando. Eso lo podemos ver de manera muy gráfica en el caso del Transmilenio, cuando se hizo la propuesta y se dijo cómo se debería montar, que todos los buses serían diesel, nadie cuestionó eso. Ninguno dijo ‘¿cómo así que los buses van a ser diesel?’, a todo el mundo le pareció perfecto; mejor dicho, eso no fue motivo de discusión.

Hoy día, obviamente las cosas cambian porque no solamente los impactos han sido distintos a los esperados sino porque también hay mayor conciencia por parte de la gente. Entonces ese es un hecho que se enfrenta también hoy en el tema del fracking y en muchas actividades mineras sin que eso quiera decir que toda la participación ciudadana, sea una participación ilustrada en el sentido de que posea el conocimiento suficiente para avanzar en las discusiones.

Hay de hecho mucho desconocimiento, yo lo llamo la posición del hincha del Santa Fe, que uno como santafereño dice que Santa Fe es el mejor equipo, así vaya de último en la tabla. Uno insiste de que Santa Fe es mejor que Millonarios, ¿Por qué? Porque yo soy hincha del equipo. Con el fracking pasa exactamente algo muy parecido, en la mayor parte de la población, la gente dice ‘no nos interesa el fracking, es más, a ustedes como se les ocurre discutir eso, eso no es discutible’ y es una posición de aficionado, de hincha.

Inclusive un amigo hizo una prueba con unos estudiantes donde les decía ‘bueno dígame si usted está o no de acuerdo con el fracking’ y de 28 estudiantes, 25 estaban en desacuerdo. Luego, les preguntó ‘¿qué sabe usted del fracking?, más allá que es una técnica de explotación de petróleo con fracturamiento de roca’. Efectivamente cuatro o cinco personas lograron responder. Entonces de los 22 a 23 de los que habían dicho que estaban en contra, no tenían ni idea que era y eso pasa con la población en general en muchos temas.

CD: Y finalmente, ¿qué constituirá una Colombia sostenible?

JR: Evidentemente la posibilidad para llegar a la sostenibilidad parte de una forma de ocupación y manejo del territorio que permita la renovabilidad de los recursos. Cuando nosotros transformamos el bosque húmedo tropical en potrero pues estamos afectando la sostenibilidad. Cuando destruimos una cuenca hidrográfica y todos los reguladores hídricos, de lo que llamaríamos, la estructura ecológica principal y en cambio de tener un río regulado naturalmente pasamos a una presa para distribuir el agua, así tengamos la misma agua, pues son procesos muy distintos y en algunos casos, no tenemos la misma agua porque la presa tampoco logra distribuir en el tiempo el recurso.

Entonces la sostenibilidad yo creo que parte fundamente de una intervención y una relación con el medio natural que permita la renovación de los beneficios que aporta la naturaleza al ser humano. Sería el eje de un proyecto de sostenibilidad: primero, definir que las intervenciones tienen que minimizar la destrucción de los beneficios que la naturaleza le aporta a la sociedad. Anteriormente se hacía una sola evaluación costo-beneficio con respecto a la actividad puntual, pero esa evaluación debe ser con relación a los impactos y a los beneficios globales que genera la naturaleza.

Lo segundo, es la distribución más equitativa de esos beneficios porque cuando Colombia tiene un Gini[4] en la distribución de la tierra que es, con Brasil y tal vez con Uruguay o Paraguay, de los peores de América Latina pues obviamente hay unos elementos de insostenibilidad que tiene que ver también con la distribución y apropiación de esos beneficios de la naturaleza. Pero además esa distribución desigual genera mayor presión sobre el medio natural y mayor destrucción de los servicios ecosistémicos que ofrece la naturaleza y, por lo tanto, un deterioro global en términos de calidad de vida.

Entonces la sostenibilidad debe incluir la propuesta de transformación del medio que conserva los beneficios de la naturaleza, unos procesos tecnológicos que apunten a la conservación de esos beneficios y unos niveles de distribución que permitan disminuir la presión sobre la naturaleza, en la medida que la extracción directa de recursos, en muchos casos significa la destrucción en el largo plazo de la sostenibilidad de los territorios. Entonces la sostenibilidad de los territorios va a tener mucho que ver con la disminución de los niveles de pobreza.

[1] Agencia Reuters. (26 de septiembre de 2019). En 2020 se iniciaría piloto del ‘fracking’. ADN

[2] Goméz, L. (2018). ¿Qué es el fracking? ColombiaCheck. Disponible en https://colombiacheck.com/investigaciones/que-es-el-fracking

[3] Portafolio (12 de junio de 2019). Suben reservas de crudo, pero bajan las de gas natural. Disponible en https://www.portafolio.co/economia/reservas-de-petroleo-en-colombia-suben-de-5-7-a-6-2-anos-529499

[4] El coeficiente de Gini es una medida de la desigualdad de los ingresos dentro de un país.

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