Cien Días vistos por CINEP

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¿Colombia sostenible?

San Martín, Sucre. Foto: Miguel Martínez

Partiendo de los artículos escritos por Jorge Iván González, Duque no corrige el daño estructural de la economía y El Plan de Desarrollo consolida el extractivismo, para la revista Cien Días vistos por Cinep/PPP, entrevistamos a González para que nos compartiera su visión de la posibilidad de una Colombia sostenible y se permitiera soñar.

Cien Días: En 1987, nace el término sostenibilidad, como se entiende actualmente, en un informe encabezado por la doctora Gro Harlem Brundtland titulado ‘Nuestro Futuro Común’. A partir de allí se han gestado diferentes iniciativas encaminadas a un desarrollo sostenible. De esta manera, ¿qué se entiende por economía sostenible y cómo se relaciona con el crecimiento verde?

Jorge Iván González: El tema ambiental que hace diez años no se discutía, últimamente ha cogido fuerza. Eso ha cambiado mucho la perspectiva de los países desarrollados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre crecimiento verde. Este crecimiento insiste que se debe cambiar la matriz energética. Muchos países han avanzado en energía eólica, en energía solar, están invirtiendo los excedentes de carbón y petróleo en este tipo de energías limpias; como el Fondo Noruego del Petróleo, donde se está realizando investigación de punta al respecto.

En Colombia, a pesar de firmar el acuerdo de la OCDE y de una misión de crecimiento verde liderada por Hernando José Gómez desde Planeación Nacional, seguimos sin tomar ninguna decisión. Por ejemplo, los excedentes petroleros, que se podrían utilizar para financiar energía eólica o de paneles solares, se siguen utilizando para hacer exploración petrolera o ver las posibilidades de fracking. Actualmente, no hay en el país ninguna posición clara que busque modificar la matriz energética.

CD: Según el Informe Brundtland, la economía sostenible se define como la satisfacción de las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidad de las del futuro para atender a sus propias necesidades. Teniendo esto claro, ¿cuáles son los pilares fundamentales que Colombia debería emprender para tener este tipo de economía?

 JIG: Lo primero, es tomar en serio la diversidad del país, proteger lo que tenemos como biodiversidad del pacífico, evitar que se siga deforestando el Amazonas, combatir el sello de la minería ilegal, proteger las cuencas y descontaminar los ríos. Hay que descontaminar el río Bogotá, yo no entiendo porque la demora y ¿quién lo financia?, pues la ciudad de Bogotá; ahora, si Bogotá no cobra servicios de edificabilidad, valorización, plusvalías más altas y prediales más altos, entonces no hay plata para descontaminar el río.

Lo segundo, la dinámica urbana tiene que ser una dinámica donde la energía se vaya modificando hacia paneles solares y energía eólica. Estas ciudades, dice Absalón Machado, un colega que ha estudiado mucho el tema agropecuario, deberían ruralizar la conciencia y entender que el agua depende de las cuencas y la protección de los ríos. En el tema del carro privado, todos sabemos que este es el origen de la congestión y de la contaminación del aire, para eso no se necesita ser genio. Ninguna ciudad del mundo te aguanta 150.000 carros nuevos por año. No lo aguanta San Francisco, Los Ángeles, París, y Bogotá tampoco; y esa es la cantidad que estamos admitiendo.

Hay otros temas que requieren mayor esfuerzo, por ejemplo, dejar la dependencia del petróleo en nuestra estructura económica. El 80% de las exportaciones son de petróleo, carbón, oro, flores y café, entonces es una economía reprimarizada completamente. Eso implica cambios más importantes, cambios que requieren más tiempo, como volver a impulsar el sector agropecuario, volver a consolidar la industria y hacerlo de manera limpia.

CD: Actualmente, en todos los departamentos se realiza minería, aunque no se maneja públicamente cuantos dependen de esta.  A nivel nacional entre 2010 y 2017, el sector minero-energético contribuyó en promedio al 9% del Producto Interno Bruto y el 70% de las exportaciones¹. ¿Cómo se supera esta situación hacia una matriz energética más limpia?

JIG: Esta situación se ha dado porque hemos matado la producción agrícola. Colombia estaba importando hace 10 años un millón toneladas de alimentos, hoy estamos importando catorce millones de toneladas. Si uno acaba con la agricultura de Boyacá, del Meta; entonces evidentemente la gente se tiene que refugiar en minería ilegal, en coca, en carbón. El precio del carbón se pegó una caída estos días, está a la mitad de lo que estaba hace cuatro años, entonces el desespero del gobierno es subsidiar a las empresas carboneras; en lugar de pensar en que el mundo va a solicitar cada vez menos carbón y que es necesario modificar su producción. Eso exige tomar decisiones en términos de política económica.

La primera solución tiene que ver en el empleo de los excedentes petroleros. Actualmente, como medida desesperada del ministro de hacienda vemos cómo vende parte de los activos de Ecopetrol para financiar el déficit; en vez de pensar cómo los excedentes de Ecopetrol pueden ayudar a subsidiar la transformación energética que con el tiempo va a generar empleo.

El segundo punto es financiar el agro. El informe de Naciones Unidas sobre la agricultura, Colombia Rural, de 2011 y la Misión Rural que entregó hace tres años, dice lo que hay que hacer en el campo: subsidios de créditos, apoyo tecnológico, pensar el tamaño de las fincas -El 71% de los productores están en fincas de menos de 5 hectáreas y ocupan el 3% del área, es decir, el tema de concentración de la tierra en Colombia es vergonzoso, lo dijo el Censo Nacional Agropecuario del 2014, es una concentración escandalosa-.

CD: La posibilidad de una Colombia Sostenible requiere pensarse el país desde distintos caminos. Primero, un cambio de matriz energética basada en los subsidios a las energías limpias y el apoyo a la agricultura; segundo, una protección a la biodiversidad y, tercero, ciudades ambientalmente sostenibles. Para ello, el país ha contado con distintas épocas de prosperidad económica, por ejemplo, en los 30 la implementación de la industria; en los 70, el café y en los últimos años el petróleo. Sin embargo, estas bonanzas no se han sabido manejar², ¿cuál es el manejo que se debería dar? ¿en qué se debería invertir?

 JIG: Nos gastamos 20 billones de regalías en más de 12.000 proyecticos. Eso lo denunció el contralor Edgardo Maya en los informes de diciembre del año pasado. Es el colmo que en lugar de tres o cuatro super proyectos, por ejemplo, uno de infraestructura, uno de acueducto para todos los municipios, un proyecto de renovación de las escuelas rurales -la renovación de todas las escuelas rurales vale 2 millones de pesos-.

Ahora esa fue la posición de Planeación Nacional y de Hacienda desde que Juan Carlos Echeverri cambio la ley de regalías con el argumento de que la mermelada debe llegar a toda la tostada. Entonces lo que hicieron fue repartir las regalías como una piñatica, para una escuelita aquí, para un parquecito, para ‘cositas’ y se perdió la oportunidad de hacer grandes obras estratégicas.

Esto muestra la incapacidad total de Planeación Nacional en elegir y asumir un liderazgo. Planeación le puede decir a los gobernadores del caribe escoja: una super autopista, un tren de gran velocidad o una universidad.  A los del Eje Cafetero decidan por fin si van hacer aeropuerto o vamos a consolidar lo que ellos llaman el paisaje cafetero y recuperar este tema turístico ambiental. Puede decir, en el Pacífico vamos a construir el gran centro de biodiversidad mundial entonces usted le pone 3 billones a eso y lo llama Biodiversidad Pacífica. En 3 años, usted tiene una cantidad de premios nobeles caminando y se convierte Colombia en el gran centro mundial de biodiversidad. Pero para eso se necesita que alguien tome la decisión (no fue Santos, no fue Mauricio Cárdenas y mucho menos Planeación Nacional).

Cuando usted tiene una Planeación que no planea y que no es capaz de tener liderazgo, pues usted tiene las regalías distribuidas en 12.500 proyecticos. Como el caso del Asadero Pio Pio en Popayán, que lo denunció Maya, donde el proyecto de ciencia y tecnología era capacitar a 10 trabajadores con cursos de Excel.

CD: El papel del Ministerio de Hacienda es fundamental para el desarrollo de la idea de sostenibilidad en el país. Este ente tiene como función el manejo de la política fiscal, y manejo y distribución de los recursos. De esta manera, ¿cuál sería el rumbo que debería tomar para buscar una economía sostenible?

JIG: Pues lo primero, impuestos. A mí me parece absurdo que hayan presentado una ley de financiamiento que terminó aumentando la desfinanciación. Hacienda tiene que decir los ricos tienen que pagar rentas. Estas ciudades tienen unas potencialidades fiscales enormes. Hacienda lo que debería estar haciendo, desde el punto de vista fiscal, es primero darle cuatro millones de pesos al Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) para que se modernice, para que haga unos contratos con Google, para que empiecen a modernizar todo el catastro, porque el programa del Catastro Multipropósito va muy lento. Usted tiene que obligar a que las fincas de Apulo de 2.000 millones de pesos, Mesas de las Yeguas de 3.000 millones de pesos que están pagando unos prediales ridículos, empiecen a pagar.

En Cartagena se están haciendo planes urbanísticos como el de Aura del Mar, el proyecto de mayor rentabilidad en el país, y la ciudad ni siquiera ha podido tener alcalde, no cobra plusvalía, no cobra derechos de edificabilidad, no cobra prediales; entonces los pobres andan mendigando en las playas, que hace un pobre de la Popa, irse a mendigar en la playa.

Segundo, aceptar lo que dijo la Comisión de Gasto de aumentar el gasto público en el país, por lo menos a la cifra de América Latina. Usted no puede seguir con gastos públicos de 16% y 17% del PIB, usted tiene que llegar a 24,25% del PIB, para no decirlo que lo lleve a niveles europeos de 55, 58% del PIB. Si usted no sube el gasto no puede tener aeropuerto, no puede tener carreteras, no puede tener metro, ¡es elemental!

CD: Por último, ¿cómo sería una Colombia sostenible?

 JIG: Pues yo creo que tenemos todas las posibilidades, los recursos, el Amazonas y ya tenemos conciencia. Hace 20 años estos temas no se discutían, los temas ambientales se han anunciado los últimos 10 años de una forma sorprendente y para mí eso ya es una ventaja. Entonces yo creo que primero los seres humanos tenemos que aceptar que las posibilidades nuestras están en el planeta tierra. La iglesia católica ha hecho un avance enorme, el cambio que se da con el Laudato Si es crucial, el papa Francisco diciéndole a la gente no sigamos con esta bobada de la virginidad y los condones, pasemos a los temas cruciales, como la proyección del planeta.

Yo espero que haya una reacción rápida de todos, los experimentos realizados de proteger un bosque han demostrado una recuperación de 10 o 15 años; esto nos dice que es posible recuperarnos de esos procesos de deforestación. En Colombia ya estamos hablando de la frontera agrícola, hace 10 años la gente seguía tumbando monte, si usted necesitaba lote pues seguía tumbando, que fue un poco la salida para legalizar la producción campesina y no pelear con los ricos terrateniente. En los libros de Molano, después de la violencia, la gente iba tumbando monte según necesitará y eso no era grave para nadie. Ahora sí lo es. Yo me imagino que no vamos a ser tan estúpidos, pero mientras tanto hay que aguantarse a Bolsonaro.

Por: Lida Bocanegra (@LJ_Bocanegra) – Oficina de Comunicaciones Cinep/PPP

¹ Dinero. (2018). ¿Qué nos ha dejado el petróleo luego de 100 años de desarrollo? Disponible en https://www.dinero.com/especiales-comerciales/especiales/articulo/importancia-del-petroleo-en-la-economia-colombiana/258265

²Keir Villero. (2018). Colombia no supo manejar la bonanza petrolera y aumentó su deuda pública. Senado de la República. Disponible en http://www.senado.gov.co/historia/item/27955-colombia-no-supo-manejar-la-bonanza-petrolera-y-aumento-su-deuda-publica

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