Como producto de la puesta en escena de Uribe en una finca paisa, las tintas se le han cargado (no sin razón) al cura De Roux. Algunos lamentan su falta de pericia; otros su precaria habilidad negociadora; los demás su cierta proclividad a arrodillarse.
En parte porque, valga decirlo, De Roux se habría bajado de sus responsabilidades como funcionario público (¿prevaricando?) para irse de sacerdote – confesor a la finca de El Innombrable ¡pagado con nuestros impuestos!
Por lo que no extrañaría que quien ha hecho politiquería escondido tras una vocecilla de seminarista, en esta ocasión le hubiera ganado la partida a un cura.
No extrañaría que la oveja de pelaje oscuro que siempre caminó y mordió como lobo, por fin sea reconocida como un lobo feroz.
(¡Uribe también tiene derecho a salir del closet!)[i]
Por ello que se estaría descuidando apreciar que la entrevista de la Comisión de la Verdad habría permitido, saludablemente, dejar al desnudo las precarias condiciones emocionales y humanas que, desde siempre, habrían acosado al ciudadano de marras.
Y por ello estaríamos evitando aceptar que el responsable primario del estropicio fue un ciudadano llamado Álvaro Uribe. (Y señalar que sus familiares aplauden a su páter familias a sabiendas de que no se dedica a coger café en tratándose de patanerías y actos violentos). (“¡Te rompo la cara marica!”).
Ahora. Sí es probable que varios de los uribistas que todavía quedan, hayan aplaudido el vulgar espectáculo de su caudillo.
Porque, conviene enfatizarlo, el ciudadano de marras reproduce buena parte de los comportamientos enfermizos de ciertos reductos de nuestra sociedad. (Los de la Colombia maltratante, violadora de menores, pagadora de coimas, evasora de impuestos, violenta narco-paramilitar y despojadora de tierras).
¿Acaso suena extraño hoy que se hable del maltrato sufrido por sus abyectos servidores o por sus opositores? ¿A quién le extraña la judicialización calumniosa contra sus jueces como método para evadir sus delitos, todo ello consignado en diversos expedientes?.
¿Cómo ocultar que el mayordomo siempre se habría sentido muy cómodo (y no sólo fotografiándose) armando trapisondas con los peores ejemplares del bajo mundo narco-paramilitar, tal como también consta en diversos sumarios depositados en el Poder Judicial?
¡¿Cómo ocultar que éste sea el mismo personaje que nos maltrató jugándole sucio a la Comisión de la Verdad!? ¿¡El mismo que renunció al Senado para auto declararse delincuente común!?[ii]
¿Acaso las jugadas sucias de Uribe contra De Roux y los Comisionados, no las hemos padecido por más de 20 años todos los colombianos?[iii]
Por todo lo anterior, podría ser saludable que desde aquel lunes de la verdad, millones de colombianos hayamos sentido como propias las agresiones sufridas por De Roux y los suyos.
Podría ser saludable que los millones que no están familiarizados con el maltrato a propios y extraños, sobre todo los descaradamente impunes del mayordomo, estén sintiendo como afrentosas estas jugaditas.
Podría resultar que los millones que siguen confiando en las instituciones para ventilar sus conflictos de familia, de empresa, o los propiamente públicos, hayan acusado esos maltratos contra De Roux como propios.
Podría ocurrir que los millones que no tengan por hábito ni, menos, por expectativa, navegar cómodamente en el bajo mundo delictivo, sientan ahora algún tipo de alejamiento del caudillo que, años atrás, despertó sus fervores.
Y podría ocurrir que, gracias a que el mayordomo que se pavoneaba narcisamente como un Emperador vestido con un traje de invisibles hilos dorados, cuando en verdad salía por las calles desnudo, ese niño interior que llevamos dentro nos invite a gritar en las votaciones del 2022:
¡El Mayordomo siempre estuvo desnudo: Es un lobo![iv]
[i] https://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/lobo-fascista-disfrazado-oveja-derechista
Septiembre 10 2020
[ii] https://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/renunciando-al-senado-se-autodegrado-delincuente-comun
Septiembre 02 2020
[iii] https://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/odio-solo-una-trampa-politiquera
Agosto 4 2021
[iv] Andersen, Hans Christian. “El traje nuevo del Emperador”. Cuentos de Andersen.