Bernardo Congote

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¿Renunciando al Senado se autodegradó a Delincuente Común?

Según el refrán, “se ahorcó con su propio ombligo”. Esto resumiría el resultado de la estratagema del ciudadano Uribe para evadir a la Corte, luego de que el tantas veces el autodenominado “frentero” hubiera dicho lo contrario.

“Nunca (sic) he eludido a la Corte Suprema… La acusación sobre testigos que ahora me hacen (sic) la basan en hechos realizados al tiempo que ejerzo como senador, lo cual mantiene la competencia de la Corte.” [i]

Pues bien. Ahora resulta que la propia Corte al darle traslado del proceso a la Fiscalía, acaba de conceptuar lapidariamente que:

“… los delitos por los que se investiga a Uribe son comunes y no se dieron ‘por causa del servicio (como Senador), con ocasión de este o en ejercicio de funciones inherentes al cargo’ ”.[ii]

Renunciando al Senado, Uribe habría “quedado en sus platas” como se dice en paisalandia. Utilizando sus diversas habilidades transformistas le conocimos como Gobernador, Senador, Presidente, pero estos graves delitos eran comunes y corrientes.

Con el debido respeto que se merece la mayordomía agropecuaria, al cabo de las cuarenta el alguna vez ilustre ciudadano ha hecho lo posible para que la sociedad -a manos de la Fiscalía- juzgue sus delitos como lo que fueron: delitos comunes de un mayordomo común y corriente.

Deshaciéndose del lazo senatorial que le llevó a ser juzgado por la Corte de ayer para hoy el citado se habría puesto al desnudo. Y, de paso, habría pateado la voluntad de quienes lo hicieron el senador más votado.

En el caso juzgado y, probablemente, en los que vienen – masacre de Ituango y asesinato de Jesús María Valle-, Uribe habría actuado como un delincuente común. O como un delincuente. Lo dice la Corte.

La investidura que le dieron sus votantes ora como gobernador ora como senador ora como presidente, de nada le habría servido para abstenerse de incurrir en delitos comunes y corrientes.

Desde la Gobernación de Antioquia hasta la Casa de Nariño, el que se nos vendió como paradigma del homo politicus criollo se habría desnudado inferior a las dignidades que le confirieron sus votantes.

E inclusive inferior a la confianza otorgada por el rebaño de sus más abyectos servidores. Porque el uribismo habría terminado por imponer y defender a un delincuente común.

¿Hasta qué punto estas conductas delictivas comunes y corrientes habrán auto degradado al varias veces ensalzado como “presidente eterno”? 

Algunos sospechábamos que haber, presuntamente, manipulado testigos, comprado votos legislativos, sobornado con puestos, pagado coimas o torcido testimonios, o invitado delincuentes a la Casa de Nariño, no era propio de quien ostentaba las más altas dignidades políticas. (Y mucho menos los “¡te rompo la cara marica!”).

Todo ello nos parecía propio, e inclusive inferior, a lo de un ciudadano común y corriente. Y como el tiempo es el mejor amigo de la verdad, el niño de Andersen tenía razón: ¡El Emperador estaba desnudo!

Todo confirmaría que, como lo ha urdido con sus abogados, el citado no habría estado a la altura de la honra ciudadana común. Se habría metido por debajo de esa limpia alfombra construyendo una cancha embarrada donde habría jugado a placer.[iii]

Habría jugado con la honra del sudor campesino, del tenaz paramédico, del persistente estudiante, de la pertinaz tejedora, del laborioso panadero y del tozudo artista, para atizar un fuego que amenazaba consumir el frágil tejido de nuestra democracia.

Por supuesto que el ciudadano insiste en afirmar que «La privación de mi libertad me causa profunda tristeza por mi señora, por mi familia y por los colombianos que todavía creen que algo bueno he hecho por la Patria.»[iv]

Pero caminando por las calles, se escucha decir que si la Patria para ser salvada necesitaba verse embarrada, sucia o degradada, Ella preferiría morir digna y limpia antes que seguir viviendo indigna y sucia.

Congótica 1. Sabemos que Uribe aspira a ser absuelto por una Fiscalía servil elegida tácticamente por su secta política. Pero no lograría ser absuelto por la Sociedad ni por la Historia.

Congótica 2. Y pensar que en las familias hemos perdido afectos por abrigar estas sospechas. Que sobrinos, cuñados, primos o amigos desde hace años nos dejaron de hablar por pensar, hablar o escribir estas cosas…

Congótica 3. Y pensar que la autodegradación del alguna vez “venerado caudillo” todavía no les permite a sus abyectos seguidores para perdonarse y perdonar…

[i] https://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/mr-jekyll-mr-hyde-senador-mayordomo

19 ago. 2020

 

[ii] “Fiscalía tendría que decidir…” Diario El Tiempo, sep. 02 2020, Pg. 1.5 (Paréntesis del blog).

 

[iii] https://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/uribe-pretenderia-embarrarle-la-cancha-la-corte

11 ago. 2020

 

[iv] https://www.eltiempo.com/politica/partidos-politicos/corte-suprema-dicta-medida-de-aseguramiento-contra-alvaro-uribe-por-caso-de-falsos-testigos-525820

05 ago. 2020

 

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