Bernardo Congote

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Los Millonarios necesitan de los Pobres

 

Algunos millonarios están clamando para que se les aumenten los impuestos[i]. A primera vista el gesto aparece filantrópico.

 

Pero todo tiene segunda y tercera vista. Los millonarios hacen sus fortunas construyendo empresas, gracias a que la modernidad ha multiplicado por millares el tamaño del consumo.

 

Y dado que una peculiar característica de los millonarios es que lo son porque ahorran mientras los pobres lo son porque consumen, conviene asociar una cosa con otra.

 

Si los pobres no tienen dinero en el bolsillo, no consumen; y si no hay consumo, no habría quién compre la oferta de las empresas y estas reducirían sus ganancias empobreciendo a los millonarios.

 

Con base en lo anterior el gesto aparentemente altruista de los millonarios queda reducido a una dimensión egoísta.

 

La clave sería: “Yo, millonario, pido pagar más impuestos con los que el Estado subsidie a los pobres y, de esta forma, garantizar que ellos tengan empleo y sigan consumiendo para que yo pueda seguir ganando.”

 

Gracias a la lógica anterior, las empresas que pagan más impuestos terminan garantizando sus ingresos y ganancias y reciben de vuelta una proporción importante de los impuestos que han pagado[ii].

 

Y los pobres, cada vez que consumen ven satisfechas sus demandas básicas y comienzan a ahorrar, producto de lo cual encuentran luz a la salida de su túnel: se hacen clase media.

 

Zafados de cualquier tufillo altruista en la petición de los millonarios, podemos entender que su egoísmo es una fuerza impulsora y no destructora, como lo suelen vender, astutamente, los altruistas.

Hacia el siglo XVIII, Adam Smith propuso que “no esperamos nuestra comida de la benevolencia del carnicero…; la esperamos del cuidado que (él tiene) de su propio interés”[iii].

 

No ha sido, no es y, probablemente no será el altruismo motor de alguna transformación social sostenible. Lo ha sido, es y, probablemente lo será, el egoísmo anclado en el capitalismo que contabiliza ya unos ocho siglos de existencia[iv].

 

Ahora. Los que, con su estómago lleno se auto proclaman defensores de los pobres, suelen vociferar sobre las virtudes del altruismo y los defectos del egoísmo.

 

Por esa ruta esconden algo que también sabemos. Que los altruistas defienden que los pobres se mantengan en la miseria porque, sin pobres, ellos no tendrían con qué comer. (¡Se volverían pobres!)

 

Vestidos de sotanas de todos los colores, los altruistas se hacen millonarios predicando la pobreza. Porque, como las hienas, sin correr riesgo alguno ni incurrir en costos significativos, sus iglesias son depósitos permanentes de la limosna que saca el pobre de su bolsillo para consumir el producto llamado salvación.

 

No de otra forma se explicaría, por ejemplo, que la familia Castellanos en Colombia, aparezca como propietaria de “23 negocios en al menos tres países[v]. Ni se explicaría que el Vaticano sea uno de los terratenientes y poseedores de tesoros más grande del planeta[vi].

 

Unas veces liberales, otras conservadores, otras revolucionarios, los predicadores son millonarios que lo han logrado sobornando a los miserables con un cielo invisible e inaccesible acerca del cual no habría, hasta hoy, prueba alguna.

 

Todos los millonarios pastores predican el altruismo. Pero viéndolo bien, resultaría más saludable aplaudir la tarea de los millonarios abiertamente egoístas que la de los altruistas evidentemente millonarios[vii]/vii.

 

A los egoístas millonarios les mueve el ánimo de lucro. A los millonarios altruistas  les mueve el ánimo de estafar a sus rebaños.

Congótica. Los ricos necesitan de los pobres: los egoístas para que consuman sus productos; los altruistas para consumirles sus limosnas.

Congótica 2. Casi todos los ricos son egoístas; pero casi todos los altruistas son, en verdad, egoístas.

Congótica 3. La diferencia es que los ricos egoístas no se disfrazan de pobres mientras que los que se hacen ricos con el altruismo, visten y viven como ricos destripando el bolsillo de los pobres.

Congótica 4. A los ricos egoístas se les ataca porque son visibles; a los altruistas se les alaba porque se disfrazan de pobres escondiendo sus riquezas[viii].

[i] “’Súbannos los impuestos’ imploran millonarios a sus gobiernos”. Diario El Tiempo/A fondo, julio 26 2020, Pg. 2.6

[ii] Una vulgarización del juego consiste en que algunos gobiernos incentivan las donaciones altruistas, las llaman, de las empresas, a cambio de las cuales, éstas disminuyen sus impuestos.

[iii] Smith, Adam. (1961) [1776]. Indagación acerca de… la riqueza de las naciones”. Madrid: Aguilar. Pág. 18.

[iv] Por las dudas, la supervivencia de las especies se explica, entre otras variables, por su egoísmo. Sin él, no habría vida.

[v] https://www.elespectador.com/noticias/politica/emma-claudia-castellanos-con-negocios-que-mueven-montanas/

Julio 26 2020 (El Espectador/ Cuestión Pública).

[vi] Congote, B. (2011). La iglesia (agazapada) en la violencia política. Charleston: Edición propia (disponible en www.amazon.com).

[vii] http://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/necesitamos-mas-ricos

Enero 8 2019

https://thepostarg.com/editoriales/la-enfermedad-argentina-repost/#.Xxts_Z70nIU

Enero 28 2020

[viii] La iglesia de los pastores Castellanos, en lugar de pagar impuestos, registra deducciones impositivas por cerca de 36 millones de pesos, gracias a “donaciones” recibidas desde sus propias empresas. Es más en una  declaración de renta expuesta también por El Espectador, la pastora mayor parece que resulta ¡con impuestos por reclamar! https://www.elespectador.com/noticias/politica/emma-claudia-castellanos-con-negocios-que-mueven-montanas/

 

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