Al Innombrable le encantan los muchachos. Sobre todo, los buenos muchachos. Varios de ellos acreditan por bondad hallarse encarcelados, enjuiciados o huyendo de la justicia. Lo que dice bien de la bondadosa ética del citado.
Entre los que andan libres, en el Legislativo se destaca el buen muchacho Rodríguez. Tiene por nombre Edward. Todo un lord. Y ejerce en la Comisión de Acusaciones de la Cámara. Buena manera de colocar a los muchachos tiene El Innombrable. Si los datos son ciertos porque nuestro Congreso, como Venezuela, carece de datos, serían más de trescientos los procesos estancados en la comisión de absoluciones contra el ciudadano mayordomo del ubérrimo.
¿Existiría mejor artimaña hacia la auto impunidad? ¿Algo mejor que colocar a uno de sus buenos muchachos, como presidente de la comisión que debería investigarle? ¡En absoluto! Demostraría perfectamente la vocación fascista del citado: 1. Apoderarse del Poder Ejecutivo; 2. Manipular al Legislativo; 3. Desarticular al Judicial; 4. Prostituir el partidismo civil y 5. Someterse al Opus Dei.
Ahora. ¿Cómo le va al buen muchacho que tiene como agente en la Casa de Nariño? Anda entre las duras y las maduras. Sobre todo estas últimas. Dando palos de ciego en Colombia, sigue soñando con que algún día caiga Maduro para salir a cobrar dividendos. Sólo que la alianza entre Estados Unidos y Rusia, aleja cada vez más el sueño contra bolivariano duribista. ¡Qué vaina!
En sus muchos tiempos libres, ahora se ocuparía del visado. Dicen algunas lenguas, la de Gaviria una de ellas, que el buen muchacho despacharía free lance en la Embajada de ya sabemos quiénes, autorizando o rechazando las visas de sus opositores. O de quienes amenazan convertirse en sus contradictores.
Y como buen muchacho, ha nombrado buenos muchachos en ministerios y viceministerios. Viendo las entrevistas a los miembros del gabinete DUribe, uno no sabe si está viendo un episodio de la Voz Kids en vivo o a un funcionario gubernamental diciendo que trabaja. Si hubiera dudas, se rumora que DUribe habla más con Maluma que con El Innombrable.
En la política, como en el fútbol, los jóvenes ganan partiditos, pero no campeonatos. Y el gabinete DUribe está formado por buenos muchachos que juegan a gobernar. Empatan y pierden pero no ganan. Y como siguen un libreto, basta que con parezcan ser buenos y sobre todo muchachos sin importar su edad, para posesionarse.
Tal vez por ello que el que parecería viejo de verdad, a veces se lo confunde con algún personaje del Chavo. El Doctor Chapatín, por ejemplo. Un viejito disfrazado de niño que habla como niño y se queja como niño. Tal vez por esto la oposición acaba de retirarle la moción de censura. Habría resultado recusada por pederastia o algo así.
En otras carteras los imberbes ministros(as) y viceministros(as) de todo, dan lástima. Cuando María Jimena los invita al programa diario de Semana, tiene que ocuparse de que no les falte algún videojuego para que se entretengan mientras hablan los demás. Porque, como buenos muchachos duribistas, son maleducados y no escuchan a sus interlocutores. Y menos a ella porque, peor, le atribuyen pertenecer a la oposición.
Si lo anterior no bastara, habría qué ver la forma en que se desajusta ante los micrófonos la buena muchacha que dice manejar el transporte. Parece dirigiendo una papayera cuando trata de explicar por qué la carretera a Villavicencio sigue siendo un camino de herradura pavimentado.
(Bueno. Me voy. Va a empezar la Voz Kids).
Congótica. Este curiosamente llamado día del maestro recordamos que hace un año, El Innombrable llamó a no votar por el profesor Fajardo. No era bueno, ni muchacho.
Congótica 2. ¿Por qué el día del maestro es el día de La Salle que instituyó, con De Loyola, la escuela militarista-religiosa?
Congótica 3. El que con niños se acuesta, mojado amanece.
Bernardo Congote es profesor universitario colombiano, miembro del Consejo Internacional de la Fundación Federalismo y Libertad (Argentina – www.federalismoylibertad.org) y autor de La Iglesia (agazapada) en la violencia política (www.amazon.com).