Bernardo Congote

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¿Y las guerras entre los buenos?

A las guerrillas sólo se les puede atribuir una guerra: La Violencia de los últimos 70 años. Pero a los Partidos Conservador y Liberal, aproximadamente 32 guerras[i]/[ii]. Estas se nos han vendido como guerras entre >>los buenos>>. Pero la guerrilla insurgente del medio siglo XX,  sería una de <<los malos>>.

Las guerras internacionales han sido guerras para vencer al enemigo. Pero las guerras civiles todas son fratricidas. Terroristas. Amedrentan a unos contra otros. Atemorizan. Torturan. Exterminan. Colombia ha sido escenario de decenas de guerras civiles. Guerras entre hermanos como excelsa expresión del Caín y Abel que llevamos dentro.

En todas las guerras se derrama sangre y se colman los cementerios. En las guerras internacionales los muertos pertenecen al enemigo externo. En las guerras civiles colombianas, todos los muertos son colombianos. Pero nuestra moralina cristiana ha olvidado las guerras entre los <<los buenos>> bipartidistas, mientras que justifica la violencia contra <<los malos>>. Muy posiblemente porque la iglesia católica ha actuado <<agazapada>> animando las guerras de las élites[iii].

Aquí hay algo podrido. El aparato de poder ha implantado en la guerra contra insurgente el principio del exterminio. En este tipo de guerra promovida por los <<buenos>>, el Estado dispone que <<[] la muerte del otro, la muerte de la mala raza, de la raza inferior (del insurgente) hace que la vida en general sea más sana; más sana y más pura[iv].

La guerra colombiana vende porque derrama sangre insurgente. Sangre de reclamantes de tierras. Sangre de desplazados. Sangre de indios. Sangre de negros. Se olvida que antes de la diáspora venezolana, Colombia ya contabilizaba el mayor número de desplazados internos del mundo. ¿Producto de qué? De la guerra contra <<los malos>>.

A la insurgencia no se la ha podido vencer. Pero se nos vende su exterminio. Mientras los rojos y azules se mataron por décadas, nunca se habló de exterminio. ¿¡Cómo exterminarse entre sí las élites!? Entre ellos <<se hicieron pasito>>. Y posiblemente el asesinato impune de Gaitán les llenó la copa.

Ese asesinato fue el comienzo del fin de las guerras entre <<los buenos>>. Cuando se vieron ambos partidos obligados a responder por la muerte de Gaitán, decidieron echarle tierra. Olvidar. Tapar. Sólo que cansados de la guerra se les escapó un gran detalle: ¡Abandonaron a sus guerrilleros!

Los <<Tirofijo>>, <<Charro Negro>> o <<Sangrenegra>> que habían guerreado para liberales y conservadores, se vieron estafados por sus jefes. Y se levantaron contra ellos para reclamar por la estafa. ¿Qué sucedió entonces? Que, a esta campesina, por campesina, por <<impura>>, sí se le llamó y reconoció como <<La Violencia[v]/[vi]. Y se la sigue vendiendo como una guerra emprendida por >>los malos>> culpables, contra <<los buenos>>, inocentes.

Los campesinos que derramaron su sangre bajo las órdenes de los Melo, Murillo, Olaya, Laureano, Lleras y Ospinas, fueron muertos <<buenos>> porque sus jefes eran de los buenos. Pero se volvieron <<guerrilleros malos>> cuando reclamaron por la miseria en que los habían dejado sus jefes. Y su protesta comenzó a ser reprimida mediante acciones militares y policiales que llenaron los campos de terror. ¡Puro y claro terrorismo de Estado![vii]

En Colombia cambiaron los promotores de la guerra, pero no la guerra. Desde aquel famoso bombardeo sobre Marquetalia en 1963, a la sazón enclave y refugio de los antiguos guerrilleros liberales y conservadores, se oficializó el utópico propósito de su exterminio[viii]. El mismo que, entre otros, vino a recoger Uribe Vélez desde los 90 aupando las Convivir[ix].

No sería casual, ni inocente que, pasados estos 70 años de guerra de los buenos contra los malos, los dos más cruentos ataques terroristas de la insurgencia guerrillera hayan ocurrido comenzando los dos gobiernos uribistas. El de las FARC contra el Club el Nogal en febrero 2003 y el del ELN contra la Policía en enero 2019. ¿Será porque el que hierro promete, hierro recibe?

El propio DUribe lo ha ratificado. El acto propiciado por el ELN se produjo como un acto de guerra ya que las negociaciones estaban estancadas. En efecto, <<[…] nosotros (sic) no habíamos hecho presencia en esa (sic) mesa esperando que liberaran los secuestrados y que cesaran los ataques terroristas […]>>[x].

Foucaultiana. La biopolítica exterminadora establece que en la << […] relación bélica: ‘para vivir, es ineludible que masacres a tus enemigos’ (o) ‘si quieres vivir, es preciso que el otro muera’ […] forma novedosa del ejercicio del biopoder […] La muerte del otro, de la mala raza, […] (del degenerado, o el anormal (o el insurgente)), es lo que va a hacer la vida […] más sana y más pura >> ((2001). Defender la sociedad. Buenos Aires: FCE. Págs. 230 y 231. Paréntesis del blog).

Bernardo Congote es profesor universitario colombiano, miembro del Consejo Internacional de la Fundación Federalismo y Libertad (Argentina – www.federalismoylibertad.org) y autor de La Iglesia (agazapada) en la violencia política (www.amazon.com).

 

[i] Correa, F. (1996). Republicanismo y reforma constitucional. 1891-1910. Medellín: UdeAntioquia. (Cálculo del blog).

[ii] Congote, B. (2011). La Iglesia (agazapada) en la violencia política. Charleston: Congote. Disponible en www.amazon.com. Pg. 280.

[iii] Ídem. Congote, B.

[iv] Foucault, M. 2001. Defender la Sociedad. Buenos Aires: FCE. Pág. 230. Nota entre paréntesis del blog.

[v] Bushnell, D. (2002). Colombia, una nación a pesar de sí misma. Bogotá: Planeta, Págs. 277 y siguientes.

[vi] McFarland, M. (2018). Aquí no hubo muertos. Bogotá: Planeta, Pg. 30.

[vii] McFarland, Págs. 30 a 35.

[viii] Ídem. Pg.34

[ix] Ídem. Págs. 70,71.

[x]  Duque, I. (2018). <<No hay protocolos que amparen al terrorismo>>. www.elespectador.com, enero 19 2019. (Nota entre paréntesis del blog).

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