Bernardo Congote

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¿No fue la Costa la que quebró a Electricaribe?

En relación con el caso Electricaribe, el ponente del Plan de Desarrollo, Representante Darío Pérez, arriesgaría incurrir en varias falacias (<<Si no salvamos Electricaribe, se cae la inversión en el país>> www.elespectador.com marzo 29 19) [i]. La más grave de ellas, consistiría en evitar el fracaso costeño como un <<problema nacional>>.

 

En absoluto podría ser nacional un fracaso regional. Por casi 40 años, la población de la Costa Atlántica ha convertido en hábito perverso eludir sus responsabilidades en la defensa y promoción de sus empresas prestadoras de servicios públicos domiciliarios.

 

Al respecto, el ponente ignoraría voluntariamente que por los años 80-90, todas las siete (7) electrificadoras de la Costa, de carácter estatal, fueron quebradas con la complicidad de políticos, contratistas, gobernadores y demás habitantes de la Costa.

 

También ignoraría el ponente que, llegando los españoles al rescate, comenzando los años 2000 estuvieron a punto de devolverle al Estado los 181 municipios regionales porque ciertos hábitos regionales hacían <<comercialmente no gestionable>> a Electrocosta y Electricaribe[ii]. En la Costa no se pagaba el servicio; imperaba el fraude eléctrico en inmuebles de todos los estratos; se ejercía violencia recíproca entre ciudadanos y contratistas; ni alcaldes ni gobernadores tomaban cartas en el asunto[iii]. En fin.

 

Y también el ponente Pérez estaría ignorando que desde 2014-2015, cuando se anunció el nuevo riesgo de quiebra, ni los gobiernos, ni los empresarios ni los ciudadanos de la Costa propusieron bajo su propia responsabilidad, diseñar y ejecutar alguna estrategia que evitara este nuevo fracaso.

 

Por todo lo anterior, de ser aprobada la <<salvación>> de Electricaribe en el Plan de Desarrollo pagada por todos los colombianos, el gobierno actual pretendería, muy a su estilo, nacionalizar las pérdidas y regionalizar las ganancias. De esta forma DUribe pretendería borrar la alta cuota de responsabilidad de los micropoderes políticos, económicos y sociales de la Costa que, por acción u omisión, han llevado al fracaso a varias de sus empresas de servicios públicos.

 

Porque no sería sólo Electricaribe. Por diversos delitos contra la fe pública se encuentran presos en España y en Colombia, algunos dirigentes de las empresas de acueducto propiedad de la española Isabel II. Varios ciudadanos costeños de algún renombre hasta entonces, se habrían prestado para armar cohechos que también amenazaron con arruinar a la Triple A de Barranquilla y Aguas de Santa Marta.

 

Mientras esta cancerosa negligencia local no se corte de raíz, los $7 billones que costaría la <<salvación>>, sólo aumentarían el riesgo moral del sector. Con otras palabras, el Plan de Desarrollo terminaría induciendo a los demás colombianos a que también convirtamos en festín nuestras empresas locales porque <<papá Gobierno>> (¡con la plata de los contribuyentes!) otra vez saldrá en su ayuda. Probándose aquí también que el llamado Plan de Desarrollo por donde se le mira, amenaza cocinar varios fracasos en lo regional y nacional.

 

Si triunfan estas falacias en el Congreso, muy pronto esos $7 billones se irán por las cañerías y, nuevamente, nuestros compatriotas de la Costa saldrán a pedirnos ayuda a los demás colombianos con la vulgar complicidad de la politiquería imperante. Sacándonos del bolsillo una ayuda que sería suministrada, precisamente por la mayoría de colombianos que, ejemplarmente, conservamos, financiamos y invertimos en los sistemas de servicios públicos de nuestras ciudades.

 

Otra falacia no menos grave, surge del sospechoso dilema que plantea el ponente, según el cual, deberíamos <<salvar a Electricaribe o perder inversiones>> ¡Todo lo contrario! Aumentando el riesgo moral del sector, como lo pretende este desgobierno, si nos obligan a todos los colombianos a solucionar la irresponsabilidad local costeña, ningún inversionista de respeto arriesgaría su capital en medio de un caldo de cultivo tan pernicioso. La <<salvación>> de Electricaribe, bajo este esquema, ahuyentaría a los inversionistas ya no sólo de la Costa sino de toda Colombia.

El ponente Pérez debería responder, además, estas otras preguntas antes de que el Congreso nos lance por este abismo:

  • Si fue la Costa Atlántica la que quebró a Electricaribe ¿Por qué los demás colombianos deberíamos financiar, siquiera en parte, este nuevo fracaso regional?
  • ¿A cuánto asciende la cuota que se le está exigiendo a la Costa Atlántica para co-financiar el rescate de su empresa electrificadora?
  • ¿A cuánto asciende el porcentaje de la sobrecarga tarifaria que pagarían los habitantes y empresarios de la Costa para financiar ésta su nueva quiebra?
  • ¿Cuál será el monto de los presupuestos que las alcaldías costeñas destinarán a reforzar la carga financiera que asumiríamos los demás colombianos que no tenemos velas en ese entierro?
  • ¡Ah! ¿Y a cuánto asciende el capital que están dispuestos a poner los españoles para salvar una empresa que, de todas formas, les tiene como propietarios (y cuestionados gestores)?
  • ¿Por qué no se les oye hablar (ni tampoco se les pregunta) del tema a esos directivos madre- patrias?
  • ¿Cuánto estaría costando el lobby que con que se estarían abonando las cuentas bancarias de algunos de los defensores de esta <<salvación>>? ¿Por ejemplo, en una que otra cuenta del ponente Darío Pérez o de eventuales testaferros?
  • Y, finalmente ¿Por qué estaría comprometido el Centro Democrático en este entierro de tercera para los servicios públicos de Colombia? ¿Querría, muy a su probado maduribismo, apagar a Colombia para profundizar un genocidio que consolide su proyecto fascista?

Bernardo Congote es Politólogo, Economista y profesor universitario colombiano. Miembro del Consejo Internacional de la Fundación Federalismo y Libertad (FYL.Argentina www.federalismoylibertad.org ) y autor de La Iglesia (agazapada) en la violencia política (www.amazon.com)

[i] El autor de este blog fungió como Asesor del Despacho de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios entre 2003-2007, entre otras tareas, diseñando e implementando un proceso recuperador que nació denominado como Plan de Emergencia Zonal para la Costa Atlántica (<<PEZCA>>).

[ii] Por entonces fueron las razones sociales de dos empresas españolas que se dividían la prestación del servicio en las subzonas norte y sur de la Costa Atlántica. Un modelo fracasado que el <<progresista>> Plan de Desarrollo pretende vendernos como parte de la salvación para Electricaribe.

[iii] El <<PEZCA>> y la posterior estrategia de la Superintendencia identificaron claramente a éstos factores como parte esencial del problema.

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