El coronavirus ha sacado lo mejor y lo peor de nosotros. Entre lo peor, la infección globalizada ha despertado los más voraces apetitos dictatoriales.[i]
Confirmando que el Covid 19 ha sido la estafa sanitaria del siglo 21 hubo algo peor.[ii]/ [iii]
¡Hemos sido humillados! Diciendo que “defendían nuestra salud”, los gobernantes se han arrogado facultades dictatoriales que, más allá de su carácter fascista, se hundieron en el abismo de la humillación colectiva.
Desde marzo de 2020 cada politiquero gobernante decidió que era capaz de controlarlo todo. Bajo una engañosa idea de “sobrevivir” -ante un monstruo sin identificar-, nos dejamos robar la libertad de movimiento, de trabajo, de reunión, de educación, de deporte, de recreación. ¡Y hasta nuestra forma de vestir!
Positivamente hemos aprendido que de nada vale la vida sin libertad. Y que de nada vale haber sobrevivido al Covid 19 si, a la hora de la verdad, nos dejamos humillar por nuestros gobernantes.
Aceptamos, desvergonzadamente, las arbitrarias decisiones de los gobiernos controlando nuestros movimientos, nuestra forma y lugar de trabajo, nuestros hábitos comerciales, nuestra educación, nuestro deporte. ¡A cual más humillante lo uno o lo otro!
Nuestra condición de rebaño, amarrada a nuestras convicciones religiosas, nos llevó a creer que era mejor sobrevivir humillados que morir dignamente. Se cerraron las iglesias porque todo el país fue convertido en templo de la estafa y la humillación.
Claro que algunos terminamos sobreviviendo dignamente. Así como aceptamos que cada policía vigilara nuestros pasos por las calles y los parques, aceptamos esa vigilancia como un purgante. A algunos nos tuvieron que tapar los ojos y los oídos para aceptar esa humillación.
Las propias familias se encargaron de echarle leña al fuego. El aumento de la violencia conyugal en este confinamiento puede explicarse por la forma en que cónyuges, padres, hijos, hermanos o sobrinos resultamos enfrentados los unos contra otros por aceptar/rechazar estas medidas vomitivas.
Todo ha quedado al desnudo ahora que las cifras NO PRUEBAN que hayamos estado sometidos a terroríficas situaciones. ¡Que no era médica ni científcamente probable que todos fuéramos a morir!
Se está probando falso que la OMS pensara en la humanidad. Pensaba sólo en sus accionistas, la industria farmacéutica, cuyas vacunas elevarán al infinito sus ingresos.[iv]
¡Estamos confirmando que unos pocos intentaron estafarnos a todos todo el tiempo!
Esta enfermedad se ha probado inferior y más benigna que todas las anteriores epidemias humanas.
El 85% de las manifestaciones del coronavirus HA RESULTADO BENIGNO. En el mundo, el 75% de los infectados se ha recuperado (En Colombia, el 84%).[v]
Casi 8 de cada 10 infectados, ¡se ha recuperado!
¡Hemos sido estafados y humillados! ¡Tenemos derecho a tener y expresar rabia política!
También sabemos ya que que la precaria situación en que YA ESTABAN los sistemas de salud, explicaría por qué los profesionales de la salud han pagado tan alto precio en enfermedad y muerte.[vi]
No fue el Covid 19 el que terminó con la vida de médicos y enfermeras. Fue el sistema hospitalario permanentemente menesteroso; sin presupuesto; sin equipos; sin dotaciones; sin camas; sin drogas. Todo esto lo sabían nuestros politiqueros DESDE MUCHO ANTES. (Y lo sabían los médicos).
¿Quién(es) y cuándo pagará(n) el costo político de esta estafa? ¿Quién les cobrará a nuestros gobernantes habernos humillado? ¿Quién les cobrará habernos robado nuestras libertades?
¡Nosotros! Nos veremos las caras en las elecciones de 2021. Allí desfogaremos nuestra rabia política.
Hacernos matar de la polícía no es la salida. En medio de todo, policías y soldados también han sido humillados por las decisiones de sus superiores. Aquellos también son cabeza de familias doblegadas por las torpes y falsarias decisiones de los politiqueros de turno.
En las próximas elecciones algunos pagarán haberles quitado la sonrisa a nuestros hijos y nietos. A nuestros adultos mayores. Haber separado abruptamente a estudiantes y maestros. Habernos impedido jugar. Practicar nuestros deportes. ¡Habernos impedido trabajar! ¡Abrazarnos!
- Es falso que haya que reformar a la policía o al ejército.
- Es cierto que hay que tomarles cuentas a sus generales
- Es cierto que hay que tomarle cuentas al Ministro
- Es cierto que hay que exigir su renuncia
- Es cierto que hay que tomarle cuentas al que se autodenomina “presidente”.
- ¿Tendrá la vergüenza suficiente para renunciar? ¿Tendrá vergüenza?
Congótica. A Egan Bernal el alcalde la ciudad que le rindió pomposos homenajes el año pasado, no le permitió montar en bicicleta sino hasta hace dos meses. ¡Y todos queríamos que fuera ganador del Tour de France! A ver…
[i] https://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/la-mayor-estafa-sanitaria-del-siglo-21
11 sep. 2020
[ii] https://www.nytimes.com/2020/09/08/opinion/biden-trump-humiliation.html
[iii] https://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/lobo-fascista-disfrazado-oveja-derechista
10 sep. 2020
28 mayo 2020
[iv] https://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/la-oms-unos-cuantos-enganando-muchos-tanto-tiempo
7 junio 2020
[v] https://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/la-mayor-estafa-sanitaria-del-siglo-21
11 sep. 2020
[vi] https://www.amnesty.org/es/latest/news/2020/07/health-workers-rights-covid-report/