Bernardo Congote

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Un Estado (fascista) sin opinión

¿Cuál es su opinión sobre los falsos positivos? ¿Cuál es su opinión sobre la Yidispolítica? ¿Cuál es su opinión sobre los préstamos aprobados por Uribito? ¿Cuál es su opinión sobre los estropicios del General Montoya? ¿Cuál es su opinión sobre las masacres de los Doce Apóstoles? ¿Cuál sobre la masacre de El Aro? ¿Cuál es su opinión sobre el asesinato de Jesús María Valle? ¿Cuál sobre la carta que le envió Mancuso en 2009?

 

Pasan los días, los meses y los años y ¡no lo sabemos! El narcisismo destructivo no tiene el verbo responder en su diccionario[i]. Mucho menos el verbo opinar.

 

Es por lo menos curioso (y, por lo más, perverso), que los dueños del famoso <<estado de opinión>> no tengan opinión alguna. Es por lo menos curioso (y, por lo más, dañino) que personajes que se dicen <<estudiados>> (así los llaman en paisalandia), no opinen algo cuando se les pregunta. Y sobre todo cuando se les pregunta sobre asuntos en los que pueden estar comprometidos penalmente.

 

Al contrario, se adueñaron del estribillo de la <<siguiente pregunta>>. Sí. La respuesta de quienes están, dicen, reivindicando la opinión, es no opinar. Sus falaces respuestas consisten en lanzar otra pregunta. Lo que, por supuesto, conduce al vacío. Conduce a la ignorancia. Conduce a la no opinión.

 

La tal <<siguiente pregunta>> es la bandera típica del fanático. Al fanático no le gusta la pregunta porque él cree tener todas las respuestas. Pero si las tiene, ¿por qué no las expresa? ¿Por qué se calla? ¿Por qué no opina?¿Qué es entonces su <<Estado de opinión>>?

 

El fanático cree saberlo todo. Menos que es fanático. El mejor, sabe que hay otros mejores o peores que él. El fanático, el peor, cree que él es el mejor. Razones por las cuales los mejores tienden a mejorar y los peores a hacerse cada vez peores. Y, por tanto, a proponer cosas peores.

 

No extraña entonces que, en éste, el gobierno de los peores esté resucitando el llamado <<Estado de opinión>>[ii]/[iii]. Una verdadera solución problemática. Una salida hacia adentro. Una revolución hacia atrás.

 

Tampoco extraña que su promotor, un fanático sin opinión, se atreva a afirmar que el tal estado de opinión sea superior al Estado de Derecho. ¿Habíase visto cosa igual? Sí. Durante el primer gobierno de estos mismos fanáticos, surgió esta ideota. Una que, por supuesto, no tiene antecedentes en los anales de la ciencia o la praxis política.

 

En marzo de 2010, cuando la Constitucional desbarató su intentona doblemente reeleccionista, un editorial de La Nación en Buenos Aires, destacó que El Innombrable se hubiera allanado << a la negativa de la Corte (según la cual) ‘ese estado de opinión no se puede contraponer al Estado de Derecho’>>[iv].

 

Pero ahora resurge la falacia. Nuestro Rasputín recargado se ha venido por todo[v]. Los ocho años ya corridos no le fueron suficientes. Para eludir el peso de la ley, divertimento propio suyo, se inventó un teatrino titiritero. Puso en la Casa de Nariño a un agente suyo, con el fin de desarmar, desde el Poder Ejecutivo (anclado militarmente), toda posibilidad de que el Legislativo o el Judicial puedan seguir siendo bases de la, de por sí frágil, democracia criolla. Todo ello configurando algo mucho más maduro: el avance hacia un Estado fascista.

 

El falazmente llamado estado de opinión resurge apelando a viejos trucos hitleriano, mussoliniano o franquista. A nombre de la defensa popular, se busca manipular las masas para lanzarlas a otro referendo que desbarate el Estado de Derecho. El mismo que le impidió, vía la Corte Constitucional, que pudiera re reelegirse en 2010. ¡Qué curioso!

 

Como no contaba con Santos, porque en verdad no cuenta con alguien diferente a sí mismo, su intentona de 2010 tuvo que esperar ocho años. Santos desbarató aquel ideal de <<seguridad democrática>>. Pero ¡quién lo creyera! El Innombrable profundizó el odio guerrerista, tal como se lo advirtió Mancuso en 2009[vi]. ¡Y ahora se vino por todo!

 

Esta versión de un tal estado de opinión, abanderada por quienes no emiten ni admiten opinión alguna (acallando ahora a la prensa mediante una sospechosa Comisión Reguladora de Contenidos), sería la fase superior de una perversa trampa política. Y conduciría mediante la tiranía popular al remozamiento de un fascismo tipo siglo veinte.

 

Lánguidas marchas callejeras que a algunos les producen risa o indiferencia, vienen a ser caminos para que unos abyectos vayan engarzando a otros de modo que, una firma tras otra, el pueblo apruebe un formato de Estado sin opinión que termine ¡aplastando al pueblo!

 

Y como todo mecano fascista descansa en el terrorismo, la estratagema en Colombia aparece fortalecida mediante una cúpula militar comprometida desde hace tiempo con los <<falsos positivos>> y la violencia paramilitar.

 

El crimen de Estado es la herramienta última de los opinadores que no opinan algo. Y el aplastamiento popular es el objetivo de la violencia fascista.

 

¿Cuáles son los pasos?

 

  • Un posiblemente cercano referendo hacia la Corte única y cierre del Congreso (Venezuela 1);
  • Una siguiente aniquilación mediante el hambre (Venezuela 2);
  • Un complementario exterminio mediante la diáspora (Venezuela 3); y
  • Un estado de NO opinión apalancado en la violencia policial y militar (Colombia: siglos XIX a XXI…).

 

Cioránica. << Los verdaderos criminales son los que establecen una ortodoxia sobre el plano […] político […] Bajo las resoluciones firmes se yergue un puñal; los ojos llameantes presagian el crimen>>.

Cioránica 2. <<Detrás de la palabra del fanático corren ríos de sangre>> (Cioran, E. 1997. Genealogía del fanatismo, en Breviario de podredumbre. Madrid, España: Santillana, Páginas 27 a 33. Paréntesis del blog).

Unamúnica.¡Evviva la morte!

Congótica. El Consejo de Estado acaba de aceptar una demanda que podría eliminar la investidura parlamentaria de El Innombrable. (El estado de opinión decide: ¡Hay que acabar … con el Consejo de Estado!).

 

El autor es profesor universitario colombiano, miembro del Consejo Internacional de la Fundación Federalismo y Libertad (Argentina www.federalismoylibertad.org) y autor de La Iglesia (agazapada) en la violencia política (www.amazon.com).

[i] https://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/es-el-narcisismo-estupido

29 de mayo 2019

[ii] Http://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/Eligiendo-entre-peores

19 de junio 2018

[iii] https://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/democracia-regimen-los-ineptos

23 de septiembre 2018

[iv] <<La calidad institucional, como lo demuestra la veda para la reelección de Uribe, no es asunto de una sola parte de la población>>. La Nación. Buenos Aires. Editorial de la edición impresa de marzo 9 2010. (Paréntesis del blog).

[v] https://Blogs.elespectador.com/política/Bernardo-congote/nuestro-Rasputín-recargado

15 de octubre 2018

[vi] https://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/carta-mancuso-uribe

31 de mayo 2019

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