Bernardo Congote

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El Monseñor Nomesalve

Los curas hacen el mal y lo llaman bien. Por ejemplo, en épocas electorales navegan a placer haciendo politiquería pero la disfrazan como un “ejercicio de sus derechos ciudadanos”. Y se despachan a enseñarnos sobre democracia, diálogo, humildad, pobreza y amor. En fin.

 

Son los mismos “demócratas” que, desde Roma, operan un aparato político dictatorial; uno cuyo poder ejecutivo, descansa en manos de un papa, que controla y dispensa el cuidado de su propia ley y el manejo de los dineros de los pobres. Por ejemplo, utilizándolos piadosamente para engordar los bancos europeos o comprar apartamentos de lujo en Londres[i].

 

Estos mismos autarcas invitan al diálogo, siempre y cuando no se hable de sus privilegios ni sus pecados. Y siempre y cuando se dialogue como a ellos les conviene: dictatorialmente. Con ellos se puede dialogar, siempre y cuando ellos tengan la razón.

 

Y ¡cómo llaman cada rato a la humildad! Vestidos de oros y mirras mientras dejan colgar de sus mofletudos cuerpos pesadas joyas, se elevan por encima de sus ovejas para despotricar sobre lo divino y lo humano. Son los mejores ejemplos de la soberbia.

 

Y ni qué decir cuando esa soberbia les autoproclama “defensores de los pobres”. O sea, protectores de la gran masa de miserables que van a sus templos a comprar un fetiche que les venden como “cielo”. La iglesia ha protegido a los pobres de la prosperidad, no vaya a ocurrir que, una vez prósperos, dejen de darles limosna.

 

Y todo lo anterior les hace dueños de una cosa que, peor, se atreven a llamar “amor”. Dictadores, autárquicos, soberbios, ricos y vendedores de fetiches, son los pastores de la perversidad. ¿Cuál amor?

 

Uno de ellos, es un colombiano apellidado Monsalve y adjetivado monseñor. Por estos días anda despotricando por los medios enseñándonos qué hacer en las elecciones del próximo domingo.

 

Sin sonrojarse siquiera, vomita su fuego politiquero mientras se autoproclama “ciudadano en ejercicio de sus derechos civiles”. Sí monseñor. Pero ocurre que ciudadanos como ustedes, están listos a reclamar derechos, pero no a cumplir deber alguno. Con esos ciudadanos, ¡apague y vámonos!

 

Los monseñores no pagan impuestos por sus gruesos ingresos; mucho menos por su voluminoso patrimonio inmobiliario. Sin dudas, graves, desde la Colonia hasta hoy, los monseñores siguen figurando entre los mayores terratenientes. Y no tributan. Ni figuran en ninguna reforma urbana ni agraria. ¡No existen!

 

Los monseñores hablan contra todos y de todo en las elecciones. O sea, pretenden hacer política, pero eso sí, siempre y cuando nunca se vean sometidos al escrutinio público. Sinrazón por la cual, después de elecciones, el único partido que sale ganando es el partido católico. (Uno que en semana santa practica el “lavapies” y, en elecciones, el lavamanos!

 

Los monseñores son ciudadanos hasta que dejan de serlo. Por ejemplo, hasta cuando terminan acusados de sodomizar a los niños en sus templos. Una vez denunciados, salen corriendo a esconderse bajo las sotanas del papa en Roma. Porque su ley, dicen, es la ley de dios. MMM…

 

El mismo papa que predica democracia y amor a los niños, los ha protegido sin descanso. Hasta cuando algunos “estúpidos periodistas” revelan sus atrocidades, viéndose obligado a distraernos con campañas para “depurar” su iglesia. (Algo que nunca logrará porque si resultare “depurada”, su iglesia se quedaría sin monseñores y sin curas).

 

Y claro que el mismo Monseñor Monsalve acaba de sumarse al coro de los detractores de los medios de comunicación. A pesar de que los utiliza para vomitar su fuego, habla de que “abusan de sus suscriptores”. Es más, afirma que los medios nos meten “páginas enteras de calumnias (y) difamaciones[ii].

 

En sana lógica, el monseñor está desnudando qué tan gorda es su mentira. Porque si hablando por un medio de comunicación, acusa a los medios de abusar de sus suscriptores, este alumno de Santo Tomás devela, y con sobrada razón, que dejar hablar a los monseñores en los medios es un abuso.

 

Estoy de acuerdo monseñor. Los medios de comunicación abusan de nosotros los suscriptores, dejando hablar de democracia a los dictadores que visten de púrpura; dándoles tribuna a sus majestades para que, exhibiendo sus joyas, hablen de pobreza; y permitiéndoles que mientras hablan de “ciudadanía”, cínicamente desconozcan sus obligaciones ciudadanas.

 

Monseñor ¡Nomesalve! ¡Sálvese a sí mismo!

 

Congótica. “Si no fueran tan dañinos, producirían lástima”. (Serrat, JM. “Los macarras de la moral”).

[i] https://www.elespectador.com/noticias/el-mundo/escandalo-en-el-vaticano-se-usaron-donaciones-para-comprar-apartamentos-de-lujo-articulo-886945 (150 millones de Euros) Consulta de octubre 23 2019

[ii] “Arzobispo de Cali despierta controversia electoral”. Diario El Tiempo, 19 de octubre 2019, Pg. 1.10. (Paréntesis del blog).

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