¡Soldado que piensa, muere! Eso me advirtieron durante mi servicio militar. Y tenía cierta lógica. Quien se pone a pensar esgrimiendo un arma, muere. Es una regla de supervivencia. Sólo que lo de no pensar, preocupa si se extiende a la oficialidad. Porque un alto oficial que no piensa, es un atentado.
Algo de ello se ha comprobado por estos días. Tal vez hablar de inteligencia militar equivaldría a hablar de la humedad del desierto. Sinrazón por la cual, las improvisaciones, contradicciones y correcciones del alto mando, producto de lo descrito por The New York Times (TNYT) estos días resultaría comunes y corrientes[i].
La historia del Ejército colombiano es muy joven, pero ello no la hace menos perversa. Las más publicitadas de sus perversidades habrían surgido de la mano del maduribismo. Primero de la mano de El Innombrable y, ahora, también.
Sólo entrados los años 50-60 del siglo XX, el Ejército, paradójicamente, se habría fortalecido gracias a la insurgencia popular <<comunista>>[ii]. Posiblemente la estrategia de <<tierra arrasada>> mediante la cual las bombas napalm del general Ruiz Novoa mataron las gallinas y los marranos de Tirofijo, sería una de las primeras señales de que Colombia tenía ejército[iii]/[iv]. Pero ¡qué ejército!
Y desde los 80, la trilogía guerrilla-fuerzas armadas-paramilitares protagonizó una versión degradada de La Violencia: la violencia narcopolítica. Gracias a la cual, las doctrinas del Comando Sur de los Estados Unidos influyeron sobre el financiamiento, equipamiento y entrenamiento de la oficialidad militar colombiana.
¿Habría doble moral en los gringos, lavándose las manos con el escrito de TNYT? ¡Por supuesto! Ellos han sido los maestros y los criollos (militares y políticos), sus abyectos alumnos. Sólo que a nosotros nos obliga evaluar la inmoralidad recurrente de los nuestros.
Sin dudas graves, la cúpula militar nombrada en febrero pasado habría tenido el Vo Bo de El Innombrable. Nueve de los altos oficiales del actual régimen duribista se encontrarían involucrados en los <<falsos positivos>>; sobre todo el general Nicacio cuando fue comandante de la Décima Brigada Blindada[v].
Y todos ellos están haciendo bien la tarea: replicar la tristemente célebre Seguridad Democrática. ¿Por qué las alarmas? El mismo TNYT confirma que el hoy cabeza del ejército vendría siendo << … investigado por la serie de asesinatos ilegales ocurridos a mediados de la década de 2000… (aplicando) tácticas … de los superiores que exigían un mayor número de cuerpos, de acuerdo con los fiscales>>.
Y desde ese mismo febrero, el general Nicacio sólo obedeció lo que le encomendaron desde la Casa de Nariño. De modo que estamos asistiendo sólo al replay de la nefasta película estrenada en los 2.000. Su director es el mismo; sólo cambiaron los extras.
TNYT escribe que el general Martínez dio <<La orden de … ser operacionalmente efectivos y reconoció que las órdenes instruyen a los comandantes para que realicen operaciones cuando todavía no están seguros de sus objetivos>>. De esta forma, vulgarmente hablando el ejército habría recaído, no inventado, en el tan conocido <<¡disparen antes de que llegue la orden!>>
Poniendo de relieve ciertas torpezas de la oficialidad militar, TNYT añade que <<el general Martínez argumentó que las instrucciones solo se referían a la planificación de las misiones, no a su ejecución>>. Lo que confirmaría que, para peor, en el ejército se planifica, pero no se cumple. ¿Pero acaso ha cambiado algo de ayer a hoy? ¿No alegaron a su favor lo mismo los falsopositivistas?
La frutilla de la torta sería que el alto mando ahora se arropa con la frasecita según la cual, añade TNYT, a ellos les inspira <<El respeto absoluto (sic) a los derechos humanos es lo más importante… Todo lo que hagamos tiene que estar en el marco de la ley>>. Cinismo que nos recuerda a Zuleta cuando advierte que todo manipulador, por principio, dice amar a su víctima[vi]. (Mano abierta y corazón grande, reza el lema maduribista).
El caso del TNYT se aproximaría sólo a un refrito con algunos datos nuevos. Bajo el gobierno de El Innombrable los héroes tuvieron un margen de error operacional del 15%. Y TNYT reproduce la orden del general Nicacio, según la cual <<Hay que lanzar operaciones con un 60-70 por ciento de credibilidad y exactitud>. O sea que el MaDuribismo fascista, sin sorpresa alguna habría más que duplicado la posibilidad de asesinar inocentes pasando del 15% al 30 y 40%[vii].
Con el agravante, según los oficiales entrevistados por TNYT, de que los altos mandos <<les dijeron que tenían que hacer lo que sea, incluyendo usar grupos paramilitares que proporcionen información sobre bandas armadas rivales ’para generar resultados’>> ¡Qué falso descubrimiento! Los gringos nos cuentan como nuevo lo que ya sabíamos[viii]/[ix].
En agosto del 2009, Salvatore Mancuso le escribió al Innombrable, entre otras, lo siguiente: <<fui reclutado y entrenado por el Estado bajo una política nacional madre del paramilitarismo de Estado>>. Sí. ¡Hace 10 años lo leímos! Y, además, Mancuso escribió que <<…al amparo de la legislación de los años 90, las fuerzas armadas del Estado y, como se ha visto con (sic) legisladores y empresarios puestos presos, también otros poderes públicos y privados desarrollaron una relación activa con los grupos paramilitares>>[x].
Al fin de cuentas, las llamadas revelaciones de TNYT revelan poco. Sólo que, con datos salidos desde adentro, según los oficiales entrevistados el <<…19 de febrero (2019) surgió un nuevo documento titulado Cincuenta Órdenes de Comando. Una instrucción exigía ‘operaciones oportunas y masivas’ contra el enemigo>>.
¿Y qué estamos viendo otra vez? Civiles asesinados. Líderes sociales asesinados. ¿Y de nuevo? Exguerrilleros firmados en acuerdo de paz, asesinados. Pasados casi veinte años ¿Quién podrá ser el enemigo? ¡Los civiles! Las habas que se cuecen hoy son tan tenebrosas como las de ayer.
Por un lado, confirmamos que el duribismo tiene un ADN fascista[xi]; y, por el otro, que el fascismo maduribista sólo estaría cerrando las cercas para reproducir una versión propia del genocidio venezolano.
Con una diferencia: allá el régimen mata con el hambre y aquí asesinaría a mansalva utilizando las armas y el uniforme militar. Allá se hace bajo inspiración de Cuba. Aquí, se inspiraría en el narcicismo destructivo de El Innombrable.
Congótica. Como en las fuerzas armadas estarían buscando a los denunciantes de lo que todos sabemos, yo les ahorro tiempo y esfuerzo: búsquenme pero mi más alto cargo fue el de portador de la corneta en mi pelotón.
Congótica 2. Nunca se habría evidenciado tan tragicómico el papel del Doctor Chapatín fungiendo como ministro de defensa en Colombia.
Congótica 3. ¡Se me olvidaba! Nos estaría corriendo pierna arriba una declaratoria de conmoción interior, producto de la cual la seguridad democrática se desnudará, por fin, como seguridad fascista.
Congótica 4. La ciudadana Cabal nos resultó generosa. Ella estaría dispuesta a pagar por un refrito.
Serrática. Si no fueran tan dañinos, producirían lástima. Serrat, J.M. <<Los macarras de la moral>>.
El autor es profesor universitario colombiano, miembro del Consejo Internacional de la Fundación Federalismo y Libertad (Argentina – www.federalismoylibertad.org) y autor de La Iglesia (agazapada) en la violencia política (www.amazon.com)
[i] El blog reproduce apartes del documento: Las órdenes de letalidad del ejército colombiano ponen en riesgo a los civiles, según oficiales. Traducción del original en inglés reproducida por www.elespectador.com el martes 21 de mayo.
[ii] El comunista Tirofijo fue guerrillero liberal en los años 40. Fue rebautizado comunista cuando dejó de disparar a nombre de los gamonales y se puso a dispararles a los gamonales.
[iii] Mc Farlane. M. y Otro (2018). Aquí no hubo muertos. Bogotá, Colombia: Planeta, PP. 33-35. La Policía fue el instrumento del orden gamonal bipartidista desde fines del siglo XIX.
[iv] Acevedo, T. (2010). Desde Marquetalia ‘Para el Presidente en su Palacio’. Bogotá, Colombia: disponible www.elespectador.com publicado octubre 31 2010.
[v] Afirmación de Human Rights Watch citada por TNYT.
[vi] Zuleta, E. (2000). Tribulación y felicidad del pensamiento. Cali, Colombia: FEZ. Pp. 62 y siguientes.
[vii] Los oficiales entrevistados por TNYT, afirman que <<En el pasado (durante el régimen de El Innombrable), las operaciones militares debían llevarse a cabo con al menos el 85 por ciento de la certeza del objetivo. La nueva orden exigía un estándar más bajo>>. (Todos los paréntesis del texto, son responsabilidad del blog).
[viii] TNYT menciona el hecho de que el <<…19 de febrero (2019) surgió un nuevo documento titulado Cincuenta Órdenes de Comando. Una instrucción exigía ‘operaciones oportunas y masivas’ contra el enemigo>>.
[ix] Ver también: Congote, B. (2009). Carta de Mancuso a Uribe. Paramilitarismo y Seguridad Democrática en Colombia. Bogotá, Colombia: disponible en www.lediplo.info (Le monde diplomatique – edición Colombia), Edición No. 81, agosto 2009.
[x] Ibidem.
[xi] https://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/maduribismo-y-fascismo
febrero 10 2019