Bernardo Congote

Publicado el

Argentina: ¡¿Salto al vacío?!

La democracia, esa fémina tan deseada, pocas veces es conquistada. Y cuando ello ocurre, si no se la cuida se lanza en brazos de cualquier tirano.

En Argentina impera una democracia iliberal-confesional. Iliberal porque apenas está aprendiendo a hacer elecciones. Sus poderes estatales no están separados. La alternancia en el poder, hace un siglo no está garantizada. Y la participación ciudadana, tiende a ser nula.

Y es confesional por la proclividad de los argentinos a ponerle atención a la pobreza. Fue la nación más próspera de América Latina finalizando el siglo XIX. Si alguien conoció la riqueza neta, la construida mediante el trabajo, esa fue aquella Argentina.

Pero es víctima del <<complejo de Epulón>>. Acomplejada por haber sido muy rica, empezando el siglo XX empezó a tirar de su mesa las migajas para que, llenos de odio, los pobres se las comieran. Y este miserabilismo es cristiano.

Fue Perón quien abrevó en las fuentes más contaminadas del cristianismo: el fascismo italiano (y, de paso , el español franquista pudo haberle rozado las solapas). Ese miserabilismo conduce a las sociedades a empoderar la pobreza. A fortalecerla como virtud. A convertirla en la condición humana más digna. ¡Y a prostituir la ética del trabajo!

Empoderando la pobreza estimuló un sindicalismo que impide trabajar. Diseñó una empresarialidad que, alguna vez próspera, terminó sintiéndose culpable de hacer que los pobres trabajen cuando, <<viéndolo bien>> deberían estar echados en sus casuchas esperando limosnas.

Fortaleciendo la pobreza como virtud, la Argentina ha obligado a los pocos que trabajan a que sus impuestos se dediquen a pagar <<planes sociales>>. O sea, a subsidiar la vagancia de los pobres que esperan, mes a mes, aportes estatales que subsidien sus gastos básicos.

Y como ningún plan social es suficiente, los pocos que trabajan también pagan numerosos comedores populares. Que viven atiborrados de miserables porque cada <<beneficiario>> trae consigo a otros.

Los llamados <<planes sociales>> sólo han aumentado el número de miserables. Y, al tiempo, ha visto disminuir los trabajadores productivos. Sin contar con que, peor, el 50% del <<empleo>> lo ofrece el Estado. Y, que es muy poco el número de jóvenes que estudian Porque, ¿para qué estudiar si trabajar es pecado? (Dicen los curas en la iglesia).

Si ello no bastara, la minoría que trabaja se ve acosada en las calles por los ladrones o los criminales.  Cuando camina hacia su trabajo, encuentra bloqueadas las rutas por los sin trabajo que piden más limosnas. Y cuando va a los estadios, los encuentra llenos de aficionados que actúan como delincuentes.

¿Quién se ha beneficiado de esta Argentina degradada? La iglesia política. ¡Qué digo! La Iglesia Católica. Cada fin de semana, sus templos estén llenos de miserables. Unos que trabajan con complejo de culpa. Y otros que no trabajan. Pero todos depositan sus denarios en la bolsa eclesiástica.

¿Por qué no se ha escuchado la voz del papa Bergoglio por estos días que anuncian el regreso del kirchnerismo a la Argentina? Porque él y sus purpurados están frotándose las manos tanto allá en Roma como en el palacio arzobispal de Buenos Aires. <<¡El negocio prosperará todavía más!>> se dicen. ¡<<La Kirchner viene por todo>>! Gritan con emoción los de sotana. 

La Argentina amenaza hundirse en su propio abismo. Macri no fue capaz, siquiera de disminuir los planes sociales. Los incrementó. Como tampoco fue capaz de poner al kirchnerismo en su lugar. En 2015 llegó al gobierno y lo encontró arruinado. Y, en lugar de salir a denunciar el robo, se puso a limpiar la basura de los Kirchner en silencio.

Macri no fue capaz de denunciar el robo del siglo argentino. Y, silenciándolo, se hizo cómplice. Y, haciéndose cómplice, primero fue chantajeado por <<la sombra de los Kirchner>> y, hace unos días, acaba de ser derrotado electoralmente por el monstruo kirchnerista.

Una caricatura The Economist Intelligence Unit, muestra dos dragones echando fuego. El uno, tiene un letrero que dice: <<BREXIT SIN ACUERDO>>. Y el otro dice: <<BREXIT CON ACUERDO>>. Asustado, un ciudadano va a abrir una puerta que dice: <<NUEVAS ELECCIONES>>. Pero Theresa May le grita: <<¡Cuidado! No puede abrirla porque eso traería monstruosas consecuencias>>.

Acaba de ocurrir en la Argentina. Una opción era MACRI MEDIO PRESIDENTE. La otra, CRISTINA SUB PRESIDENTE. Este domingo 11 abrieron la puerta electoral y se les vino el monstruo popular encima ¡Ambos salieron a correr!

Congótica. Macri promete ser otra víctima de quienes <<ceden para no perder>>. Cediendo, pierden.

El autor es profesor universitario colombiano, miembro del Consejo Internacional de la Fundación, Federalismo y Libertado (www.federalismoylibertad.org) y autor del libro: La iglesia (agazapada) en la violencia política (www.amazon.com)

Comentarios