Parsimonia

Publicado el Jarne

Jaque al Rey de España

Tras más de 45 años de reinado y casi 40 como Jefe de Estado, el trono se tambalea. Fue el rey que trajó la democracia a España, pero en los últimos años ha sido incapaz de adaptar la Monarquía a los nuevos tiempos. Esta es la historia de un jaque al Rey. Queda la duda de si será jaque mate o será capaz de mover la pieza adecuada y salvar la partida.

Por encima del bien y el mal

Santiago Carrillo, el líder del Partido Comunista de España (PCE) durante la Transición, dijo una vez que en esta ocasión España no tenía que elegir entre dictadura y democracia para decidir entre monarquía y república. Carrillo hacía mención a 1929, cuando debido al apoyo de la dictadura por parte de Alfonso XIII, la monarquía se vinculaba a la dictadura mientras que la república era sinónimo de democracia. El rey rompió esa idea.

La anécdota sirve para ilustrar bien la percepción del Rey en aquel tiempo. Llegaba a España un rey con vocación democrática que demostró su compromiso con los valores constitucionales en los momentos más duros como en el golpe del 23-F. Sin la intervención de Juan Carlos, habría muchas dudas sobre qué hubiera ocurrido. Mucha personas dicen que el golpe no fue tan grave y minimizan su papel, pero en el imaginario colectivo ha quedado esa imagen del rey y ese es el mayor mérito que se le reconoce.

Tras esta etapa, Juan Carlos I fue una figura de consenso entre los principales partidos, PP y PSOE. Se creó un muro de seguridad en torno a él y la familia real. Durante mucho tiempo estuvieron sobreprotegidos. Todo el mundo sabía que tenía amantes, pero nadie publicaba nada perjudicial para el Rey. Había que hacerlo fuera porque nadie se atrevía en España. Incluso la posibilidad de la más mínima broma, era censurada.

Más graves fueron su malas compañías durante los escándalos de principios de los 90. El rey mantuvo contactos con toda la jet-set que había surgido durante finales de los 80 y principios de los 90. Algunos de ellos, como Mario Conde, el hombre que llegó a ser le banquero más poderoso de España y o Javier De la rosa que también pasó por prisión.

El declive de la Corona

No fue hasta unos años después cuando empezó a hablarse una forma más libre sobre la Monarquía. Incluso con el nuevo clima, en los últimos años ha habido varios procesos judiciales por injurias contra la Familia Real. Es el caso de caricaturas sobre el oso Mitrofan o incluso ha llegado al secuestro de una revista satírica como El Jueves.

En el caso del oso, lo que ocurrió es que un oficial ruso aseguró que se había emborrachado con miel y vodka a un oso, Mitrofan, para que fuera abatido durante una cacería con Putin, el presidente ruso. Y así fue. Se publicaron varias imágenes caricaturescas sobre este hecho. En el caso del secuestro de El Jueves, fue debido a la publicación de una portada en la que aparecían los Príncipes en pleno acto sexual.

Los hechos demostraron la  nula capacidad comunicativa de la Casa Real y del Gobierno. No supieron reaccionar ante las críticas. Como ya no funcionaba la tradicional presión e influencia que habían podido ejercer, sacaron el palo para repartir estopa. El caso es que al tomar medidas para censurar, tuvieron un efecto completamente distinto al deseado. El Jueves llevaba mucho tiempo haciendo portadas de este tipo, pero gracias al secuestro consiguieron mucha más publicidad.

Y esto nos lleva al principal problema que tiene hoy la Monarquía: su incapacidad para adaptarse a los tiempos. No sólo en este campo, sino también en muchos otros. Hasta hace poco era secreto el presupuesto que tenía la Casa Real y cuánto cobraba cada miembro. No tenemos desglosado sus gastos, ni sabemos cuánto cuesta en su conjunto. Tampoco sabe torear en los nuevos tiempos donde la sociedad y los medios ya no tienen esa complicidad con el Rey.

La sociedad ha cambiado y ya no tolera los excesos ni las conductas del pasado. A su majestad le apareció otra amante, en este caso, la princesa Corinna. Y esta vez los medios investigaron y sacaron todo a la luz. Y es que en plena crisis en España y con el caso Noos ya abierto, el Rey estaba con su amante cazando elefantes en Botsuana, donde se rompió la cadera. La polémica fue tal que tuvo que pedir perdón en un vídeo que ya ha pasado a la historia.

Una infanta ante el juez

La gota que ha colmado el vaso ha sido el caso Noos. A grandes rasgos, los hechos presuntamente son los siguientes. El yerno del Rey, Iñaki Urdangarín, de la mano de Diego Torres crearon una fundación para promover el deporte. Aprovecharon su posición como yerno para ganar  la organización de eventos deportivos o realizar informes sin el necesario concurso público de adjudicación. Los contratos se eligieron a dedo en varias administraciones, principalmente la Comunidad Valenciana -lo que viene a ser el departamento en España-, Baleares y el ayuntamiento de Madrid.

Algunos de los eventos por lo que se contrató, no se llegaron a organizar. Los informes eran en muchos casos copias y pegas de otros o no tenían el suficiente rigor para justificar el coste que tenían. Además, se hincharon los precios y después se utilizó otras empresas para lavar ese dinero obtenido. La casa del Rey supo de esos movimientos y apartó a Inaki Urdangarín de esos negocios. Aún así continuó mediante otras fundaciones con los mismos tejemanejes.

En las actuaciones judiciales se ha imputado -no significa todavía para la justicia que hayan cometido algún delito- al secretario de las infantas, Carlos García Revenga. Y lo más polémico: la posibilidad de que la Infanta Cristina también estuviera metida en el ajo. La Infanta aparece en la junta directiva de una de las sociedades que se utilizaron para blanquear dinero. Firmó las cuentas de la compañía. El juez le ha vuelto a imputar después de hacerlo una primera vez.

La investigación no ha sido un camino de rosas. Ha habido pronunciamientos desde el presidente del Gobierno al ministro de Justicia sobre el caso. El juez ha redactado un auto de imputación de más 200 hojas, cuando lo normal es de 10 a 15. La Agencia Tributaria ha cambiado a los inspectores que realizaron un informe clave en contra de la Infanta, lo que ha hecho que cambiaran de opinión sobre unas facturas. A su vez la prensa hace presión y pide cabezas antes del juicio, lo que no ayuda a resolverlo.

Los movimientos para salvar la partida: abdicar o la III República

Pasa el tiempo y la Casa Real se ve incapaz de reaccionar frente a tantos escándalos. Las encuestas dicen que cada vez tiene peor nota y hay cada día más republicanos. La gente se pregunta para qué sirve la monarquía si ya ha caído en el descrédito y no puede ejercer su auctoritas. Además, cada vez se ve al Rey más viejo y sin la capacidad de hacer frente a los problemas que van surgiendo. Ha perdido reflejos políticos y físicos con la edad.

Los españoles que se consideraban juancarlistas, por su apoyo al Rey pero no a la monarquía, cada vez son menos. En esta situación, cada vez más gente pide la abdicación. Lo hacen personas que son monárquicas declaradas como Antonio Zarzalejos, que dirigió ABC, el periódico fiel al rey siempre, incluso en la II República o en los tiempos de Franco. O Pere Navarro, un importante dirigente del PSOE.

Los monárquicos críticos miran al Príncipe Felipe. Goza de buena aceptación entre los españoles, es maduro pero todavía joven y se dice que está muy bien preparado para el ejercicio del cargo. No se le conocen trapos sucios y cuenta  con el apoyo de las principales fuerzas políticas y empresariales. Puede parecer obvio, pero puede que sea la única figura política que hoy cuente con ese aval.

Mientras tanto, los republicanos se frotan las manos ante el panorama. Pasa el tiempo y no se mueve nada, así que cada día se agota la posibilidad de reforma del sistema para que se precipite a la ruptura. España es dada a quemar etapas antes de empezar otras y la capacidad de reforma del sistema se ha demostrado limitada. Vienen tiempos de cambio y la Monarquía no puede ser ajena a ellos. Se juega permanecer con los españoles o quedar para los libros de historia.

En Twitter: @Jarnavic

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