Debo decir que fui uno de los que aplaudió el nombramiento de Nórida Rodríguez como gerente del sistema de medios públicos RTVC, aunque debo reconocer que también dudé bastante que permaneciera en el cargo durante más de un año, teniendo como subgerente a Hollman Morris, a quien todos le conocemos sus ganas y ambiciones de ser el único protagonista.

El tiempo me dio la razón y hoy Nórida Rodríguez sale del cargo prácticamente por la puerta de atrás, con señalamientos por la firma de varios contratos por supuestas irregularidades, y vaya a uno a saber si debe hacerlo también siendo víctima de alguna guerra sucia interna promovida sabe Dios por quien.

Esto le enseñará a Norida que en este país en ocasiones es mejor estar afuera que adentro, mucho más si se trata de un gobierno como el de Gustavo Petro en donde pareciera estar integrado mayoritariamente no por personas que se han preparado durante toda su vida profesional para ayudar a los más necesitados desde la función pública, sino más bien por una cantidad de hienas dispuestas a acabar con todo aquel que les estorbe y comer y arrasar con todo lo que encuentran a su paso.

No sé si es que piensan que toda la vida van a estar en esos cargos y olvidaron que los puestos públicos son prestados y que la idea de estar en ellos, es dejar un buen legado para una población que históricamente ha sido marginada por unos pocos. Debe ser por eso que dice el viejo y conocido refrán que, el que nunca ha visto a Dios, cuando lo ve se asusta.

Veo que Nórida se dejó pintar pajaritos en el aire y no midió las consecuencias que tenía para su vida profesional el meterse en la función pública en un gobierno liderado por un presidente, por el que muchos votamos, pero que debemos reconocer, todos los días da un bandazo diferente enredando los problemas más de lo que ya estaban.

Me queda, además, la duda de sí Nórida estaba enterada con antelación, de la publicación que hizo el periodista en declive, Gonzalo Guillen, con la clara intención de dañar el nombre y la carrera de Juan Pablo Calvás, a quien se le quiso cobrar el que haya ejercido su labor de veedor de la sociedad desde el periodismo, haciendo las preguntas y denuncias que se deben hacer.

Me cuesta creer que Nórida Rodríguez, una persona a la que he seguido desde mi infancia por su calidad como actriz y productora de televisión, se haya prestado a esta guerra sucia que suele hacerse desde la función pública y desde la política para quitar del medio a quien por una u otra razón, les resulta incómodo.

No veo a Nórida en ese papel, pero desafortunadamente cuando en la entrevista que se le hizo en Caracol Radio se le preguntó si sabía lo que Guillen iba a publicar, no respondió con precisión y más bien fue evasiva.

Espero que Nórida haya aprendido la lección y regrese a su labor como actriz y productora en donde el país la conoció y le ha admirado y aplaudido, y si le vuelven a ofrecer un cargo en la función pública lo piense y lo analice, no solo una, sino ojalá diez veces.

@sevillanoscar

 

 

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