Muy valientes los libretistas y creadores de la segunda temporada de Betty la fea, y digo que son muy valientes porque se requiere mucho valor para asumir un reto tan grande como lo es el hacer una nueva fase de una telenovela que rompió el record mundial en audiencia y que fue y sigue siendo la favorita de los colombianos.
Me cuesta creer que no tuvieran en cuenta que una segunda temporada tenía la obligación y la necesidad de ser mucho mejor y superar todo lo que fue la primera. Al menos a mí, la creación de Betty la fea II no me pareció nada buena. Seguramente los libretistas tuvieron sus razones para armar las piezas del rompecabezas, pero debo decirles algo señores, les quedó muy mal armada.
No entiendo en qué cabeza cabe pensar o imaginarse que una mujer que un día superó los motivos por los que en el pasado fue rechazada, es decir, ser fea y vestirse mal, a pesar de ser intelectual y laboralmente muy superior a todos quienes le hacían el quite, pueda si quiera pensar en retomar su aspecto físico y presentación personal anterior. Algo absurdo, porque si algo quiere una mujer es lucir bien así no sea ni superficial ni materialista.
Tampoco entiendo cómo es que Beatriz Pinzón Solano luce confundida y sin saber que hacer ni como moverse en medio de las dificultades de la empresa y de su vida personal. Cuando sí algo sabía Betty era manejar las situaciones, por difíciles que fueran, así todos creyeran que era una pobre boba.
El caso de Patricia Fernández (La peliteñida) es otro asunto que no me resulta claro. Ella se fue de Ecomoda junto a Marcela Valencia, y aunque esta última pudo regresar por ser accionista, no veo a la primera retornando y menos para ocupar un cargo en una empresa en la que ella únicamente sabía contestar un teléfono y donde además no tenía cabida, porque ni Armando, ni Betty ni ninguno de los trabajadores la quería.
Por supuesto que la Peliteñida podía regresar al elenco, pero no la supieron ubicar en el lugar que era, porque, además, si algo se recuerda de ella, son sus constantes enfrentamientos con el cuartel de feas, algo casi inexistente en la segunda parte.
Ni hablar de Armando Mendoza y Mario Calderón quienes parecen estar interpretando personajes de tiras cómicas y no el de una novela que representaba personajes de la vida real, es decir, dos tipos que por su posición social y atractivo físico se aprovechaban de las mujeres.
Fredy Contreras que ahora es un ejecutivo, necesita a Aura María, quien no aparece en los capítulos que hasta el momento están en la plataforma de Prime. Sin ella Fredy pierde fuerza.
Algo que caracterizaba a Betty la Fea era el humor picaresco y bien hecho con el que venían armadas las situaciones, que como bien lo explicó Fernando Gaitán, era un humor traído de lo cotidiano.
En la segunda temporada es un humor que no luce real, que se ve forzado, al punto en que sus personajes hacen escenas ridículas y poco serias, es decir, que esos detalles que tanto cuidó el libretista original, en esta segunda parte los obviaron olvidando que lo más serio en la vida es el humor.
En un evento convocado en días pasados por la Universidad Central en el Teatro Bogotá para celebrar los 70 años de la televisión, tuve la oportunidad de dialogar sobre este asunto con algunos actores que estaban invitados, y dije que no me gustó la segunda temporada de Betty la Fea y expresé las razones por las cuales considero que se la tiraron.
Sin saberlo, muy cerca del grupo de personas con las que dialogaba estaba uno de sus libretistas, el señor Luis Carlos Ávila, a quien no le gustó mucho mi comentario y por supuesto lo hizo saber cuándo habló sobre su trabajo en el momento en que fue llamado a la tarima.
Ávila está en su derecho de defender su labor como yo en expresar mi opinión, mucho más cuando se hace trabajos para el público espectador que suele ser bastante exigente e inclemente a la hora de calificarlos. En este caso no se puede esperar solo aplausos, uno debe estar abierto a toda clase de opinión, incluyendo la crítica, pura y dura como la mía. Es como si yo pretendiera que todo el que lee lo que escribo esté de acuerdo conmigo. Alguien dirá, “este tipo está loco” o dirá también, “no sabe escribir, sáquenlo”.
Insisto, cuando se hace una segunda temporada de un producto que fue éxito mundial, se asume un reto supremamente fuerte, porque la Betty Fea II tenía la obligación de ser mucho mejor que la Betty Fea I, y lo que se ha visto en la plataforma Prime Video, no supera en calidad a lo que fue la primera parte.
En pocas palabras señores, así no les guste, debo decirles una cosa: se tiraron a Betty la fea.
Oscar Sevillano