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Parque Nacional Alto Purús: «Las amenazas siguen en aumento y de no frenarse, el parque y la reserva mashco piro estarían en riesgo»

  • Comuneros, especialistas y guardaparques han detectado amenazas en varios puntos del sector Sepahua – Atalaya, e incluso en una comunidad ubicada a 7 kilómetros del PNAP. Ante ello, piden urgente ayuda para construir un puesto de control en el cruce de los ríos Inuya y Mapuya.
  • La Fiscalía Ambiental de Atalaya ha iniciado 90 investigaciones entre el 2020 y el 2021. Según las autoridades y comuneros, el estado de emergencia por la pandemia del Covid-19 ha disparado las actividades ilícitas en el área de influencia e incluso en la zona de amortiguamiento del Parque Alto Purús.

 

Eric* recuerda que cuando era niño pescaba en el río, junto a sus primos y abuelos, y encontraba con facilidad peces como el sábalo, la palometa, la doncella y el paco, que luego se compartían con la comunidad. “Ahora prácticamente no existen. Mis hijos ya no conocen la gamitana y el paco (peces) ni a la huangana (mamífero parecido a un jabalí)”, narra este padre de 36 años que nació y creció en el caserío de Inmaculada, ubicado en el distrito de Raimondi, y donde se cruzan los ríos Inuya y Mapuya, en la región amazónica de Ucayali, en Perú.

Fotografía con dron sobre la carretera principal de acceso a Atalaya. ©Jason Houston/Upper Amazon Conservancy

Si bien el caserío de Inmaculada no está reconocido como una comunidad nativa, la mayoría de sus comuneros son de la etnia asháninka y comparten el mismo espacio con amahuacas y personas de regiones altoandinas que han llegado hasta la zona. “Hay una mezcla de pueblos indígenas, pero tenemos en común que cazamos y pescamos para subsistir. El problema, desde hace años, es la disminución de animales. Antes andábamos cerca de una hora y encontrábamos animales, pero ahora tenemos que caminar hasta cuatro horas y a veces ni encontramos”, cuenta Eric. En caso de tener dinero para comprar alimentos, los habitantes de Inmaculada deben viajar durante un día por río para llegar a la ciudad más cercana: Atalaya.

La disminución de la flora y fauna, según los comuneros de los distritos de Raimondi y Sepahua (en la provincia de Atalaya), se traduce en una escasez de alimentos para las comunidades ubicadas en las cuencas de los ríos Sepahua, Inuya y Mapuya. Lo que sostienen los comuneros es que el problema ha sido generado por la tala ilegal y la deforestación para el cultivo ilegal de hoja de coca en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Alto Purús.

“Nosotros, como pueblos originarios, sentimos que estamos tan alejados que por eso nos tienen totalmente olvidados. Por eso vienen foráneos, gente ‘preparada’, con asesoría legal, y se aprovechan de nosotros. Invaden nuestros terrenos para cometer actividades ilícitas, siembran hoja de coca, comercializan droga y nos amenazan cuando hacemos esas denuncias”, señala un dirigente que por temor a las amenazas —de las que ya ha sido víctima— prefiere mantener su nombre en reserva.

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