Las consecuencias del muro fronterizo de Estados Unidos en la flora, fauna y la conectividad ecológica de esta reserva, podrían llevar a que esta sea inscrita en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro de la Unesco. Uno de los efectos más evidentes ha sido el nulo acceso al agua para la fauna silvestre que…
- Las consecuencias del muro fronterizo de Estados Unidos en la flora, fauna y la conectividad ecológica de esta reserva, podrían llevar a que esta sea inscrita en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro de la Unesco.
- Uno de los efectos más evidentes ha sido el nulo acceso al agua para la fauna silvestre que se ha quedado del lado mexicano, pues las fuentes hídricas naturales quedaron en Estados Unidos, provocando la muerte de ejemplares de especies como los jabalíes.
- “El muro no detiene la migración de las personas, pero sí detiene el paso libre de los animales y está causando un daño grande a la biodiversidad del desierto sonorense”, afirma Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica.
El Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco instó al gobierno de Estados Unidos a restablecer la conectividad ecológica de la Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar —ubicada en la frontera con México—, que ha sido interrumpida desde 2020 por el muro fronterizo estadounidense. La construcción ha dañado al sitio considerado Patrimonio Mundial de la Humanidad y, de no realizar acciones urgentes de mitigación, podría ser inscrito en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro.
La zona norte de la reserva ubicada en Sonora, al noroeste de México, ha sido irrumpida por una enorme cerca metálica. Esta estructura de nueve metros de alto y más de un centenar de kilómetros impide el paso de vida silvestre y la ha dejado sin acceso a sus fuentes naturales de agua, pues quedaron del otro lado, en Arizona, Estados Unidos.
El berrendo sonorense (Antilocapra americana sonoriensis) —especie endémica del desierto sonorense, enlistado como En Peligro de extinción por la NOM 059 SEMARNAT-2010— es una de las múltiples especies afectadas por la fragmentación de su corredor biológico entre ambos países.
Durante la administración del expresidente Donald Trump, entre 2017 y 2021, se construyeron 732 kilómetros de muro fronterizo a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos. Un fragmento del muro fue edificado en el límite de propiedad de la reserva El Pinacate —en el lado mexicano—, y del Monumento Nacional Organ Pipe Cactus y el Refugio Nacional de Vida Silvestre Cabeza Prieta, en el lado estadounidense, en el estado vecino de Arizona.
De acuerdo con un comunicado del Centro para la Diversidad Biológica (CBD), el muro “bloqueó la migración crítica de vida silvestre dentro y fuera de este hábitat protegido, poniendo en peligro la conectividad e integridad del área”. La organización dedicada a la protección de especies en peligro de extinción y lugares silvestres, detalla que el muro ahora recorre 140 kilómetros de la frontera de El Pinacate, dejando sólo 23 kilómetros sin barrera en una zona montañosa.
“Quedaron oasis del lado de Estados Unidos. Muchos animales migran y buscan agua en el desierto, pero ahora no pueden acceder a los sitios que estuvieron disponibles durante miles de años”, afirma Alejandro Olivera, representante del CBD en México, en entrevista con Mongabay Latam. El biólogo explica que en el pasado únicamente existían barreras para detener el paso de vehículos, mientras que los animales transitaban libremente, “pero ahora se encuentran con un muro de nueve metros de alto, que es impenetrable”.
De las fuentes de agua existentes, el oasis de Quitobaquito es el más conocido. Además de servir de sustento a la fauna, este lugar también representa un sitio sagrado para el pueblo indígena binacional Tohono O’odham, que ha rechazado el muro. “Quitobaquito está prácticamente a unos metros de El Pinacate y del muro fronterizo, pero ahora quedó en Estados Unidos”, describe Olivera.
La Unesco publicó un documento a mediados de septiembre de 2023, en donde solicita que Estados Unidos y México colaboren en el desarrollo de un plan de acción urgente para evaluar y mitigar los impactos del muro, con el objetivo de restaurar su conectividad. Además, señaló la necesidad de monitorear especies clave, ejecutar un plan de recuperación específico para el berrendo sonorense y elaborar medidas de conservación para acompañar a la red de transmisión eléctrica propuesta para la central fotovoltaica que se está construyendo en Puerto Peñasco, Sonora, a cargo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que pretende ser la más grande de América Latina y también tendrá efectos en la zona de amortiguamiento de El Pinacate.
Todas estas medidas deberán presentarse en un informe que incluya el estado de conservación de la reserva. La información deberá entregarse al Centro del Patrimonio Mundial a más tardar el 1 de febrero de 2024, con el objetivo de ser examinada por el Comité en su sesión número 46, a realizarse también en 2024.
“Lo ideal sería quitar (el muro en) todo lo que corresponde a la reserva. El muro no detiene la migración de las personas, pero sí detiene el paso libre de los animales y está causando un daño grande a la biodiversidad del desierto sonorense”, afirma Olivera.
La Lista del Patrimonio Mundial en Peligro
En febrero de 2022, el gobierno de México publicó un reporte sobre el estado de conservación de El Pinacate, en donde afirma que el muro fronterizo —que incluye un muro sólido de metal, otro muro paralelo de malla, alambre de púas y carreteras para el servicio y vigilancia de la zona— “inevitablemente tendrá efectos en la biodiversidad y en el Valor Universal Excepcional (VUE) de la propiedad”. Esto debido a la pérdida, degradación y fragmentación del hábitat, así como por la reducción del acceso a los recursos, el aislamiento y fragmentación de poblaciones de vida silvestre como el berrendo sonorense, el aumento en la actividad humana y la disminución de los recursos hídricos.
Por ello, la Unesco instó a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), en México y al Servicio de Parques Nacionales (NPS), en Estados Unidos, a establecer un programa de colaboración para restaurar la conectividad entre las regiones del noroeste de Sonora y el suroeste de Arizona.
“Si no se garantiza o se restaura la conectividad ecológica, el Centro de Patrimonio Mundial y la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) consideran que la propiedad podría cumplir con las condiciones para ser incluida en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro”, señala la Unesco en su reporte.
Mongabay Latam solicitó una postura a la Conanp respecto a los requerimientos de la Unesco, sin embargo, no recibió respuesta.
De acuerdo con la Unesco, sólo podrán figurar en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro “los bienes del patrimonio cultural y natural que estén amenazados por peligros graves y precisos”. Estos incluyen, entre otras amenazas, la posibilidad de desaparición debido a un deterioro acelerado, por proyectos de grandes obras públicas o privadas, debido al rápido desarrollo urbano y turístico, por la destrucción debida a cambios de utilización o de propiedad de tierra, así como conflictos armados o diversos fenómenos naturales.
Hasta el año 2020, de los 1 121 sitios considerados Patrimonio Mundial, 53 figuraban en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro. Que un bien se inscriba en esta lista “permite al Comité del Patrimonio Mundial asignar inmediatamente asistencia de emergencia al bien amenazado con cargo al Fondo del Patrimonio Mundial. Ello permite también alertar a la comunidad internacional con vistas a que aúne esfuerzos para salvar esos bienes”, describe la Unesco.
La fauna muere de sed
A lo largo de la gran barrera metálica, especialistas han detectado la muerte por sed de mamíferos mayores. Los cadáveres de especies como jabalíes, venados y borregos cimarrones (Ovis canadensis mexicana) han sido encontrados en sus inmediaciones o en cuevas cercanas. Hasta ahora, el berrendo sonorense no ha sido localizado sin vida, pero su situación no deja de ser alarmante, pues se sabe de manera preliminar que, hasta 2022, sólo se habían avistado 85 ejemplares en el lado mexicano.
“No hemos encontrado berrendos muertos, pero eso se explica porque son mucho más escasos. Por supuesto, tenemos que seguir con transectos en campo e interpretando más de medio millón de fotos y videos que tenemos en cámaras trampa. Es material para analizar y sacar resultados, pero eso implica mucho esfuerzo y recursos que no tenemos”, afirma Federico Godínez Leal, quien fue director de la Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar del 2004 al 2017.
“Tanto Quitobaquito, como Tinajas Altas, que es otro manantial permanente, quedaron al norte del muro. Quitobaquito está a unos escasos 50 metros del muro, al norte, y Tinajas Altas, que es un poco más grande y que es de donde el borrego cimarrón se abastecía de agua, también quedó cerrado, hacia el oeste”, describe el especialista.
Godínez Leal es un conocedor de la zona porque, además de haber sido autoridad, la ha estudiado por más de dos décadas como ingeniero agrónomo zootecnista. Actualmente es director de la Fundación Magool, organización enfocada en la salud social y en el cuidado del medio ambiente que fundó con su familia en 2013.
Con esta organización, a partir de 2021 ha recorrido la zona fronteriza de la reserva para desarrollar un programa de suministro de agua para las especies afectadas por el muro en colaboración con los ejidos Toboyori II y Vicente Guerrero, que se encuentran en la zona. En equipo transportaron e instalaron tanques de agua con un total de 150 000 litros traídos desde los municipios vecinos de Sonoyta y San Luis Río Colorado, Sonora.
“No hay pozos ahí, el agua la conseguimos con los bomberos, a más de 100 kilómetros del lugar”, explica Godínez Leal. El experto señala que “no se ve ninguna acción del gobierno americano y, curiosamente, el gobierno mexicano tampoco ha dicho nada. Lo único que se sabe es la recomendación de la Unesco a los dos países para que establezcan e inicien acciones para restaurar la conectividad ecológica”.
Godínez Leal señala que la situación es complicada, pero que la única solución a mediano y largo plazo debe ser la colaboración de ambos gobiernos. “De otra manera, no se podrían lograr muy buenos resultados, sino que nos quedaríamos haciendo el intento de resolver. Será difícil, se intenta, pero veremos qué resultado se obtiene”, concluye.
* Imagen principal: Refugio Nacional de Vida Silvestre Cabeza Prieta y Reserva de la Biosfera El Pinacate, separados por el muro fronterizo estadounidense. Foto: Russ McSpadden / Center for Biological Diversity
El artículo original fue publicado por Astrid Arellano en Mongabay Latam. Puedes revisarlo aquí.
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