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Dos proyectos portuarios amenazan a reservas marinas chilenas

La construcción de dos terminales portuarias generaría un grave impacto ecológico en las reservas marinas de las Islas Chañaral y Choros y Damas, ubicadas a pocos kilómetros del territorio continental chileno.

(Mongabay Latam / Pablo H.Mares) Para muchos chilenos, Punta de Choros, en los límites de las regiones de Atacama y Coquimbo, es un lugar emblemático de la naturaleza de su país. Cerca de ahí pueden divisarse varias especies de cetáceos, como el delfín nariz de botella (Tursiops truncatus), la ballena azul (Balaenoptera musculus), la ballena minke antártica (Balaenoptera bonaerensis) y la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae).

Se calcula que el 80 % de los ejemplares del pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti) que hay en todo el mundo habitan en las reservas marinas que conforman la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, cerca de Punta de Choros.

Las reservas marinas de las Islas Choros y Damas e Isla Chañaral tienen la finalidad de resguardar espacios para la reproducción de estas especies animales, son administradas por el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Senarpesca) y a su vez forman parte de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt.

En Chile existen zonas prioritarias para la conservación. Punta de Choros es una de ellas, donde habitan ballenas, delfines, pingüinos, además de ser un área de desove y reproducción de un gran número de especies. Foto: WWF Chile.
En Chile existen zonas prioritarias para la conservación. Punta de Choros es una de ellas. Foto: WWF Chile.

 

A pesar de la gran biodiversidad del lugar, a pocos kilómetros de ahí se pretende construir dos nuevos puertos, que en caso de operar, exportarían los minerales que son extraídos por las minas de la zona. Esto afectaría el ecosistema del lugar, según diversos especialistas.

El proyecto Dominga, integrado por una mina y un puerto marino, de acuerdo con su sitio web, estaría ubicado en la
comuna de La Higuera (provincia del Elqui, región de Coquimbo), tendría una producción
de 12 millones de toneladas de concentrado de hierro y 150 mil toneladas de concentrado de cobre por año, una inversión inicial estimada de 2500 millones de dólares americanos y gozaría de una vida útil menor de 27 años. La terminal marítima de embarque y la planta potabilizadora de agua se localizarían cerca de Totoralillo Norte.

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“Este proyecto ingresó a evaluación ambiental de acuerdo a la ley chilena en septiembre de 2013 y aún está en ese proceso, por lo cual no están funcionando ni el puerto ni la mina. Es importante tener presente que la comunidad local se opone al proyecto”, señaló a Mongabay Latam Flavia Liberona, Directora Ejecutiva de Fundación Terram.

El proyecto Puerto Cruz Grande de Minera CAP, se ubicaría en Punta Mostacilla, en la ribera sur de la caleta Cruz Grande, también en la comuna de La Higuera. De acuerdo al sitio web de la Minera CAP la estación portuaria que se construiría en la zona permitiría el embarque de más de 13 millones de toneladas de mineral al año. Ambos proyectos, de llevarse a cabo, quedarían separados por una distancia de apenas 10 kilómetros.

“Este proyecto ingresó a evaluación ambiental en agosto de  2012 y fue aprobado en febrero de 2015. Luego se presentó una reclamación administrativa que fue acogida parcialmente por la autoridad ambiental  en febrero de 2016. Debido a los incumplimientos ambientales que tuvo el proceso de calificación ambiental de este proyecto, las organizaciones locales presentaron una acción ante el Tribunal Ambiental donde existe hoy un proceso judicial, por lo que aún no está construido el puerto”, indicó Liberona.

Mongabay Latam buscó por correo electrónico y telefónicamente a voceros de las dos compañías para conocer su posición, pero hasta la publicación de esta nota no hubo respuesta.

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“La zona comprendida entre La Higuera (Región de Coquimbo) y Chañaral de Aceituno (Región de Atacama) corresponde a uno de los lugares con mayor biodiversidad de Chile, con una gran cantidad de peces, mamíferos marinos, aves, moluscos y algas que componen un importante ecosistema marino, además de la flora y fauna terrestres únicas en el país. Es aquí donde dos puertos han proyectado su construcción y donde el aumento del tránsito de barcos afectaría irreversiblemente este frágil ecosistema marino”, explicó a Mongabay Latam Liesbeth van der Meer, Directora Ejecutiva de Oceana Chile.

Los pingüinos de Humboldt (Spheniscus humboldti) son una especie catalogada como vulnerable por la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés). Foto de © OCEANA | Eduardo Sorensen
Los pingüinos de Humboldt (Spheniscus humboldti) son una especie catalogada como vulnerable por la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés). Foto de © OCEANA | Eduardo Sorensen

 

El Gobierno chileno establece las áreas marinas protegidasa través de la figura de Parque Marino o Reserva Marina, que en el caso de la Isla Chañaral comprende 2894 hectáreas y en la Islas Choros y Damas, 3863 hectáreas.  El resto del área costera de la zona, donde se establecerían los proyectos, no cuenta con protección alguna.

“Por cuestiones de alimentación, las ballenas pasan mucho tiempo en la zona. La contaminación acústica de la mina, los derrames de petróleo, el ruido de los mismos buques, no solo la construcción de los puertos, serían incompatibles con el lugar. Ahuyentaría definitivamente a estos animales”, comentó a Mongabay Latam Nicole Ellena, directora de Endémico.org e integrante de Futaleufú Riverkeeper una organización chilena dedicada a la protección del medio  ambiente.

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De acuerdo con Cristina Torres Trujillo, Coordinadora del Programa Marino de WWF Chile, la protección de esta área es muy importante. “Debido a todos los cambios medioambientales que se están produciendo en nuestros ecosistemas marinos, necesitamos contar con áreas de monitoreo/estudios científicos que nos permitan evaluar los impactos de cualquier actividad realizada sobre estos ecosistemas, conocer sus capacidades de recuperación, estado de las poblaciones, aumento de presiones pesqueras, desaparición de especies claves, entre otros”.

La propuesta del Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos

“La creación del Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos (AMCP-MU) La Higuera-Isla Chañaral sería la figura legal ideal para proteger el borde costero, porque las islas están aproximadamente a cinco kilómetros de la costa, entonces todo lo que ocurre en la costa va a afectar en gran medida las áreas marinas que están enfrente”, advirtió Nicole Ellena.

Este tipo de protección permitiría la pesca artesanal, el turismo de bajo impacto y en principio excluiría actividades industriales no compatibles, aunque “no dice textualmente minería, entonces, el proyecto Dominga, que se autodeclara como un proyecto sustentable, innovador, progresista, podría formar parte de esta área, porque ha invertido mucho dinero en esa comunidad”, agregó Ellena, quien señaló que aunque este modelo de área marina protegida de múltiples usos fue presentado formalmente a las autoridades, no se ha aprobado.

“Ninguno de los dos puertos ha podido rebatir el daño que provocaría el elevado número de embarcaciones que transitarán por la zona, aproximadamente 75 al año, además del peligro de derrames y la contaminación inherente a sus actividades que tendrán sobre una de las zonas más productivas a nivel ecosistémico de nuestro país”, enfatizó Liesbeth van der Meer de Oceana Chile, quien asegura que esta organización lleva más de siete años tratando de posicionar esta área como uno de los puntos prioritarios para la conservación de la naturaleza en Chile.

El chungungo (Lontra felina) es una de las especies protegidas en la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt. Foto: © OCEANA | Eduardo Sorensen
El chungungo (Lontra felina) es una de las especies protegidas en la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt. Foto: © OCEANA | Eduardo Sorensen

 

Para Maximiliano Bello, Oficial de Políticas Publicas de Pew Charitable Trusts, lo que hace falta, no solamente en Chile sino en toda Latinoamérica, es proteger definitivamente estas áreas. “Constantemente se están peleando por el uso de suelo, se salvan de una amenaza y luego caen de nuevo en otro peligro… y si se salvan de este último puede aparecer otro en el futuro, entonces se tiene que llegar al punto en que esas áreas se destinen completamente a la conservación, de lo contrario estos conflictos se van a seguir dando”.

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Los ecosistemas marino-costeros chilenos no se encuentran representados bajo alguna modalidad de protección, “por tanto, es necesario seguir manteniendo nuestros objetivos de alcanzar, de manera efectiva, la meta de protección del 10 % de las zonas marino-costeras”, le comentó a Mongabay Latam Cristina Torres Trujillo, Coordinadora del Programa Marino de WWF Chile.

La lucha de Punta de Choros

En el año 2010, luego de la presión social ejercida por la comunidad de Punta de Choros y miles de personas en todo Chile, el ahora expresidente Sebastián Piñera canceló el proyecto de la termoeléctrica de carbón Barrancones, que había sido aprobado en la zona.

“Finalmente fue una victoria ambiental muy importante porque fue el mismo presidente quien canceló, por la fuerte presión ciudadana, esta aprobación que ya había hecho el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA)”, recordó Nicole Ellena.

“La comunidad ha mostrado una madurez impresionante a lo largo de estos años que han venido luchando en este territorio, han sido muy claros en lo que ellos quieren, me parecería una bofetada a un proceso de madurez como este hoy día de nuevo venir a cuestionar y amenazar esta madurez, los gobiernos deberían ser más respetuosos de estos procesos sociales y respetar estas decisiones”, argumentó Maximiliano Bello, quien trabajó en la campaña contra el proyecto termoeléctrico.

IMPAC 4, la oportunidad para proteger Punto de Choros
En el marco de este conflicto ambiental, Chile será sede el próximo año del Cuarto Congreso Internacional de Áreas Marinas Protegidas (IMPAC4 por sus siglas en inglés) en La Serena, la ciudad más cercana a las reservas marinas Isla Choros-Damas, Isla Chañaral y la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt.

“Chile ha dado señales de que quiere hacer protección marina y creamos estas grandes áreas marinas protegidas, pero también nos falta mucho, tenemos la intención, pero luego en la fase de implementación nos cuesta, porque también esto cuesta mucho dinero”, reconoció Diego Flores Arrate, Jefe del Departamento de Áreas Protegidas del Ministerio de Medio Ambiente chileno, durante el Congreso Mundial de Conservación de la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (UICN).

“Yo creo que entre el discurso y la acción todavía falta mucho; nuestros países están mirando en la conservación marina un liderazgo. En Latinoamérica hay que seguir creando Áreas Marinas Protegidas (AMP), pero es importante que la protección sea eficiente, entender que las AMP son parte de un manejo más amplio. No se acaba con declarar un área marina protegida, se necesita ordenamiento”, concluyó Maximiliano Bello.

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