Mongabay Latam

Publicado el Mongabay Latam

Crisis económica en Venezuela: ciudadanos cazan especies silvestres para comer

  • Venezuela sufre una crisis económica terrible, lo cual ha tenido como consecuencia una grave escasez de alimentos. La gente caza cada vez más animales.

(Mongabay Latam / Jeanfreddy Gutiérrez Torres) 

Las especies silvestres de Venezuela, uno de los 17 países que cuentan con el 70 por ciento de la biodiversidad mundial, se han visto sometidas a un nuevo desafío además de la deforestación, los derrames tóxicos de petróleo y el tráfico ilegal: el hambre de los humanos.

La Laguna de las Peonías es uno de los tres lugares donde viven los flamencos en Venezuela. Imagen de Alexis Quintanillo.
La Laguna de las Peonías es uno de los tres lugares donde viven los flamencos en Venezuela. Imagen de Alexis Quintanillo.

La crisis económica que empezó en 2014 con el colapso de los ingresos del petróleo, se ha agravado hasta el punto de que algunos analistas consideran que Venezuela es un estado fallido. La pobreza ha atrapado a más del 80 por ciento de la población, según estudios de cuatro universidades venezolanas.

Muchos críticos responsabilizan a Nicolás Maduro de los problemas económicos del país, que ganó sus segundas elecciones a la presidencia en mayo entre acusaciones de fraude electoral y preocupación porque la inflación de Venezuela podría “alcanzar un asombroso 13 000 por ciento este año. Las tiendas están vacías y la gente tiene que buscar desechos en la basura. Mucha gente llama a la malnutrición del país “dieta Maduro’, culpando de las demacradas figuras que se ven habitualmente [en las calles] al Sr. Maduro”, informa el New York Times.

Los lineales vacíos han dejado a los venezolanos hambrientos y con la necesidad de buscar comida donde puedan encontrarla, y eso a veces incluye los zoos y zonas con especies silvestres. Foto encontrada en flckr
Los lineales vacíos han dejado a los venezolanos hambrientos y con la necesidad de buscar comida donde puedan encontrarla, y eso a veces incluye los zoos y zonas con especies silvestres. Foto encontrada en flckr

Aunque el gobierno nacional niega oficialmente la severidad de la emergencia humanitaria, los servicios públicos, la productividad agrícola e incluso la red de transporte comercial se han deteriorado, y como consecuencia, también lo ha hecho el acceso a la comida.

Como resultado, la gente come donde sea y lo que sea. Eso incluye animales silvestres como la tonina costera (Sotalia guianensis), el flamenco rosado del Caribe (Phoenicopterus ruber) y varias especies amenazadas la cuenca del lago Maracaibo que una vez fue el centro del a producción petrolera del país.

Lee más | Perú: las Lomas de Amancaes amenazadas por traficantes de terrenos

EMPANADAS DE TONINA

La tonina costera, pesa una media de 80 kilos y mide 2,2 metros de largo. Se encuentra desde Costa Rica a Brasil y en estuarios de Venezuela como el Lago Maracaibo y partes salobres del río Orinoco.

También conocida como delfín de río, está supuestamente protegida de actividades comerciales por la CITES y catalogada como vulnerable en el Libro Rojo de la fauna venezolana. Aun así, parece ser que cada vez se ve más como comida según se agrava la crisis económica en Venezuela.

En 2016, Yurasi Briceño y Leonardo Sánchez Criollo, investigadores del Instituto Venezolano de Investigación Científica, llevaron a cabo una evaluación de la densidad relativa de la población de tonina en el lago Maracaibo, donde observaron un área de un 7 por ciento de los 13 000 kilómetros cuadrados de la bahía de agua salada

La tonina costera (Sotalia guianensis). Imagen por cortesía del Instituto Boto Cinza con licencia Creative Commons Atibución-CompartirIgual 2.5 Licencia genérica.
La tonina costera (Sotalia guianensis). Imagen por cortesía del Instituto Boto Cinza con licencia Creative Commons Atibución-CompartirIgual 2.5 Licencia genérica.

Briceño informa de un aumento definitivo en la caza y comercio de tonina para consumo humano desde 2016 al comparar los datos con su investigación de campo original de 2007, en la que los científicos registraron 35 capturas de delfín en el Lago Maracaibo —más del 50 por ciento de las cuales eran intencionadas, mientras que el resto era captura accidental.

“En 2016, una banda criminal llamada ‘Los Depredadores’ se dedicaba a capturar al delfín para venderlo. Los arrestó la policía,pero no fue el único caso”, cuenta Briceño a Mongabay.

Calcula que la caza reciente de tonina en el área local se cobra tres delfines al día. En comparación, en noviembre de 2017 recibió informes que indicaban que solo se cazaban 4 animales a la semana. La crisis económica, dice, es una causa probable de ese aumento.

Los Depredadores, traficantes de especies silvestres detenidos por la Guardia Nacional de Venezuela. Imagen por cortesía de la Guardia Nacional.
Los Depredadores, traficantes de especies silvestres detenidos por la Guardia Nacional de Venezuela. Imagen por cortesía de la Guardia Nacional.

“Durante nueve meses del año puedes ver 100 redes para capturar cangrejo azul [Callinectes sapidus] para exportación, pero en los 45 días que la pesca está cerrada, puede haber 500 redes, incluso en la desembocadura de los ríos, para intentar capturar delfines”, dice Briceño. Añade que los pescadores niegan que vayan tras la tonina, “así que es difícil demostrar la intencionalidad de forma legal”.

De lo que está segura es de la captura de al menos “un delfín a la semana para consumo y dos al mes para venta en la parte sur del lago Maracaibo en 2018”. Esta es una región donde la pobreza es grave y la biodiversidad marina es baja debida a los derrames de petróleo, que hacen que los pescadores capturen lo que puedan encontrar. “Dicen que [la tonina capturada] es captura accesoria, por supuesto”, cuenta Briceño, y añade que es difícil recopilar información detallada y fiable de las comunidades locales.

Una banda de tráfico de animales silvestres que fue arrestada hace poco llegó de Barranquitas, una comunidad extremadamente pobre en la parte sur del estuario, donde la captura de peces ha descendido en un 85 por ciento debido a los derrames de petróleo “Es el único lugar donde podíamos encontrar chicharrones a la venta”, dice Briceño en referencia a un plato popular venezolano que se cocina con piel de cerdo o pollo frita. Un substituto es la tonina, a veces utilizada por los caveros, gente que compra los delfines en venta en las ciudades. Briceño dice que el delfín también es perfecto para los pastelitos de pote, una versión muy barata de las empanadas que utiliza muy poca carne y muchas patatas como relleno.

Tiburones capturados en el Parque Nacional Los Roques. A veces la carne de delfín se utiliza como cebo para pescar los tiburones. Foto de Rafael Tavares.
Tiburones capturados en el Parque Nacional Los Roques. A veces la carne de delfín se utiliza como cebo para pescar los tiburones. Foto de Rafael Tavares.

Junior Larreal, biólogo de IVIC verificó este uso de tonina en una visita reciente a la isla de San Carlos con sus comunidades pesqueras indígenas y tradicionales al norte del lago Maracaibo. Un lugareño, además de manejar el equipaje, alquilar toldos de playa y otros servicios turísticos, había diversificado su oferta para incluir empanadas de tonina como manjar. Nunca antes se había denunciado la venta de delfín capturado ilegalmente de forma abierta.

Los investigadores también recogieron el testimonio de pescadores que recibieron pedidos de los traficantes de especies de silvestres de entre 5 y 10 delfines por semana.

Aún existe la cuestión de exactamente cuánto ha aumentado la presión en la tonina y de si se puede relacionar de forma directa con la crisis alimentaria de Venezuela. El delfín está catalogado como “datos insuficientes” por la UICN, lo cual significa que se necesita más estudio. Sin embargo, parece improbable que haya más investigación en un país que sufre con un caos económico tan intenso.

Lee más | Cámaras trampa “atrapan” a animales asaltantes de cultivos en granjas del Amazonas

“PANORAMA DESOLADOR”

El 5 de noviembre de 2016, el sociólogo Miguel Ángel Campos Torres compartió una publicación en Facebook con fotos que describió como “panorama desolador”.

Las fotos, del artista Nubardo Coy, muestran los restos de ocho flamencos en la Laguna de las Peonías una guarida famosa de las aves zancudas al norte de Maracaibo. La carne de sus pechugas había sido cortada y quedaban solo la cabeza y las patas, y plumas flotando en el agua.

Las pruebas de un delito ambiental, aunque horribles, fueron consideradas “insignificantes” por un fiscal local. (Cuando se arrestó a dos hermanos en marzo de 2017 acusados de matar un flamenco en un caso diferente, solo los castigaron con 80 horas de servicio comunitario). La prensa, que apoya al presidente socialista, Nicolás Maduro, negó la autenticidad de la escena de la matanza que descubrió Coy, y la llamó propaganda de “los medios corporativos dominantes” de Estados Unidos

Los flamencos muertos en la Laguna de las Peonías. Imagen de Alexis Quintanillo / Foto Nubardo Coy.
Los flamencos muertos en la Laguna de las Peonías. Imagen de Alexis Quintanillo / Foto Nubardo Coy.

Coy, profesor de la Universidad de Zulia (LUZ), cuenta a Mongabay que los lugareños tienen la tradición de cazar y comer aves exóticas, como camungos (Anhima cornuta) y chicagüires (Chauna chavaria). Pero la macabra matanza de los flamencos fue inusual.

El ingeniero Alexis Quintanillo, que visita la Laguna de las Peonías habitualmente y utiliza drones para contar la población de flamencos y observar el comportamiento de las aves, fue el primero en encontrar las aves muertas.

“Asumimos de primera mano el consumo humano como hipótesis por ser una zona económicamente deprimida”, dice Quintanillo a Mongabay. Desde entonces su grupo ha instalado cámaras trampa en la zona que han corroborado la presencia de cazadores.

Documentando la muerte de los flamencos en Venezuela. Seguramente los que mataron a las aves lo hicieron para comérselas. Imagen de Alexis Quintanillo.
Documentando la muerte de los flamencos en Venezuela. Seguramente los que mataron a las aves lo hicieron para comérselas. Imagen de Alexis Quintanillo.

Los investigadores suponen, al no haber encontrado nidos locales en las cercanías, que los animales asesinados volaron desde el Refugio de Vida Silvestre Ciénaga Los Olivitos, la zona de cría principal de flamencos en la parte oeste de Venezuela. Los funcionarios del Ministerio de Ecosocialismo y Agua y los fiscales ambientales de Zulia se negaron a ofrecer comentarios sobre la muerte de las aves.

En 2017, Quintanillo visitó la misma área y descubrió más plumas, huesos y partes de flamenco. “Los vecinos me dijeron que cazan y se comen los flamencos, ahora incluso los crían. Uno fue rescatado [vivo, de las manos de lugareños], pero lo rechazaron en un zoológico porque no tenían los recursos para mantener al ave”, dice Quintanillo.

El flamenco no está protegido en Venezuela, pero se valoran mucho por su contribución a la industria turística del país, que ha caído en picado desde que empezó el conflicto económico. Las poblaciones de flamenco en la Laguna de las Peonías se han desplomado debido a la pérdida de hábitat, la contaminación y la caza. Recientemente, durante seis meses de observación, Quintanillo encontró los restos de 33 aves, además de 10 flamencos muertos o moribundos, en 17 sitios diferentes. Utilizó datos históricos de 2001 para establecer una comparación y dice que durante la estación seca de ese año solo encontró dos ejemplares heridos.

Otros investigadores de LUZ han encontrado pruebas de la caza de osos hormigueros gigantes y de que incluso perros, gatos y palomas se cazan en los vertederos municipales de Maracaibo, según informó en febrero de 2017 el Miami Herald.

Una versión ampliada de esta historia fue publicada en Mongabay Latam. Puedes leerla aquí.

Si quieres conocer más sobre la situación ambiental de las áreas naturales protegidas, puedes revisar nuestra colección de artículos. Y si quieres estar al tanto de las mejores historias de Mongabay Latam, puedes suscribirte al boletín aquí.

OTRAS HISTORIAS DE MONGABAY LATAM QUE TE PUEDEN INTERESAR:

Bosques de queñoas se resisten a desaparecer en los Andes tropicales de Bolivia. Alguna vez, las laderas de los Andes tropicales estuvieron cubiertas de queñoa de Venezuela a Argentina. Hoy solo existen pequeños parches. En el Madidi, Bolivia, las comunidades quechua Puina y Keara han sembrado 25 mil plantones de este árbol en la lucha por recuperar sus bosques. Lee la historia aquí.

Cámaras trampa “atrapan” a animales asaltantes de cultivos en granjas del Amazonas. Un equipo de científicos del Reino Unido y Brasil utilizó un conjunto de 132 cámaras trampa para captar miles de fotografías de animales asaltantes de cultivos. ¿Es posible proteger la fauna amazónica y al mismo tiempo garantizar que las personas tengan suficiente para comer? Lee la historia aquí.

Chile: un panorama austral del océano. Chile es uno de los diez países pesqueros más importantes del mundo, pero el panorama de su océano no es alentador. La sobreexplotación pesquera y la contaminación industrial y de plásticos causan estragos en la rica biodiversidad marina. Lee la historia aquí.

Comentarios