Los siameses y su inextricable relación

Hace más de 130 millones de años existía un supercontinente llamado Gondwana. Era una gran superficie de tierra unida como siameses, la cual fue fragmentada y separada por la dinámica de la teoría de la tectónica de placas.

De esa gran masa se crearon dos continentes: América del Sur y El África. En cada uno de ellos, encontramos una gran dotación geológica-minerales y rocas-, biodiversidad, grandes fuentes de energías renovables y un sin número de riquezas naturales.

Como eran siameses, aún conservan su ADN “pareciera que el cordón umbilical los conservara unidos”. Ambos continentes tienen una particularidad en común: LOS CONFLICTOS, SU RIQUEZA Y LA DESIGUALDAD. Los minerales y las rocas, fueron creados de manera natural cuando eran siameses, y después de separarse, han diseño políticas públicas para tratar de aprovechar ese potencial inigualable de manera artificial.

¿Qué ha pasado? Los tomadores de las decisiones para orientar esas grandes riquezas, han auspiciado la generación de los conflictos y su desigualdad. Al final, siguen ignorando las problemáticas, las cuales se reproducen cada segundo en estos dos continentes, y cada vez con desencadenamientos sumado a hechos violentos.

Las riquezas naturales de estos dos continentes, vienen reclamando hace décadas, respuestas y soluciones que permitan orientar, mediar, concertar y empoderar, esa inextricable relación recurso natural-conflicto-desigualdad. A continuación, se mencionan seis características con algunas salidas para estos siameses:

1. Muchas veces recordamos la infancia, la época del colegio y de las vacaciones, cuando jugábamos a congelados ¿Recuerdan ese juego?

Se trata de correr y correr para no dejarse tocar por otro niño o niña, si eres tocado, quedas inmóvil “congelado en el tiempo”, de esta misma forma les sucede a las riquezas naturales de estos dos grandes continentes, a la espera de que llegue alguien y nuevamente te descongele, pero a perpetuidad, con la sabiduría necesaria para aprender a convivir con los conflictos, y no permitir que ingrese el peor enemigo de cualquier sociedad: la desigualdad. Los recursos naturales necesitan seguir corriendo como los grandes corredores plusmarquistas de mundiales y olímpicos, me refiero a los africanos de Kenia.

2. Colombia y Sudáfrica ¿Qué tienen en particular estas porciones de siameses? Casi nada: Sudáfrica es el país más desigual del planeta, con un índice Palma de 7 (se mide de 0 a 10), y Colombia entre 3.5-4.0, el más desigual de América del Sur. Fuente: Palma Ratio, 2022.

¿Qué indica el Palma ratio? Aquellos países con índice Palma cercano a uno, nos dice que, el 10% de la población total, se lleva el 40% del ingreso de la población de menor ingreso (caso países nórdicos. Finlandia tiene un Palma ratio de uno). Por ejemplo, en Sudáfrica, el 10% de la población, se lleva siete veces más que el 40% de la población de menor ingreso. Se mencionan algunos Palma ratio de países de América del Sur y África: Uruguay (1.8), Chile (2.8), Namibia (5.8) y Botsuana (5.9). Con razón, estos dos continentes son los más desiguales del orbe.

¿Y por qué sucede dicha situación en estos fragmentos de siameses?

Sus riquezas, me refiero al sector extractivo, no han encontrado las respuestas en el aprovechamiento sustentable “no se le ve el queso a la tostada”. Los conflictos cada vez son más y más desbordados. La distribución de ingresos y del mercado, tienen poco o nada presencia del Estado, lo cual sigue generando grandes brechas que ocasionan altos niveles en desigualdad, el principal detonante para cultivar los conflictos.

O se hace un alto en el camino en la orientación de los recursos naturales para ser corredores de maratón, o seguimos siendo corredores de media distancia “ante precios bajos de los minerales y rocas, se desploma el sector”.

3. La normativa social, ambiental y legal caso Colombia, vive jugando a congelados. El estado del arte vigente en Colombia desde la oferta “subasta de los títulos o áreas de los recursos naturales”, y su posterior licenciamiento ambiental, no han encontrado el olfato para dar la lectura “diagnóstico preciso y anticipado”, y tener tacto con todos los actores para dialogar-concertar y empoderar. A los conflictos, le siguen dando la espalda, gravísimo error.
4. Antes de ofertar “subastar” los próximos títulos mineros y de energías renovables, se recomienda tomar como guía la metodología de la línea base ambiental con valor compartido (LBAVC)-registrada en la Dirección Nacional de Derechos de Autor como obra inédita, Ministerio del Interior, Colombia-Si insisten en buscar inversionistas como se viene realizando hasta la fecha, el Estado es el máximo responsable del cultivo de conflictos que todos los días florecen en el territorio colombiano. Dejen de ser tan irresponsables con sus compatriotas y el detrimento de la naturaleza. Nota: para mañana es tarde. Por eso recomiendo revisar las bolsas de los impuestos, regalías y compensaciones social-ambiental. Cada una se debe ser tratada por separado, lo dice muy claro la Constitución del 91 en sus artículos 80, 332 y 360.
5. El licenciamiento ambiental necesita un cambio de 180 grados. No ha funcionado hasta la fecha, es el momento de actualizar la metodología existente, para lograr licencias socio ambientales a perpetuidad, enlazadas con los conflictos. La metodología de la LBAVC es un as bajo la manga para modernizar el procedimiento del licenciamiento ambiental de todo tipo de proyecto.
6. Implementar una Póliza de Común Acuerdo de Desarrollo Comunitario a: corto, mediano, largo plazo y lo no deseado por parte de cada actor. Esto se viene realizando hace décadas en el mundo-registrada en la Dirección Nacional de Derechos de Autor como obra inédita, Ministerio del Interior, Colombia-.

África y América del Sur: definitivamente son siameses, donde sus nutrientes ricos de minerales, rocas y demás, no han sido aprovechados y disfrutados como debe ser por parte de todos “ausencia de sabiduría en repartir la torta”. Más bien, han generado sabores muy amargos, reflejados en conflictos antagónicos y la creciente desigualdad provocada de manera natural.  “Yo soy mis opciones”, Jean-Paul Sartre.