Casi 100 líderes religiosos, sociales y comunitarios, educadores y dirigentes políticos participaron de los procesos de formación de los doce capítulos locales de IRI-Colombia en Guaviare.

Pérdida de especies de flora y de fauna, aumento de las temperaturas, sequías extremas que se convierten en el escenario perfecto para los incendios forestales y la desaparición de fuentes hídricas, son el denominador común de los municipios de San José del Guaviare, El Retorno, Calamar y Miraflores, donde la Iniciativa Interreligiosa para los Bosques Tropicales hace presencia y realizó el pasado mes de febrero una serie de jornadas de formación dirigidas a los doce capítulos locales (urbanos y rurales) instalados allí.

“Somos un movimiento interreligioso porque entramos en diálogo con las iglesias, comunidades de fe y espiritualidad indígenas, para reflexionar sobre lo que tenemos en común: el cuidado de la vida y de la naturaleza”, señaló Carlos Augusto Lozano, anfitrión de las cuatro jornadas pedagógicas, quien además se refirió a las líneas misionales de IRI-Colombia: crear consciencia, inspirar para actuar e incidencia política.

“Necesitamos respuestas proporcionales al tamaño de la amenaza que enfrentan los bosques, por eso buscamos llegar a los tomadores de decisiones, porque sabemos que debemos buscar cambios a partir de políticas públicas”, añadió.

El primer encuentro se llevó a cabo el 20 de febrero en Calamar y estuvo dirigido al capítulo local de este municipio y de las veredas La Argelia e Itilla. El 21 de febrero le correspondió el turno a IRI-El Retorno, IRI-El Unilla e IRI-La Libertad. El 22 se reunieron en la capital de Guaviare IRI-San José del Guaviare, IRI-Charras Boquerón e IRI-El Capricho; y el 25 en Miraflores, los capítulos locales de est municipio y de las veredas Agua Bonita Baja y Puerto Santander.

A lo largo de las cuatro jornadas pedagógicas, los líderes religiosos, sociales, comunitarios y ambientales, así como autoridades indígenas, docentes y dirigentes políticos que forman parte de los capítulos locales de IRI en Guaviare recibieron talleres sobre teología de la creación, cambio climático y deforestación.

“Enfrentamos una tremenda crisis ambiental a nivel mundial. Por eso los ojos están puestos en la Amazonia, uno de los lugares con mayor presencia de bosques en el mundo entero”, señaló el pastor de la Iglesia Cruzada Cristiana y coordinador de IRI-San José del Guaviare, William Porras.

Pastor, William Porras, coordinador IRI-San José del Guaviare

“Sin importar la confesión de fe o las convicciones religiosas, todos reconocemos a Dios como creador de todo lo que existe. Además, es el dueño y nosotros los administradores, los mayordomos del planeta. Dios nos lo confió para que lo administremos”, expresó a su vez el pastor Janier Islen Cardona, miembro de IRI-San José del Guaviare y encargado de liderar el taller sobre teología de la creación.

“La naturaleza no nos pertenece, somos parte de ella. Necesita que la cuidemos. Debemos ser responsables de ese cuidado”, agregó el experto en cambio climático Diego Fernando Campos. El biólogo y doctor en ecología y desarrollo sustentable se refirió también al drástico cambio en las condiciones climáticas del mundo, ocurrido durante los últimos dos siglos debido a la acción humana.

“Tiene que ver con la revolución industrial, el uso de combustibles fósiles, el aumento de automóviles, de la producción de residuos y del uso de gases metano para cocinar. Hemos afectado el planeta como nunca antes se había visto”, agregó el también docente de la Universidad Distrital durante el taller sobre cambio climático, que se centró en el clima y su relación con la vida en la Tierra.

Pastor Janier Cardona, IRI-San José del Guaviare

Adicionalmente, los participantes se reunieron en grupos y realizaron un ejercicio de cartografía, con el fin de reconocer el impacto del cambio climático en sus territorios y reflexionar sobre posibles soluciones para su mitigación y adaptación.

“Uno de los efectos más tristes del cambio climático es la pérdida de especies causadas por la deforestación y la ganadería extensiva. Otro, la necesidad de adaptarnos cada vez más a una serie de cambios en el territorio, como el excesivo calor.

Es necesario crear conciencia, pero esto no sucederá si no hay cambios estructurales dentro de los mismos colegios. Desde pequeños, a los niños hay que enseñarles a amar la naturaleza”, señaló Evo Campos, lider social y miembro de IRI-Calamar.

De acuerdo con un estudiodel Instituto Sinchi, por una hectárea de bosque deforestado o quemado se calcula que se pierden 635 árboles. En Guaviare han desaparecido 163.821 hectáreas de bosque desde 2017 a 2021; esto quiere decir que se han perdido un promedio de 104.026.335 árboles, cifra aún más trágica si se piensa en términos de pérdida de biodiversidad y de diversidad cultural.

Carlos Augusto Lozano, asesor nacional IRI-Colombia

Así lo señaló Carlos Augusto Lozano durante el taller sobre deforestación, en el que se analizaron las crítica cifras de este fenómento en la región, pero sobre todo su impacto en la dimensión ecológica, cultural y social.

“Esta no es solo una tragedia ambiental sino también de injusticia social y de derechos humanos. Afecta la vida en condiciones dignas de las comunidades indígenas y campesinas, y de todos.

Cuando analizamos la deforestación para buscar respuestas, correctivos y acciones que nos ayuden a detenerla, también hablamos de restaurar la justicia ambiental y la justicia social”, puntualizó el asesor nacional de IRI-Colombia, quien explicó que la contención de la deforestación no solo se trata de preservar hectáreas de bosques, sino de proteger formas de vida y de restaurar la dignidad de las personas y de las comunidades campesinas e indígenas.

“El gobierno tiene parte de la responsabilidad. Hace algunos años el gobierno le pedía a los campesinos tener deforestada el 70% de su propiedad para titularla.  Mi hermano tenía una finca, pero como no tenía dinero para tumbar los bosques, no consiguió la titulación. En esa época lo que hicieron muchos campesinos, que estaban en la misma situación de mi hermano, fue vender sus lotes a gente con plata. Estos tumbaba de 500 a 1000 hectáreas para lograr que el gobierno les diera el título de los terrenos”, expuso José Antonio Parra, miembro de IRI-El Retorno.

Adicionalmente, Carlos A. Lozano se refirió a la alerta de diferentes meteorólogos. Los científicos advierten sobre la amenaza que se cierne sobre los bosques amazónicos debido a las altas probabilidades de que a finales del año se presente el fenómeno del niño, caracterizado por una fuerte sequía que puede conducir al incremento de los puntos de calor y, con estos, al aumento de los incendios forestales. “Ustedes tienen un gran poder para detener y restaurar los ecosistemas amazónicos.

Es el poder de la fe y la autoridad moral, de los saberes y del compromiso que las comunidades indígenas y campesinas tienen por la protección de la naturaleza. Detener la deforestación no es cosa distinta que defender la vida”, le dijo el asesor nacional de IRIColombia a los líderes religiosos y demás miembros de los doce capítulos rurales, participante de las jornadas de formación.

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